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Lomas de Atizapán, el último bastión de los electricistas a 13 años de su extinción

El expresidente Felipe Calderón ordenó extinguir Luz y Fuerza del Centro en octubre de 2009

Escrito en METRÓPOLI el

Atizapán de Zaragoza, Méx.- Ubicada en la zona sur de este municipio y rodeada de cerros, se encuentra Lomas de Atizapán, una comunidad fundada hace más de 30 años en su mayoría por afiliados al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), donde Jorge Sánchez Torres (ex líder sindical) fungió como vendedor del terreno donde se construyeron más de 600 casas y edificios. 

En esta comunidad aún se percibe el espíritu combativo de los ex trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza, que han realizado la defensa de sus áreas verdes, zonas de reserva ecológica y de equipamiento urbano enfrentando incluso a las propias autoridades municipales, trienio tras trienio. 

“Se trata de personas que traen el espíritu combativo, han defendido su territorio y sus zonas de reserva como fue el Parque de los Patos, se opusieron en su momento a la construcción de un puente vehicular, que finalmente se hizo. Muchos de ellos aún son personas que participan políticamente en los partidos políticos, aunque es una generación de personas que van trascendiendo y dando paso al relevo generacional”, explicó el ex regidor Federico Vázquez Aguilar.

Añadió que de allí tuvieron muchos activistas políticos que trabajaban para el PRD, “en temporada de elecciones siempre teníamos cuadros muy valiosos de Lomas de Atizapán, aún vive allí gente de mucha valía. Hace dos días los vecinos de ese lugar dieron muestra de que aún siguen activos al exigir su derecho al agua potable”, destacó. 

Lomas de Atizapán consolidó sus trazos urbanos desde hace 35 años cuando el entonces dirigente del sindicado de electricistas Jorge Sánchez Torres adquirió unas 16 hectáreas, donde se construyeron diversas secciones de viviendas, las cuales fueron vendidas por el mismo sindicado a sus afiliados, como lo explica José Luis Sánchez, residente del lugar y ex trabajador electricista. 

“En nuestro caso vivimos en departamento del complejo de edificios, en la parte superior de Lomas de Atizapán. Cuando a mi padre le llegó la promoción de la casa sola, la cual se asignaba por jerarquías sindicales y antigüedad en la Compañía de Luz y Fuerza, aprovechó de inmediato, recuerdo que le hacían los descuentos vía nómina. A muchos, tras la extinción de la compañía de electricistas, el sindicato les ayudó para liquidar completamente sus casas y no tuvieran problemas posteriores”.    

El día negro para los electricistas 

La forma de vida en Lomas de Atizapán se describía como muy popular, alegre, donde día a día se escuchaba sones, rumba, cumbia, danzones, convivencias familiares todos los fines de semana.

“Aún recuerdo el sábado 8 de octubre de 2009, cuando en cada esquina de la colonia subiendo por la calle Otumba, de cada casa salía música, se escuchaba la algarabía de las reuniones familiares. Pero la mañana del lunes 10 de octubre, no lo podré olvidar, se percibía un ambiente tenso, un silencio sepulcral y había angustia en cada persona que veías en las calles”, describió Carlos Lecona, quien señala que entonces 20 años de edad.  

En esta colonia de Lomas de Atizapán, ese 10 de octubre de 2009 mientras elementos de la Policía Federal tomaban todas las instalaciones de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), incluyendo las subes las subestaciones de Lechería en Cuautitlán Izcalli y la de Acatlán en Naucalpan, ellos y más de 40 mil trabajadores más recibían la noticia del gobierno de Felipe Calderón de que su fuente de empleo ya había sido decomisada por el Estado, como lo explicó Tomás Martínez, un activista de Atizapán que siempre estuvo cerca de los trabajadores electricistas.   

"Por semanas, en Lomas de Atizapán ese ambiente popular, de fiesta, de continuas e interminables fiestas, ya habían desaparecido. “Muchos de los vecinos comenzaron a enfermar, ya no habría ingresos, ya no habría apoyos especiales, pagos por desempeño, bonos y pagos de gastos como prerrogativas sindicales. En definitiva, toda la forma de vida de los electricistas y sus familias cambio”, explica Tomás.  

Destaca que, a partir de la extinción de la LyF, los residentes de Lomas de Atizapán se enfocaron a luchar por recuperar su fuente de empleo, pero en medida que pasó el tiempo fue menor la probabilidad de lograrlo. 

No obstante, señala que el gobierno logró dividir a los extrabajadores electricistas ofreciendo montos casi del 100% como liquidación, no todos aceptaron y una parte de los trabajadores aún luchar por sus derechos laborales.  

Considero que Lomas de Atizapán aún sigue siendo un importante bastión de los trabajadores electricistas que siguen luchando por sus derechos, dijo finalmente Tomás Martínez.

El expresidente Felipe Calderón defendió la extinción 

En su libro "Decisiones Difíciles", el expresidente Felipe Calderón recordó el plan detallado para extinguir la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y el distractor ideal para hacerlo, que fue el partido de la Selección Mexicana en el Mundial de Sudáfrica, la noche del 10 de octubre de 2009. 

"Había que dar señales muy claras de que el gobierno mexicano estaba comprometido a reducir el déficit", señaló. 

Calderón Hinojosa justificó su decisión con el argumento de que era el momento de reducir de golpe una partida de alrededor de 55 mil millones de pesos. 

MRV