Leslies Romero, directora de la fundación Migrantes de Venezuela (MIGVEN), se dedica a repartir comida y ropa a migrantes en calles de la Ciudad de México. Lo que inició para ella como una actividad temporal, se ha convertido en un proyecto de largo plazo con miras a expandirse a otras ciudades del país.
“La iniciativa fue creada hace dos años en Colombia por mi padre Alexis Romero. Él comenzó haciendo labores sociales para emprendedores y microempresas y yo como estoy acá en la CDMX, por la cantidad de migrantes que hay en la calle, decidí continuar con el proyecto de la fundación para ayudar a la comunidad migrante en la Ciudad de México”.
En entrevista con La Silla Rota, Leslies, de nacionalidad venezolana, señala que la organización de las brigadas callejeras se hace identificando a las alcaldías que son focos rojos en el tema migratorio.
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“Pido opiniones, a ver dónde hay más migrantes en situación de calle. La semana pasada me comentaron que en la Terminal Central de Autobuses del Norte, entonces me doy una vuelta un día antes y ya veo la situación. Si está a mi alcance o está a nuestro alcance vamos”.
De acuerdo con cifras de la Unidad de Política Migratoria, de la Secretaría de Gobernación, en lo que va del 2023 se tiene el registro de 6,685 personas en situación migratoria irregular en CDMX.
En cada jornada, Leslies prepara toneladas de comida haciendo un cálculo aproximado de la población a la que se alimentará.
“Ayer me recomendaron un jornada por la Casa del Migrante, en la alcaldía Cuauhtémoc. Ahí fueron demasiados, calculo que había como 2 mil personas, nosotros llevamos comida para alimentar a 500, se nos escapó un poquito de las manos, uno quisiera apoyarlos a todos”.
Además de ropa y alimentos, la Fundación MIGVEN, que lleva tres meses de trabajo en Ciudad de México, obsequia juguetes, productos de higiene personal y utensilios que consideren necesarios.
“Se regala ropa, calzado, juguetes, cobijas, lo que se pueda. También le llevamos escobas, recogedores, bolsas de basuras para que mantengan sus espacios limpios, ya que no informan que no les recogen la basura. Que ellos como comunidad se unan a mantener todo limpio”.
Pero, la labor de Leslies no se limita a la entrega de estos productos, pues refiere que le gusta hacer labor psicológica con los niños migrantes, para poder sacarles una sonrisa.
“Se siente increíble poder apoyarlos, sacarle una sonrisa a los niños, porque me gusta hacer dinámicas con los niños por ese trauma psicológico que tienen al pasar por la selva. Llevarles alegría es algo que nos llena el alma. Si fuera por nosotros, hicieramos 3 jornadas por semana. Hemos apoyado a un aproximado de mil personas y queremos seguir apoyando, que se unan muchas personas para seguir ayudando”.
La Fundación Migrantes de Venezuela se expandirá próximamente a Guadalajara y a Puebla, donde se unirá con la Asociación Somos Puebla para ayudar a personas en situación de calle.