Entre octubre de 2019 al 14 de noviembre de 2022, se reportaron 349 denuncias de acoso sexual y 446 de hostigamiento sexual en planteles del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Así lo revela un oficio de la Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género, obtenido por La Silla Rota a través de una solicitud de información hecha al IPN.
La solicitud no desglosa la información por plantel, tampoco si se trata de escuelas de educación media superior o superior, ni especifica qué personal ha sido denunciado, si son docentes, personal administrativo o incluso personal de intendencia.
Respecto a personas sancionadas por los casos de abusos u hostigamiento sexual, la unidad responde que no genera, administra o detenta la información requerida “ya que no deriva del ejercicio de sus atribuciones, facultades, competencias y funciones establecidas en artículos 26 y 27 del reglamento orgánico del IPN”.
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Fue en 2019 que se creó la Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género. Pero antes que se creara, entre 2018 y 2019 también se registraron denuncias, 8 por acoso y 12 por abuso, por lo que entre 2018 y el 14 de noviembre suman 458 por abuso y 357 por acoso, lo que da un total de 815 denuncias en casi cinco años.
Sin facultades para sancionar
Como parte de la respuesta a la solicitud de información y respecto al tema de sanciones por casos de acoso, abuso u hostigamiento sexual, en otro oficio de la Dirección General de Asuntos Jurídicos se explica que el Comité de Ética no puede sancionar.
“No cuenta con la atribución de despedir o sancionar a las personas servidoras públicas, únicamente formula observaciones o recomendaciones en el caso de denuncias derivadas del incumplimiento al Código de Ética y que se harán del conocimiento del o las personas involucradas, de sus superiores jerárquicos y en su caso, de las autoridades de la dependencia o entidad”.
También aclara que desde 2019 el órgano encargado de atender las denuncias es la Unidad de Perspectiva de Género.
Tendederos
En distintos planteles del IPN alumnas y alumnos han manifestado su repudio a los casos de presunto acoso sexual. En su mayoría señalan a docentes, pero también hay casos de personal administrativo o de limpieza acusado de acoso sexual.
En la sede principal del Politécnico, en Zacatenco, hay un megatendedero que las alumnas de diversos planteles han colocado.
Uno de ellos acusa a un profesor. El testimonio acusa que cuando tomaba ecuaciones diferenciales, siendo ella jefa de grupo el profesor le decía constantemente que “era muy guapa” y que si quería pasar su materia lo buscara en su cubículo.
“Dejé de asistir a su clase porque ya no lo aguantaba”.
Otro testimonio acusa al profesor G de que durante las clases presenciales les pedía pasar al pizarrón para “verlas morbosamente”.
Otro testimonio acusa a un compañero. “En segundo semestre me tomó fotografías de mis senos sin mi consentimiento”.
Otra estudiante acusó a sus compañeros de no hacer nada cuando saben de una compañera acosada.
En dicho megatendedero de Zacatenco hay una acusación contra un profesor del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos. “E violó a una chica de 16 años, acosó a muchas alumnas de Máquinas, Diseño y Dibujo. Les pedía nudes o las invitaba a comer”.
También en el Cecyt 12 hasta octubre había un tendedero, que ya fue retirado. De acuerdo con un alumno de la escuela, las autoridades les explicaron que era “ilegal y dañaba la imagen de la escuela y ponía en riesgo a las alumnos y alumnos porque indicaba un estado de vulnerabilidad”.
Pero antes de quitarlo, La Silla Rota tomó fotos del tendedero y de los testimonios.
“Tus miradas me incomodan, los ojos los tengo en el rostro, no en el busto”, se leía en uno de los escritos pegados del tendedero; “la mano en tu cuerpo no es parte de la evaluación”, le recordaban a un profesor; “M manda solicitudes por FB sólo a niñas”, exponía otro texto; “¿acaso es gracioso fotografiar a tus alumnas cuando traen falda?” y “por cómo se visten es por eso por lo que los hombres las miran: profe D”, reprochaban otros mensajes escritos sobre cartulina u hojas de papel.
“Me incomoda que me digas mi amor”, se quejó alguien más en uno de los textos que formaban parte del tendedero.
Algunos profesores acumulaban acusaciones en el tendedero, colocado en la puerta y sobre las paredes aledañas, en la calle de Chopo, en la alcaldía Cuauhtémoc.
“Para J una falda es una invitación a acosar”; “J, no por traer escote me debes decir que soy una zorra”, eran otros de los mensajes dirigidos a uno de ellos, de los que se puso su nombre completo, pero que La Silla Rota omite por el derecho a la presunción de inocencia.
Otras de las quejas eran contra el maestro JL.
“Cada que me ve siempre hace comentarios inapropiados por mi cuerpo y la ropa que visto. De igual manera me pide le envíe fotos y mensajes”; “maestro, no quiero que me enseñe a sexualizar a una niña”; “no quiero verte que me des la bienvenida a la escuela, acosador”; “confunde amistad con acoso” y “me ofreció llevarme en su coche, esperando que le mandara mensaje y me dio un beso en la frente”, se leía en escritos diferentes y con letra distinta.
JB es otro de los profesores que acumulan acusaciones. “Intenta tocarte con la excusa de ser viejo y no ver”; “dice no ver, pero todo el tiempo se la pasa incomodando”, “no da clase y exige como si tuviera poder sobre sus alumnas”.
También se quejaron de personal de limpieza y alumnos
Incluso, había quejas contra el personal de limpieza: “debe estar en su trabajo, no en mis piernas” y en otra se leía “deja de mirarme las piernas”.
Algunos alumnos también fueron acusados por cuestiones de acoso sexual.
“No intentes tomarle fotos a tus compañeros SIN CONSENTIMIENTO”, “E, ¿por qué te importa tanto el tamaño de mis senos”, “A es un acosador”, y “deja de morbosear a las maestras y compañeras”.
Fueron precisamente las acusaciones de acoso sexual y la falta de sanciones, por las cuales un grupo de alumnas y alumnos decidió tomar la escuela el 4 de octubre.
La Silla Rota consultó a algunas alumnas si deseaban compartir su testimonio, pero declinaron hacerlo, ya que como no ha habido castigo, consideraron que al darlo a conocer, podrían revictimizarse.
Marchas
Las inconformidades por acoso sexual se han convertido en marchas de mujeres, como la ocurrida el 22 de marzo, organizada por alumnas de la Voca 7 que acudieron a oficinas centrales del IPN, en Zacatenco, y pidieron la aplicación del protocolo de prevención y detección de violencia de género.
La Voca 13 también colocó un tendedero e hizo cierres del plantel durante marzo del mismo año. Las inconformidades también se manifestaron en unidades profesionales, como son la Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) o en la de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA).
Asimismo, las redes sociales han sido usadas para exponer algunas de estas quejas de acoso y hostigamiento sexual.
Postura del IPN
La Silla Rota solicitó una postura al IPN sobre por qué no ha habido sanciones en contra de quienes han sido acusados.
Reiteró la información de que la Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género, “no cuenta con atribuciones para emitir sanción alguna”.
Explicó que dicha unidad, que pertenece a la Secretaría general, es la instancia responsable de incorporar la perspectiva de género en el IPN y garantizar que “las diferencias de género principalmente no sean causa de discriminación, desigualdad, violencia y falta de oportunidades en los ámbitos de desarrollo de las mujeres y los hombres que integran nuestra comunidad estudiantil y laboral”.
Las principales actividades de la unidad son acciones para la Prevención, Detección y Atención de la Violencia de Género; investigación con Perspectiva de Género y transversalidad de la Perspectiva de Género.
Asimismo, se implementó la campaña “Cero Tolerancia al Hostigamiento y Acoso Sexual”, la cual es difundida a través de redes sociales, radio y televisión, así como mediante la colocación de carteles en todas las unidades académicas, áreas del sector central y parabuses al interior del Politécnico.