Abandonados a su suerte y con toneladas de mercancía calcinada, locatarios de Plaza Oasis, en Tepito, luchan por salir adelante tras el incendio del pasado 16 de noviembre que consumió 200 locales y que dejó pérdidas económicas por más de 200 millones de pesos.
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Sergio Jiménez Barrios, apoderado legal de la plaza, señaló a La Silla Rota que las autoridades ya no se han parado por ahí, por lo que los mismos locatarios tienen que arreglárselas para continuar con las labores de remoción de escombros. Asimismo, refirió desconocer los créditos por 50,000 pesos que la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, presuntamente entregó a comerciantes afectados.
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“Todavía no se inicia con la entrega de créditos aquí, porque estamos haciendo una lista de todos los compañeros, o sí han ido, pero no hemos coincidido. Tenemos personas ahí (en la plaza) que los apuntan, ese ha sido el problema, de que no hemos juntado la mayor cantidad de gente. Eso nos ha entretenido”, dijo.
En un recorrido realizado por el equipo de La Silla Rota en los 200 locales que quedaron calcinados, se observó el deplorable estado en el que quedaron las paredes y los techos de la plaza: toneladas de mercancía de calzado, juguetes, sombrillas y artículos ya no identificables, permanece achicharrados y amontonados en los pasillos.
Desde el pasado 16 de noviembre, el comercio está paralizado para los trabajadores de esta plaza. Sergio Jiménez Barrios refiere que los comerciantes no se han instalado en la vía pública, por lo que están a punto de cumplir 15 días sin venta.
La Silla Rota dio a conocer el pasado 17 de noviembre testimonios de comerciantes afectados, quienes refirieron que las pérdidas económicas por día de no vender eran de mínimo 65,000 pesos.
En la azotea de Plaza Oasis, algunos locatarios espulgan la mercancía con la esperanza de rescatar más artículos, sin embargo, señalan que es menos de la tercera parte lo que se ha podido salvar.
A pesar de la presencia de tanques de gas y estufas, el área de cocina fue la menos afectada. Jiménez Barrios explica que esto se debió a la rapidez con la que actuó la gente para controlar las llamas.
“Aquí cuando estuvo la conflagración sacaron los tanques, traían extinguidores. Esta área no se quemó. Cuando empezó el incendio estábamos en las oficinas y rápido venimos para ayudar a controlar el fuego”.
En la "zona cero" se sigue desprendiendo la loza
A unos metros de la cocina, se encuentra la "zona cero": la bodega donde iniciaron las llamas. Toneladas de mercancía carbonizada permanecen ahí y en las habitaciones contiguas. Sobre ellas caminan trabajadores que remueven escombros y Sergio los alerta de que tengan cuidado porque continúan desprendiéndose pedazos de loza.
El olor a humo es tan penetrante, que bastan segundos para presentar malestar en los ojos y en la garganta, pero eso no impide que se continúe con las labores de remoción.
"Aquí vamos a estar apoyando a nuestros compañeros, al menos para que cuando vengan puedan pasar con más facilidad. Esto va a tardar, no esperamos que para diciembre ya esté arreglado".
Sergio Jiménez Barrios señaló que aún se desconoce lo que pudo provocar el incendio, por lo que espera que la Fiscalía General de Justicia de la CDMX acelere la investigación iniciada el pasado 17 de noviembre por motivos de noticia criminal.