Villa del Carbón, Méx.- En el Estado de México se producen unos 600 mil árboles de navidad, representando una fuente de ingresos a largo plazo para los campesinos, ejidatarios y comuneros que se dedican a esta actividad, por ello incorporan otras acciones que les permitan un sustento a ellos, a sus empleados y a sus familias, como son los negocios alternativos de alimentos preparados, cestería, venta de accesorios propios de la época o hasta la renta de cabañas.
En Villa del Carbón a unos 8 kilómetros de la cabecera municipal, se encuentra el sembradío San Simón, que es una de las 650 plantaciones comerciales de árboles de Navidad que hay en el Estado de México.
Te podría interesar
“Aquí tenemos unas 6 hectáreas con siembra de árboles, de las especies vikingos, oyamel y Douglas, la mayoría están disponibles para venta por que ya tienen más de 3 años, cuyos costos en esta temporada de 2022 fue de los 750 a los 2,000 pesos, dependiendo del tamaño que va desde uno a 3 metros de altura con cinco a 8 años de edad”, explicó Antonio Martínez trabajador del plantío.
Añade que para ellos la temporada buena es desde finales de noviembre y diciembre, sin embargo, “todo el año trabajamos en la preparación de la tierra, en la siembra de nuevos árboles, limpieza de maleza, en darles la firma cónica a los ejemplares, poda, revisión que no tengas plagas. Eso implica gastos”, dijo.
Te podría interesar
En la temporada de venta, laboran unas 40 personas, que cortan los árboles que eligen las familias visitantes, otros que le colocan la tina y la cruceta de madera en la base, pero también otros dedicados a la venta de productos naturales para adornos, que ellos mismos elaboraron con productos del campo y algunos más vendiendo alimentos preparados.
Pero sin duda “otros ingresos que nos permite subsanar los gastos fuera de temporada, es la renta de cabañas, las cuales tenemos en la parte alta de la loma, cuyo costo es de 1,300 pesos por dos personas y por cada noche” explica Toño.
Las cabañas del sembradío de árboles de navidad se encuentran en la parte superior de la loma y tienen una vista excepcional, de donde se aprecia la parte noroeste del Valle de México, en un ambiente natural, donde el ruido que se escucha en las noches solo es de las hojas de los encinos cercanos y de algunos animales propios del campo.
Para Zaid Mendoza, vecino de Atizapán de Zaragoza, el comprar un árbol en los lugares de plantío es una experiencia inolvidable y emocionante, “es de esos momentos que disfrutas en familia, acudes a los lugares naturales, disfrutas de los paisajes, te desestresas y además te diviertes con tus seres queridos. No hay comparación. Así como disfrutamos el llevar el arbolito pasando navidad y año nuevo a los lugares de acopio”.
En Villa del Carbón además del sembradío de San Simón, hay cultivos naturales en San José de las Tablas, en el paraje Paso del Coyote y en la zona de San Jerónimo, donde también en cada temporada se disfruta de cortar el árbol de navidad en el mismo sitio donde se cultiva.
El Estado de México ofrece en esta temporada 600 mil árboles, que las familias, pudieron adquirir entre bellos paisajes de Amecameca, Jilotzingo, Huixquilucan, Valle de Bravo, Tlalmanalco, Almoloya de Juárez, Juchitepec, Xonacatlan, Xalatlaco, Tenango del Valle, Temascaltepec, Villa del Carbón, Zinacantepec, Isidro Fabela, Calimaya y Villa Victoria, entre otros.
Los pinos que se venden en los plantíos de la entidad mexiquense, son adquiridos en su mayoría para adornar hogares de la CDMX. Un árbol navideño tiene aportaciones extras a la naturaleza, al formar parte de una plantación forestal comercial, donde se le devuelve la vida a un terreno agropecuario en desuso o que era poco productivo, donde se replantan o mediante un tratamiento se hacen brotes del mismo ejemplar cortado.
De acuerdo con el doctor en Ciencias Forestales de la Universidad de Chapingo, que en 2018 difundió un artículo al respecto, con este negocio se enriquecen los suelos y tornan en predios enriquecidos que con la vegetación atraen aves, mamíferos, reptiles y anfibios.
Destaca que los nuevos árboles replantados o que emergen de retoños en los troncos, ayudaron a la infiltración de agua al subsuelo y capturaron carbono, con lo que contribuyeron a mitigar los efectos del cambio climático.
El especialista e investigador Gil Vera, destacó en su descripción que en los entornos ecológicos donde hay cultivos de árboles mejora la calidad del aire, lo que no ocurre con los árboles artificiales, los cuales son de materiales derivados de petróleo, que incluso genera sustancias cancerígenas y que tardan hasta cien años en degradarse.
La Comisión Nacional Forestal (CONAFORT) señala en su manual de producción de Arboles de Navidad que las plantaciones forestales comerciales, son una alternativa para cubrir la demanda el mercado nacional, pero sin afectar los bosques naturales y contribuyendo a mejorar el aprovechamiento sustentable de los recursos forestales.
Destaca el documento que, en estas plantaciones, los poseedores de las parcelas realizan un aprovechamiento continuo del recurso forestal, pues al momento en que se aprovecha un árbol, en la siguiente temporada de lluvia, se planta otro o se utilizan los rebrotes para formar un nuevo árbol, de esta forma es un recurso que se aprovecha en forma sustentable.
Las plantaciones forestales comerciales de árboles de Navidad se convierten en la actualidad en agronegocios los cuales requieren de una inversión financiera a largo plazo, ya que por las características de crecimiento de las especies que se utilizan y las prácticas de manejo necesarias para producirlos, empiezan a generan utilidades a partir del sexto u octavo año.