En 1958 tuvo lugar la inauguración de uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México, el Condominio Insurgentes 300, también conocido como el edificio “Canadá” debido a la publicidad que durante algún tiempo adorno una de sus monumentales fachadas promocionando a una famosa zapatería hoy inexistente.
El famoso edificio que hoy luce abandonado, fue uno de los primeros en alcanzar una altura de 57 metros en la capital del país, incluso, fue uno de los primeros en contar con elevadores. Pero de eso ya sólo quedan rastros de una historia gloriosa que viese pasar por sus pasillos a famosos artistas, médicos, abogados y empresarios de la vida nacional.
Como si se olvidase de su pasado glorioso, el autor del edificio permanece en el olvido, pues aunque se asocia a arquitectos como Mario Pani, autor del Condominio Reforma, o a Enrique del Moral, ninguno de ellos fue causante del diseño del monumental edificio de estilo internacional arquitectónic.
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Notas publicitarias del El Universal y el Novedades de aquella época presentaban al edificio como uno de lujo, en el cual, sus 420 propietarios podrían contar con el servicio de banco, cafetería, tabaquería, farmacia, peluquería y estacionamiento. “Sea propietario de su oficina en el Condominio Insurgentes”, se lee en la edición del Novedades del domingo 8 de junio 1958.
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“La nueva administración del Condominio Insurgentes que está acabando el edificio, le garantiza entregarle su despacho o local totalmente terminado el día 15 de julio de 1958 hasta el 8º piso y el día 15 de agosto el resto del edificio”, recalcaba la nota.
Tras el éxito del Condominio Insurgente vino la debacle, la cual comenzó tras el sismo de 1985, ya que su estructura presentó daños, llevando a la mayoría de sus inquilinos a desalojar el inmueble. Pese a ello, el edificio se mantuvo de pie y en 1995 fue escenario del asesinato del magistrado Abraham Polo Uscanga.
El caso ocupó las primeras planas de algunos periódicos como El Universal, quien reportó la nota como: “Ejecutan de un tiro en la nuca al magistrado Polo Uscanga”. Uscanga fue encontrado en su despacho, el 912, luego de denunciar presiones para que librara órdenes de aprehensión contra líderes de la desaparecida red de autobuses de pasajeros Ruta Cien.
Las pésimas condiciones del edificio se prolongaron en el tiempo, y para 2012, Protección civil intentó desalojar a los inquilinos restantes del edificio alegando daños estructurales, mala instalación eléctrica y carencia de un programa interno de protección civil, pero sus inquilinos se resistieron y anularon el desalojo.
Tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, la seguridad estructural del edificio fue vuelta a poner en duda y reportada por riesgo de colapso, pero el inmueble continúa de pie y resistiendo el paso del tiempo, aunque cada vez luce más lúgubre y tenebroso para los espectadores que desde afuera observan el pésimo estado del edificio.
El estado del edificio ha originado que en las redes circulen historias de fantasmas y prácticas de ritos chamanicos que contribuyen a consolidar el folclor sobre el edificio que viese pasar a porosidades importantes de la vida pública nacional por sus pasillos, y que tiempo después fuese marcado por la SSC como un punto rojo por venta de drogas y criminalidad.
VGB