Este 21 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, pero el reto de abastecer del líquido a toda la población del mundo está lejos de cumplirse, pese a que en 2015 a nivel mundial se firmó el compromiso llamado Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 como parte de la agenda 2030, documento que estableció que todos tendrían agua y saneamiento gestionados de forma segura para 2030.
Las acciones para conseguir la meta están lejos de llegar a buen puerto, reconoce la Organización de las Naciones Unidas, que considera que los gobiernos deben trabajar un promedio de cuatro veces más rápido para cumplir con ello.
Una oportunidad para revertir ese retraso que hace que el 25 por ciento de la población mundial (2 mil millones de personas) carezca de agua potable segura, es el arranque de la Conferencia de la ONU sobre el agua 2023, que se realizará del 22 al 24 de marzo.
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La situación preocupa a la ONU, ya que actualmente 1.4 millones de personas mueren anualmente y otros 74 millones verán acortada su vida debido a enfermedades relacionadas con el agua, el saneamiento y una higiene deficientes.
Otro dato de preocupación global es que 3 mil 600 millones de personas (casi la mitad del orbe) carece de saneamiento seguro.
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A ello se suma que para el 2050, la demanda mundial de agua, traducida en extracciones, aumentará 55 por ciento.
México
La ONU ofrece datos sobre México, como que 55 por ciento de las masas de agua monitoreadas tienen buena calidad de agua.
Otro dato es que 57 por ciento de la población de México utiliza un servicio de saneamiento gestionado sin riesgos.
Respecto al uso de agua para higiene, la ONU dice que en nuestro país 90 por ciento de la población de México dispone de instalaciones para el lavado de manos con agua y jabón en el hogar, de lo que se deduce que el restante 10 por ciento, 12 millones 800 mil personas, carecen de esa condición.
Con base en datos de la Comisión Nacional del Agua, incluidos en su publicación Numeragua, de 2018, informó que 67 por ciento del país es árido y semiárido, mientras que 33 por ciento es húmedo.
El caudal del Cutzamala seguirá a la baja: experto
La Ciudad de México vivirá una temporada de estiaje compleja, ante la falta de lluvias desde octubre pasado y por el bajo nivel de almacenamiento en las tres presas del sistema Cutzamala, que se encuentran al 49.5 por ciento, por lo que el caudal que reciben las 12 alcaldías que son alimentadas parcialmente por el sistema, será menor.
Pero la situación no es de catástrofe, explicó el integrante del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Manuel Perló Cohen, quien destacó que el sistema está prácticamente al 50 por ciento, y en otros estados han estado a menos, el caso más reciente fue el de Monterrey, Nuevo León, que estuvo a 10 por ciento.
“No estamos ante una situación sustancialmente diferente de otros momentos que ha vivido el Cutzamala. Si uno ve las cifras de la reducción del caudal, va a bajar de 8 mil 750 litros a 8 mil 200, unos 500 litros por segundo de 32 mil litros por segundo que recibe la ciudad, no es para que nos lancemos al pánico y nos pongamos a comprar bidones o tinacos adicionales, como cuando se hizo el cambio de unas válvulas y se debió parar por completo (en 2018)”, recordó.
El exdirector del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad reconoció que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, haya tomado medidas ante la situación, porque además cosas similares se van a presentar en el futuro con más fuerza.
“El Cutzamala tiene una cantidad fija de agua e incluso tenderá a disminuir porque debe satisfacer necesidades de la zona donde se encuentra y además la demanda en el Estado de México crece más rápido que en la capital. Hay municipios con más problemas que la Ciudad de México, el sistema no va a aportar más líquido, al contrario, será menor y del total que produce le va a tocar menos a la ciudad que al Edomex, que tiene una población más amplia. La primera tiene 9.2 millones de habitantes y el resto de la zona metropolitana tiene 13.2 millones y ahí se va a dar el crecimiento más importante”, pronosticó.
También destacó que desde 1996, hace 27 años no había una entrada de agua tan baja a las presas como la de este año. No obstante, aclaró que para la Ciudad de México su fuente de aprovisionamiento más importante son los acuíferos subterráneos.
Perló Cohen, quien compiló, junto con Loreto Castro-Reguera el libro La Crisis del agua y la metrópoli, editado por siglo XXI, lamentó que tampoco se esté acudiendo a los acuíferos de manera sustentable y al contrario, se extraiga más agua de la que se puede filtrar.
“Es una explotación de 100 por ciento, es una tendencia que el gobierno sabe que no se puede sostener y no se puede ir a profundidades mayores porque es un mayor costo, con una menor calidad de agua que requiere tratarse para potabilizarse y provoca hundimientos del subsuelo que vemos de manera tan manifiesta en el valle de México y que afecta la infraestructura vial, al Metro, al propio sistema de distribución de agua, a los edificios, e incluso provoca socavones y grietas”, concluyó.
VGB