El conflicto por la extinción de 13 fideicomisos en manos del Poder Judicial de la Federación (PJF) no sólo ha afectado a los trabajadores de esta parte del sector público, sino que comerciantes como vendedores de comida y cafeterías que dependen de las ventas que se generan de manera indirecta en los alrededores de oficinas del PJF acusan bajas en sus ingresos. Se trata de otro sector afectado por la coyuntura en ese sector de la administración pública federal.
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“¿Qué nos queda? Aguantar y esperar que salga el sustento. Antes, si pasaba alguien que venía a la oficina a lo mejor a la salida se acercaba y se echaba unos tacos, ahorita ya no es igual”, asegura Alejandro López, el vendedor de tacos que de lunes a viernes se coloca a unos metros de la entrada de las oficinas del PJF en avenida Revolución, en la colonia San Pedro de los Pinos.
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Alejandro, su esposa y su hermano salen desde Tianguistenco, en el Estado de México, antes de que salga el sol para poder llegar e instalarse en la banqueta y ofrecer comida al púbico en general; pero sus principales clientes son los empleados de los tribunales y las personas que diariamente acuden a algún trámite.
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Sin embargo, desde que los trabajadores del Poder Judicial se han manifestado y entraron en huelga, las ventas de Alejandro han bajado en 40 por ciento, aproximadamente.
“Sí nos ha afectado un poco porque la gente que venía a tramitar un documento pues no ha podido llegar, no lo ha llevado a cabo lo cual nos afecta en la vendimia, en cuestión de trabajadores del Poder Judicial desayunan cualquier otra cosa y también nos ha afectado”, dice el padre y sustento de tres mujeres.
Ante la mala racha en la economía, Alejandro ha aumentado su jornada de trabajo y ha recortado algunos gastos.
“Anteriormente mi llegada era a las nueve de la mañana y me iba entre tres y cuatro de la tarde, ahorita estamos llegando a las siete para irme hasta las siete de la tarde”.
Otro dependiente económico de Alejandro es su hermano Hugo, quien ayuda en la venta callejera todos los días ya que la esquizofrenia que padece no le permite encontrar otro trabajo.
Otro de los negocios y fuente de empleo que ha resentido las movilizaciones de los trabajadores del estado que se han manifestado desde antes que el legislativo sesionara para la extinción de los 13 fideicomisos, es la cafetería Cattleya.
“Ayer y antier no vendimos nada, fue muy baja la venta, pero hoy afortunadamente sí estamos vendiendo bien, no sé por qué, pero para nosotros la venta es muy variada”, explica la señora Beatriz, quien despacha en el café asentado a un predio del PJF de avenida Revolución.
Los compradores principales de la señora Beatriz definitivamente son los trabajadores del PJF y las personas que diariamente asisten a sus oficinas.
Algunos hacen uso de las mesas en su negocio y otros más piden servicio vía telefónica, asegura la barista de Cattleya.
Beatriz dice que, si la crisis en el Poder Judicial se agrava, su fuente de ingresos será afectada.
“¡Sino vienen no vendo! Ese es un hecho, tengo muy claro que el día que no vengan ellos no voy a vender”, dice entre risa.
Es así que, el conflicto por la extinción de los fideicomisos del Poder Judicial de la Federación se ha trasladado a vendedores ambulantes y microempresarios.
VGB