México bárbaro, de John Kenneth Turner, y El Zarco, de Ignacio Manuel Altamirano, fueron parte de las últimas adquisiciones que hizo Giovani, estudiante de preparatoria del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en esta temporada vacacional.
“Me encanta leer libros que me aconsejen o me guíen un poco en la vida y saber, si se me presentan ciertas circunstancias, poder cómo actuar porque es un mundo abierto a la imaginación”, dice.
Aunque está a días de ingresar al nuevo ciclo escolar, acudió a la Fuente del Saber, en Los Reyes, La Paz, junto a su madre Sofia Gutiérrez y su hermana, Frida, para reforzar un poco más su hábito de la lectura.
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“A mi hijo le encanta leer y la verdad veo que si los lee le digo: mientras veo que tu los leas yo te compro… Yo también me considero un poco floja para la lectura, pero a mi hijo si le encanta por eso lo apoyo”, dice su madre.
A diferencia de la mayoría de las familias del Estado de México, donde la compra de libros no es una costumbre ni está al alcance de los bolsillos, para esta familia la visita a una de las librerías más antiguas alcanzó llegó casi a los mil pesos.
“Cuando mi hijo entró al kínder se me complicaron un poco los gastos, pero ahorita estoy trabajando y mientras pueda darles lo que me están… y sí se vienen los gastos, ahorita ya fui a inscribir a mi niña a la escuela, mi hijo entra como en unos 15 días a la escuela, pero mientras sea para su educación se me hace algo muy importante”, agregó.
Para el señor Rojas, administrador de la librería este tipo de compras hasta hace unos años era algo cotidiano al finalizar las vacaciones; sin embargo, con la entrega de los libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el acceso a la información en internet la situación cambió.
“Más o menos del año 2000 casi la mayoría de las librerías abundaban porque todos los libros se compraban en las librerías, pero a partir del 2000 para acá la venta se fue directamente a las editoriales que fueron directamente a las escuelas.
“De ahí que la merma de libros en librerías ha sido muy bajo ya. Todavía podemos decir que en 2010 se consumía un poquito más, hoy ha ido bajando y llegó lo de la pandemia y se complicó todo. Ahorita era para que ya hubiera filas para comprar libros de texto y lo la hay”, lamentó.
Antes de panorama, las librerías en el Estado de México esperan un repunte en sus ventas con el inicio del ciclo escolar, sobre todo en el sector de enseñanza básica y media superior ante la solicitud de lecturas y libros especializados en escuelas privadas que aún solicitan ejemplares físicos a sus alumnos.
“Estamos hablando que para primaria, de primer año, ejemplares como juguemos a leer, arcoíris de las letras, magia de las letras, mis primeros números, divertíletras, entre otros como lectura de cuentos infantiles que les pueden ayudar a los niños de acuerdo a la edad.
“Pero para nivel secundaría y primaria el problema es que en su gran mayoría los libros son gratuitos. Recordemos que por decreto presidencial de 2002 se estableció que todos los libros serían gratuitos en secundaria entonces eso hizo que también bajar a nuestra venta por eso las librerías ahorita estamos padeciendo está enorme situación”, dijo.
Pese a ello, y con gran entusiasmo de sus administradores, la librería La Fuente del Saber se ha negado a cerrar sus puertas en la zona oriente de la entidad ante la esperanza que el interese por las enseñanzas y el conocimiento milenario plasmado en los libros regrese algún día.
“Antes los jóvenes pasaban a la librería. Gente adulta entraba a ver libros, pero hoy todos están entretenidos en el celular por eso estamos pensado ya en hacer cambios, no sé qué vamos a hacer, pero vamos a hacer cambios después de 40 años porque realmente necesitamos salir adelante”.
MRV