Texcoco, México.- Con la llegada de octubre las montañas en el municipio de Texcoco comenzaron una pintarse de amarillo con el brote de la flor de cempasúchil que embellece en hogares, oficinas y espacios públicos ante la llegada del Día de Muertos.
Cada año, en esta zona del Estado de México, pequeños productores inician el cuidado de la planta típica de la zona, pese a las inclemencias del tiempo, la falta de espacios para la venta y la comercialización de especies genéticamente modificadas provenientes desde China.
Uno de ellos es José Castillo, representante de productores de flor de cempasúchil en la zona de la montaña de Texcoco, uno de los municipios ubicados en la zona oriente de la entidad mexiquense dedicados a la producción de la flor, conocida también como “tagete”.
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“Toda nuestra producción se va para el mercado de acá de la región y algunos de la Ciudad de México, porque en nuestro lugar no tenemos venta y es más económico, ya que somos los productores”.
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En esta zona del Estado de México trabajan más de 250 productores dedicados a la producción de flor de temporada en comunidades de la montaña de Texcoco, como Tequexquinahuac y San Dieguito, cercanas a zonas arqueológicas donde convivió el "Rey Poeta Nezahualcóyotl".
Para muchos de los pequeños productores, la cosecha de estas flores comienza desde el mes de junio con la preparación del terreno habilitado principalmente en invernaderos por las condiciones del clima y la procuración en el proceso de colocación de semillas para la germinación.
En esta región del Estado de México habitan unos 50 productores de flor que esperan cada 1 y 2 de noviembre la venta de más de 100,000 macetas con cempasúchil y un aproximado de 50,000 paquetes de crisantemo, que son utilizados para adornar las tumbas en los diferentes panteones de la metrópoli.
Y es que de acuerdo con los vendedores, la mayoría de la producción la trasladan hasta centros de abasto populares como el Mercado de Jamaica y la Central de Abastos de Iztapalapa, en la Ciudad de México, donde existe una mayor demanda de revendedores.
Dicen que pese a que años anteriores la venta se vio reducida con la llegada de la flor de cempasúchil desde china donde se realizaron mejoras genéticas para soportar los cambios de clima, aseguran que los precios no han cambiado y esperan una recuperación en sus ventas.
Confían en que los precios se mantendrán directo con los productores, los cuales rondan los 15 y 20 pesos para la flor de muertos y el crisantemo en los 50 y 60 pesos, cuyos costos se duplican en los mercados donde se distribuyen de manera final.
“El año pasado la venta de flor china hizo que bajaran nuestras ventas, pero nosotros seguimos manteniendo los precios del año pasado, incluso para muchos es más factible comprar con alguno de nosotros, ya que los precios bajan casi a la mitad de lo que lo encuentran en mercados como Jamaica o la central de abastos“.
Y aunque aún la temporada de Día de Muertos aún no concluye, la mayoría de las familias dedicadas a la cosecha y venta de estas flores en la montaña de Texcoco, ya han iniciado con la preparación de la flor característica de las fechas decembrina “Noche Buena “, la cual estará lista para su comercialización a mediados del mes de noviembre.
De acuerdo con datos del gobierno federal, hasta 2019 el Estado de México era la entidad donde se producía de manera regular la flor de cempasúchil, principalmente en dos modalidades; en invernadero y a cielo abierto.
De acuerdo al Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, el municipio de Atlacomulco su ubica como el principal punto del Estado de México dónde se produce la flor de cempasúchil, además de los municipios de Tepetlixpa Chicoloapan Ozumba y Texcoco.
En total, se estima que en el Estado de México la producción de esta flor de realiza un total de 87,000 hectáreas.