Kratos, Toshka y Héctor, los tres “caninos magos”, se dejaron querer y entusiasmaron a cientos de niñas y niños que, acompañados por sus madres y padres policías, entregaron ilusionados sus cartas a los “Poli Reyes Bancarios”: Melchor, Gaspar y Baltasar.
Los perritos de la Unidad Canina hicieron de lado, por un momento, sus actividades en la corporación, que consisten en la detección de explosivos, así como de sustancias prohibidas o peligrosas, para dar alegría a los pequeños.
Kratos, Toshka y Héctor en realidad representaron al camello, elefante y caballo en los que "viajan" los Reyes Magos, la ilusión de los infantes los convirtió en los "canes magos".
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“Señor oficial, ¿me dejas tomarte una foto con el perrito?”, decía Ana, de seis años, quien acariciaba a Kratos, vestido de Baltasar; lo mismo hicieron decenas de infantes con Toshka, hembra que ahora fue Gaspar, y Héctor, quien representó a Melchor.
Mujeres y hombres pertenecientes a la Policía Bancaria e Industrial (PBI) celebraron con sus hijos y familiares el Día de Reyes, en un convivio que organizó la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) para más de mil 500 personas en un pabellón del Palacio de los Deportes.
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Son madres y padres de familia conscientes de que desarrollan una labor de alto riesgo, pero que pudieron disfrutar por anticipado de la visita de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Unos 800 infantes recibieron juguetes, ninguno se quedó sin regalo, todos estaban contentos, también ilusionados con la próxima visita de los Reyes Magos en sus hogares el próximo 6 de enero.
La inflación y el alza en los precios sí preocupan a Melchor, Gaspar y Baltasar, comentaron policías de la PBI a La Silla Rota, pero aseguraron que los Reyes les confiaron que harán su mejor esfuerzo para cumplir los deseos de sus hijas e hijos. “Por eso son magos”, soltó uno de los asistentes.
Kratos es un oficial canino especialista en la detección de artefactos explosivos y armas de fuego, pero hoy fue un Baltasar que correspondió afectuosamente a las caricias de los pequeños.
Tiene cuatro años; pertenece al grupo especial canino de la PBI, corporación que encabeza el comisario en jefe Elpidio de la Cruz Contreras.
Este mismo adiestramiento lo tiene Héctor, mientras que Toshka se especializa en la búsqueda de sustancias prohibidas, particularmente enervantes y drogas.
Pertenecen a un selecto equipo de 16 canes adscritos a la PBI, entrenados también en labores de seguridad y de rescate, cuya jubilación llegará cuando cumplan 8 o 9 años, comenta Leonardo Álvarez Salazar, policía de la unidad especial canina.
A Kratos, Toshka y Héctor se les puede ver cumpliendo con su deber en los Centros de Transferencia Modal (Cetram), donde se encargan de impedir el transporte de sustancias prohibidas o peligrosas.
FELICIDAD DE UN NIÑO NO TIENE PRECIO: BALTASAR
En el festejo, Baltasar accedió a dar una breve entrevista, gracias a la intervención del policía Joshua Abdiel Dueñas Sánchez.
“Estoy contento de sacar una sonrisa a los pequeños, me dicen qué nos van a pedir a los Reyes, te abrazan y desean feliz año nuevo, te sacan una sonrisa (...) ver a un niño feliz no tiene precio.
“Es un día muy especial para poder convivir entre los compañeros, sus hijos y sus esposas”.
Baltasar da ánimo a los policías de la PBI: “No bajar la guardia y aprovechar estos momentos con sus hijos y familia”.
Melchor y Gaspar estuvieron escuchando atentos las peticiones de los infantes y repartieron juguetes acompañados de los policías luchadores profesionales de la PBI “Mini Spider” y “Miniespectrito”.
NO ME PORTÉ BIEN
Jaquelin Susana Rivera Soto cumplió 10 años en la PBI; es una madre orgullosa de su familia y de su profesión; tiene tres hijos, a quienes ha logrado sacar adelante gracias a su empleo en la corporación.
Señala que ha sido difícil combinar el cumplimiento del deber, garantizar la seguridad de la ciudadanía, y no descuidar a sus seres queridos.
“Es algo difícil, porque tenemos que salir de casa desde muy temprano, no hay hora de regreso, pero mis hijos me han entendido, se han acostumbrado a esta situación (...) y se sienten orgullosos de su mamá. Tienes que desempeñar dos funciones: una, ser responsable en el trabajo y la otra, igual en casa (...) sin altas y bajas, pero estoy agradecida por tener este empleo que me ha ayudado a sacar adelante a mis hijos”.
Su hija Dana Valeria, de 11 años, admira a su mamá.
“Me siento muy orgullosa, porque no es fácil que ella se vaya tan temprano, saber si llega bien a su trabajo, pero me siento muy orgullosa”.
Ella quiere ser cirujana para ayudar a la gente; aún no había escrito su carta a los Reyes Magos, pero pedirá una tablet y un Nenuco.
Ricardo, de seis años, también ama a su mamá, a la oficial Jaquelin Susana.
No ha escrito su carta, porque “todavía lo está pensando”, sin embargo sabe que quiere un helicóptero y un dron.
-¿Te portaste bien?
-No. Me he portado “muy mal” en la escuela y no he hecho mi tarea.
-¿Qué travesuras más haces?
-Brincar en la cama, platicar y no hacer la tarea en la escuela. (Pero) Sí me voy a portar bien.
¿Qué piensas de tu mamá?
-La quiero mucho, aunque me regañe.
¿Te gusta que sea policía?
-Sí, porque cuida a la gente (...) que no los asalten.
VGB