Al pensar en la pandemia de covid lo primero que a la mayoría se le viene a la mente es el confinamiento y todas las personas que lamentablemente murieron. Sin embargo, el Sars-CoV2 causó otras afectaciones en la vida de las personas, como en su capacidad para costear una vivienda ante el alza en los precios de rentas e hipotecas. Aunque la crisis sanitaria terminó, el impacto que el virus causó en quienes viven en las ciudades seguirá aún por un tiempo.
En entrevista con La Silla Rota, el doctor Manuel Suárez Lastra, director del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recordó que poco más de 80% de la población de México vive en zonas urbanas y es por eso que en la colección La Década Covid de la UNAM se analizaron diversos temas que afectan a quienes viven ahí, como las dinámicas de vivienda, el turismo, las dinámicas de migración, así como el transporte y la función que tuvo para que las personas recibieran atención médica oportuna.
“Creemos que tocamos algunos de los temas más importantes que impactaron durante la pandemia, pero que el impacto de la pandemia va a perdurar durante muchos años. Y por eso es que el libro se llama La Década Covid. Aunque apenas llevamos cuatro años desde que inició y terminó la pandemia, pues los efectos los vamos a sentir durante mucho tiempo. Así como en el 85, el temblor fue un parteaguas y se hablaba de antes y después de 1985, lo mismo pasa con la pandemia, es un parteaguas y durante mucho tiempo vamos a estar hablando de que eso sería antes de la pandemia y qué sucede después de la pandemia”, destacó Suárez Lastra.
Respecto a la vivienda, el especialista de la UNAM explicó que no sólo en la Ciudad de México, sino en la mayoría de las ciudades del país, se vivió una dinámica importante porque la pandemia no sólo causó estragos en quienes rentaban un departamento, sino también en quienes estaban pagando la compra de su vivienda.
Explicó que a primera vista uno podría pensar que quienes estaban pagando su casa o la tenían hipotecada tenían la situación bajo control; sin embargo, si derivado de la pandemia estas personas se quedaron sin trabajo o percibieron la mitad de su sueldo o incluso les suspendieron el pago, pues esto impactó de forma negativa en que pudieran pagar su casa o departamento.
“Entonces si tú estabas en una hipoteca, pues tenías un problema inmobiliario fortísimo, lo mismo pasa con la vivienda de renta, ¿no? O sea, hay mucha gente que tuvo que regresar a las casas de sus papás, a su pueblo, porque simplemente la situación económica que se vivía en la pandemia, no permitía continuar pagando renta”, señaló.
Suárez Lastra también explicó que se vivió otro fenómeno en materia de vivienda, que fue el alza en los costos de las rentas, esto a pesar de que la demanda de departamentos y casas bajó.
“Yo hubiera pensado que en ese momento en el que cambia la demanda tendrían que haber bajado las rentas o tendrían que haber habido estratos en términos de las hipotecas y no, al revés, o sea subieron los precios de las rentas”, explicó.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al trimestre, el gasto corriente promedio de los mexicanos es de 3 mil 973 pesos en gastos de vivienda y servicios.
Las diferencias aumentan entre vivir en la ciudad o en la periferia, ya que un hogar urbano destinó, en promedio, 4 mil 410 pesos trimestrales al cuidado de la vivienda, en tanto que un hogar rural gastó en este rubro mil 727 pesos.
En el caso de la Ciudad de México, el gasto en vivienda y servicios de conservación, energía eléctrica y combustibles fue de 7 mil 180 pesos en promedio, en zonas urbanas el monto subió a 7 mil 208, mientras que en zonas rurales fue de 2 mil 169 pesos.
El alza en las rentas
El investigador de la UNAM señaló que como sucede comúnmente, los más afectados por esta situación fueron las familias de menores ingresos y pese a que ya ha habido una recuperación, la tendencia en el costo de las viviendas no se ha revertido.
A esto se suma que dueños de viviendas en las ciudades se dieron cuenta de otra oportunidad de mercado que es rentar sus viviendas por corta estancia, como Airbnb, lo que ha llevado a que sigan al alza los costos y a otras situaciones como la gentrificación.
“Yo auguraría que sobre todo en la zona centrales de las ciudades va a seguir aumentando muchísimo el precio de la vivienda y que además va a ir bajando la oferta, porque una de las cosas que también los dueños de vivienda en renta se dieron cuenta es que había una demanda, que también incrementó con la pandemia, para viviendas de corta estancia, este fenómeno de Airbnb, por un lado, porque las personas cuando se empezó a reactivar el turismo, pues precisamente para no estar en hoteles donde estuvieras con grandes concentraciones de personas, la gente empezó a optar por por viviendas de corta distancia que además salen más baratas y resultan muchísimo mejor negocio para las personas.
“Entonces esas viviendas que normalmente se hubieran puesto como vivienda en renta para personas que viven en una ciudad ahorita ya no están disponibles”, destacó.
La tendencia que se ha visto en los últimos años es que las rentas siguen aumentando en las ciudades, como ocurre en la Ciudad de México. De acuerdo con el reporte más reciente de Inmuebles 24, la alcaldía más cara para rentar es Cuauhtémoc, ya que en promedio puedes pagar 20 mil 277 pesos por una vivienda, además, el costo se disparó en el ultimo año, ya que en junio de 2022 costaba 15 mil 075 pesos.
La segunda alcaldía más costosa para rentar es Benito Juárez, pues el pormedio al corte de junio de este año era de 15 mil 157 pesos, 16% más de lo que costaba en junio del año pasado, mientras que la tercera es Cuajimalpa, en donde rentar cuesta en promedio 15 mil 142 pesos, 11.09% más que hace un año.
De acuerdo con el análisis, todas las alcaldías de la Ciudad de México registraron un aumento en el costo de las rentas, a excepción de Gustavo A. Madero, aunque la disminución en un año fue sólamente de 1.27%, ya que en promedio bajaron de 9 mil 397 a 9 mil 278 pesos, es decir, 119 pesos menos.
Por el contrario, las cinco alcaldías con el mayor incremento entre junio de 2022 y junio de 2023 fueron Cuauhtémoc, del 34%, Benito Juárez, del 16%, Miguel Hidalgo, con el 12%, Azcapotzalco también con el 12% y Venustiano Carranza, con 11%.
Los más afectados por la pandemia de covid
Los desastres siempre afectan más a quienes tienen menor ingreso, que son más vulnerables y a quienes tienen menor capacidad de resiliencia, señaló el especialista de la UNAM. Recordó que hubo quienes no pudieron dejar de salir a trabajar a pesar del alto riesgo de contagio porque viven al día o no cuentan con un ingreso fijo.
“Entonces en términos económicos, sociales, laborales, de vivienda, de turismo, o sea, en todos los aspectos que puedas ver siempre, inequívocamente, las personas de menores ingresos son las más vulnerables y son a las que les va peor”, lamentó.
Sin embargo, señaló que sólo hubo un factor por el que no le fue tan mal en la pandemia a los habitantes de zonas periféricas, ya que usualmente los centros de trabajo y las aglomeraciones están en las ciudades.
“Muy al principio de la pandemia estaba esto de los municipios de la esperanza, eran los más vulnerables, pero eran los municipios en los que no había llegado la covid y nosotros construimos en ese entonces un índice vulnerabilidad y justamente veíamos que los municipios más alejados (de las ciudades) eran los más vulnerables y en los que habían menos contagios.
“Pero justamente en lo que había que poner hincapié es que aunque tuvieran menos contagios, en el momento en el que hubiera un contagio en cualquiera de sus municipios esto representaba realmente un caos, porque ahí era donde no había servicios médicos donde no había acceso a carreteras para llegar a servicios médicos, donde no llegaban las vacunas donde no llegaba nada”, indicó.
“Hay qué hacer algo sobre la vivienda en las ciudades”
El experto de la UNAM indicó que la pandemia de covid marcó un parteaguas en la forma de vida de quienes habitan en las ciudades, como en el transporte, por ejemplo, ya que aumentó el uso de motocicletas y bicicletas.
Asimismo, cambió la forma de trabajo con el teletrabajo o sus versiones híbridas que permanecen en algunos casos, aunque es incierto si esto se mantendrá a largo plazo.
“Estos cambios que decíamos de la estructura de la vivienda, hay que ver qué se puede hacer al respecto. Habría que pensar en algún tipo de políticas de gobierno que incentiven a la gente que tiene una segunda vivienda a tal cual rentarla o que hubiera programas públicos, tanto estatales como federales, para fomentar la vivienda pública de renta que es una figura que no existe, pero que es muy necesaria para personas que no pueden, que no tienen la capacidad de pagar una hipoteca y que además permite que la gente viva más cerca de los centros de las ciudades.
“Porque lo cierto es que esta estructura de los Airbnbs está aumentando las rentas de la vivienda y eso nuevamente perjudica a la gente más pobre”, expresó Suárez Lastra.
MRV