Clavos, madera cortada con una sierra y zacatón, son los elementos que utilizan la familia Gómez González para crear las casitas del Nacimiento, aunque desde noviembre comienzan a hacerlas, en cuanto llega diciembre el ritmo es más acelerado.
Miden, cortan, clavan, recortan. Así una y otra vez hasta llegar a una cuota mínima de 50 casitas y pesebres al día elaborados en familia en su taller de San Pablo Autopan, al norte de Toluca.
“Hacemos las casitas para los nacimientos de Navidad, hacemos los pesebres, es un taller familiar, aquí toda la familia trabaja aquí. Ya tenemos 28 años trabajando”, comentó Pedro, quien reconoce que fue una idea de familia el negocio.
Si bien casi todo el año se dedican a la compra y venta de antigüedades, dos meses antes de la temporada navideña, la recolección de zacatón comienza, el otoño hace lo suyo, después, acuden a los aserraderos para obtener la madera.
“Ocupamos casi toda la madera que ya es desperdicio, la trabajamos, el zacatón que se da en el campo. Es una tradición que es año con año que se lleva a cabo porque amamos la Navidad, pero en su verdadero significado, nos ha unido como familia”.
Con precios que van desde los 20 y hasta los 400 pesos, esta actividad familiar se ha convertido en una lucha por mantener viva la tradición de recordar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre por encima del intercambio de regalos.
“Viendo que el material donde nació el Niño Dios es un pesebre, le damos forma a todo, nace del corazón de la familia que quisieron poner nacimiento, de ahí nació hacer y ya se hizo esto ahora sí que negocio familiar”.
El pequeño taller se encuentra en la calle Nicolás Bravo de San Pablo Autopan, donde una familia le da forma a la fe y a los festejos por la natividad.
MRV