Atizapán de Zaragoza, Méx.- El proyecto industrial, tecnológico y de investigación que representaba el Tecnopolo Esmeralda fue abandonado a causa de un conflicto jurídico con la Comunidad Agraria de Atizapán, no obstante lo construido representó un gasto de más de 250 millones de pesos, incluyendo los 70 millones de pesos del edificio icónico, hoy en ruinas.
Como parte de las obras que se terminaron, pero que hoy están abandonadas se encuentra un circuito vial de tres carriles por sentido, con camellón central de jardineras, un edificio de una sola planta de más de 200 metros cuadrados de construcción y desde luego el edificio icónico diseñado por el artista Sebastián, quien es el autor del Coyote de Nezahualcóyotl y el Caballito en la calle Reforma de la Ciudad de México, entre otras obras.
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Tecnopolo Esmeralda fue inaugurado en el 2013 por el entonces gobernador Eruviel Ávila, siendo alcalde de Atizapán por primera vez Pedro Rodríguez Villegas y quien entonces dirigía la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Agustín Gasca Pliego.
El edificio principal del Tecnopolo fue entregado a la UAEM y fue ocupado incluso por algunos meses por personal de la institución. Este proyecto en ruinas se ubica en entre el polígono de México Nuevo, Plaza Galerías y la autopista Chamapa-Lechería frente al cerro de la biznaga.
Se pretendía, según un comunicado del Gobierno Estatal emitido tras la inauguración en 2013, que para el 2018 todo lo planeado, el edificio ancla, así como la construcción alterna, las industrias y oficinas estuvieran funcionando al 100 por ciento en sus 64 hectáreas.
Pero no fue así, llegó el conflicto donde el Núcleo Agrario de Atizapán ganó una demanda judicial reclamando estas tierras y casi la mitad del territorio de Atizapán de Zaragoza como su propiedad, en consecuencia, se suspendió toda actividad.
“Desde entonces nadie puede tocar o hacer algo en esas tierras, hasta que se resuelva el conflicto jurídico que existe con el propietario y la Comunidad Agraria de Atizapán. Esa sería la causa del abandono de las instalaciones”, explicó Arturo Trueba Urban, cronista municipal.
“Siempre que se hace una construcción con base en un proyecto tan costoso como fue Tecnopolo Esmeralda, primero se debió considerar la autenticidad del dueño del inmueble, para evitar lo que ya pasó, un gasto oneroso e innecesario en una obra que ahora luce fantasmal, pero que bien le costó al pueblo del Estado de México hasta 250 millones de pesos”, dijo Etelvina Gil, presidenta de Damas y Solidarios de Lomas de Bellavista.
La dirigente local agregó que algo se debería hacer con esa infraestructura urbana que ya existe, y quizás rehabilitar los edificios que se encuentran vandalizados, “quizás una alternativa sería que llegaran a una conciliación quienes pelean las tierras para que sea donado para actividades de cultura”.
Arturo Trueba señaló entrevistado al respecto por La Silla Rota, que no se puede hacer nada, la ley lo prohíbe, sólo hasta que se resuelva de manera definitiva el diferendo jurídico que hay por las tierras.
Recordemos que la Comunidad Agraria de Atizapán ganó un juicio donde les concedían la razón en la propiedad de cientos de hectáreas, en una extensión que abarca desde la Presa Madín, Calacoaya, Las Alamedas, Lomas de Atizapán, Plaza Galerías, el Cerro de la Biznaga y parte de Zona Esmeralda. Pero el asunto aún esta en litigio, dijo el cronista Arturo Trueba Urban.
Etelvina Gil quien promovió una demanda de amparo para evitar la modificación al Plan de Desarrollo Urbano Municipal 2019-2021, señaló que parte de lo que buscan es que se sigan urbanizando los cerros, cambiando el uso de suelo de una densidad baja a mediana o alta.
Si se hubieran respetado los cerros considero que se hubiera generado una mejor convivencia con la naturaleza y habría una mejor calidad de vida, pero también se hubieran evitado errores como el de construir Tecnopolo Esmeralda, sin que existiera certeza de la propiedad del inmueble, dijo la dirigente de colonos.
En un recorrido realizado por La Silla Rota en el edificio Tecnopolo, se pudo constatar las acciones de los vándalos, destrozaron la totalidad de cristales térmicos polarizados, que vestían el exterior del edificio, destrozaron el plafón falso del interior, sustrajeron la totalidad de cableado, tubería de cobre, paneles eléctricos, lámparas de techo, sustrajeron retretes, coladeras y todo lo que pudieron.
El edificio se observa impactante de la parte de abajo, pero temeroso en su interior, se observa similar a alguna de las construcciones de países donde actualmente enfrentan guerras, con sólo el esqueleto, una estructura de concreto con acabados deshechos. Tecnopolo Esmeralda es ahora solo eso, un esqueleto descarnado.
MRV