“Yo tenía 6 años cuando plantaron las palmeras, venía a jugar y el camellón era mucho más ancho. A lo que yo voy, las palmeras estaban muertas ¿para qué carambas las queremos secas? No tiene ningún sentido”, recuerda el señor Carlos, vecino de la colonia Narvarte, acerca de cuándo las palmeras del camellón de Dr. José María Vértiz fueron plantadas, en los años 40; este 2023 fueron cortadas luego de que se secaran.
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Durante décadas un gran número de palmeras adornaron importantes avenidas de la Ciudad de México: Paseo de la Reforma, Avenida de las Palmas, Plaza de la República y José María Vértiz; muchas de ellas han muerto y autoridades las han cortado para su sustitución y por el riesgo que representan.
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Tan sólo en la avenida Doctor José María Vértiz se han cortado en el tramo que corre del Viaducto Miguel Alemán a División del Norte 155 palmeras que durante años no sólo adornaron el camellón sino abonaron al ambiente.
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¿Qué es lo que ocurre con estos seres para que se sequen y mueran?
Personal involucrado en el tema, como el ingeniero Roberto Quintero, jefe de Unidad Departamental de Seguimiento de Plagas y Enfermedades de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, la muerte de las palmeras es por una situación multifactorial.
Desde las particularidades del suelo de la Ciudad de México hasta mutaciones en microrganismos que atacan a estos seres vivos.
“A principios de este año la investigación científica arroja la presencia de 10 agentes, entre bióticos y abióticos que está provocando la mortalidad de las palmeras”, explica el funcionario de la Sedema.
“Los organismos van mutando, van apareciendo sorpresivamente y lo que antes no atacaba, ahora ataca”, explica Quintero, sumado a las condiciones y cambios en el ecosistema capitalino.
“Como las palmeras de la ciudad se plantaron en la década de los 40, ya tienen alrededor de 80, 90 y hasta 100 años, además de que son una especie introducida, no son nativas de México, si bien se adaptaron al ecosistema de aquella época, según los científicos es que el ecosistema ha sido demasiado alterado, para nadie es un secreto, las condiciones adversas que tiene el arbolado urbano”, explica.
Las alcaldías más afectadas por la muerte de palmeras son Benito Juárez, Cuauhtémoc, Coyoacán y Miguel Hidalgo, donde autoridades locales, de la Sedema, Colegio de Posgraduados y la Secretaría de Obras y Servicios han intervenido para buscar salvar el mayor número de seres arbóreos.
“El año pasado se trataron alrededor de 12 mil palmeras en cuatro alcaldías, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Coyoacán. Exactamente 12 mil 300 palmeras se trataron, entre ellas 828 derribos, o muertas, que fueron sustituidas por otras especies arbóreas, no palmeras”, asegura el funcionario de la Secretaría del Medio Ambiente.
Para Julio García, trabajador de una oficina cercana al monumento a la Revolución, el deterioro de estos seres es por la falta de cuidados por autoridades.
“Pues cómo no se van a morir si las vienen a regar cada mes. Yo trabajo aquí y desde la oficina se ven las que están hacía Reforma, y las riegan rara la vez, no soy experto, pero es básico ¿no? igual que las poden”, asegura el oficinista.
Pero también la intervención del hombre afecta de manera directa la vida de los seres arbóreos.
“Es muy común ver un clavito enganchado a un árbol, es muy común ver una mala poda, un golpe por un coche, y todo eso trae una consecuencia”, advierte el experto, que agrega los factores que debilitan a los árboles y palmeras de las ciudades “cualquier arbolado urbano tiene mayor presencia de contaminantes en la atmosfera, mayores contaminantes en el suelo, competencia en el espacio vital”.
Autoridades de la Sedema aclararon que la Ciudad de México no es la única a nivel nacional que presenta bajas en las palmeras. Poblaciones como Torreón, Puebla, Estado de México y otras más han padecido en los últimos años el mismo problema.
En la Ciudad de México, en junio pasado se dio inicio a un programa piloto de colocación de sensores para vigilar la probable presencia de insectos malignos para la vida de palmeras.
En la primera etapa de estas pruebas se colocaron sensores en 50 de las 122 palmeras de la Plaza de la República y sus inmediaciones y tendrá una duración de 60 a 90 días naturales para detectar insectos como el picudo negro y rojo.
Ante el desarrollo de las investigaciones a esta problemática, los investigadores recomendaron sustituir las palmeras muertas por árboles.
Las especies de árboles a sustituir son ébano, astronómica, duraznillo, olmo y magnolia, confirmó la Secretaría del Medio Ambiente.
En el caso de las que fueron tiradas en el camellón de José María Vértiz, los restos de esas palmeras fueron trasladados al Vivero Nezahualcóyotl para darle un manejo adecuado, informó la Sedema mediante una nota.
Para el vecino de la Narvarte, a pesar de la nostalgia por haber visto cuando fueron sembradas, la remoción de las palmeras fue lo correcto ya que siempre habrá otras especies que plantar en la ciudad.
“Las palmeras para el ecosistema ya no servían para nada, con todo respeto, pero están los árboles, que tiene los mismos años que las palmeras, nada más vean los troncos, estos los plantamos los vecinos, que los dejen, las palmeras ya se habían muerto”, dice el señor Carlos.
El vecino de la tercera edad no pide más palmeras, sino que los sustitutos sean cuidado, por autoridades y sociedad.
“Si ponen palmeras está bien, pero no las van a traer de 10 metros, así chiquitas tampoco creo que sea lo ideal, árboles sí, a lo que voy, que siembren árboles pero que los cuiden, que los cuidemos todos”.
VGB