Querétaro, Qro.- Pareciera utopía: prisiones en las que no hay homicidios, riñas colectivas, fugas, motines, tráfico de drogas, ni hacinamiento, y donde, además, se apuesta a la reinserción social de mujeres y hombres, sin importar su delito o acusación. Pero es una realidad en México.
El Sistema Penitenciario de Querétaro tiene récord de cero incidentes de este tipo en los últimos cinco años, lo que sustentan datos del INEGI y la estadística de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Incluso, las medidas de vigilancia de última generación que se han implementado evitaron la descarga de narcóticos desde el aire, a través de un dron que sobrevoló uno de los penales varoniles, en enero pasado.
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Gustavo López Acosta, comisionado estatal del Sistema Penitenciario de Querétaro, destaca no solo los controles para impedir que se cometan delitos y actos de violencia en los cuatro centros de reclusión estatales, sino la aplicación de un proyecto orientado a la reinserción de las Personas Privadas de la Libertad (PPL).
Comenta también la implementación de diversas acciones para prevenir la reincidencia, la cual fue de 1% en el último año.
En contraste, señala que ha ocurrido un fenómeno que demuestra que los centros penitenciarios de Querétaro “no son lugares para delinquir”, sino para obtener una “segunda oportunidad”, con un trato digno y de respeto a los derechos humanos, sin excepción.
Y es que se han registrado algunos casos de internos –generalmente con perfil de alta peligrosidad o probablemente relacionados con la delincuencia organizada– que han tramitado amparos para ser cambiados de penal, ante la imposibilidad de cometer ilícitos desde el interior.
A diferencia de lo que comúnmente ocurre en varios centros penitenciarios de la república, tampoco se han realizado extorsiones telefónicas, porque los inhibidores de señal de celulares sí funcionan y es poco probable el ingreso de estos aparatos.
El gobierno de Mauricio Kuri no solo ha evitado el “autogobierno” que imponen internos en otras cárceles del país, sino que apuesta por la reinserción, buscando que las personas que obtienen su libertad no sean estigmatizadas y se reincorporen a su vida productiva y social de la mejor manera posible.
La tarea recae en Gustavo López Acosta, quien asegura a La Silla Rota que la administración del estado de Querétaro está decidida a que los penales de la entidad jamás se conviertan en “escuelas del crimen”.
El Sistema Penitenciario de Querétaro es un organismo descentralizado, con personalidad jurídica propia, responsable del manejo de cuatro centros: CP1 Varonil y CP2 Femenil, en San José El Alto; CP3 Varonil, en San Juan del Rio; y CP4 Varonil, en Jalpan de Serra.
La población en conjunto es de unos 3 mil internos, que actualmente ocupan el 80% de la capacidad instalada.
En la actual administración, se instaló tecnología de punta en las aduanas, a fin de que las revisiones sean más eficientes y menos intrusivas, con aparatos que permiten detectar drogas, explosivos, armas u otros objetos prohibidos, como celulares que puedan llevar ocultos los visitantes.
Existen lectores biométricos para el registro de visitantes con la capacidad de detectar a personas que cuenten con órdenes de aprehensión, mientras que el equipo de CCTV (Circuito Cerrado de Televisión) fue renovado para reforzar las labores de vigilancia con enlace directo con el Centro de Información y Análisis para la Seguridad del Estado (CIAS).
Blindaje contra drogas
El comisionado indica que se han iniciado 42 carpetas de investigación relacionadas con personas que intentaron ingresar algún tipo de droga en el Sistema Penitenciario de Querétaro, particularmente en el año 2018.
Sostiene que estas medidas de seguridad han provocado que se reduzcan los intentos de entrar con sustancias y objetos prohibidos.
Sin embargo, los delincuentes siempre buscan la manera de tratar de lograr sus objetivos. En enero pasado, un grupo de personas intentó introducir droga a uno de los penales, mediante el uso de un dron que sobrevoló el área restringida con la intención de descargar narcóticos.
López Acosta dice que las autoridades iban un paso adelante, pues cuentan con un sistema de seguridad aéreo no solo para detectar drones que busquen romper el cerco de seguridad, sino para tomar el control del aparato y detectar el sitio desde el que es manejado.
Esto permitió la captura de siete sospechosos que pretendieron ingresar la droga.
Una medida que ha resultado efectiva es la clasificación de PPL con base en su perfil y el delito del que se les acuse, para ubicarlos en determinada sección, que es el módulo de máxima seguridad para quienes sean vinculados con la delincuencia organizada o ilícitos graves.
Se evita además contacto entre los que probablemente pertenecen a grupos antagónicos o tienen una rivalidad, pero también entre aquellos que pudieran establecer una asociación para cometer actos ilícitos, lo cual se define con trabajos de inteligencia penitenciaria.
“En cinco años tenemos cero homicidios, cero motines, cero conatos de riñas colectivas, cero tentativas de fugas y cero fugas, además de que no tenemos sobrepoblación, como resultado del modelo y la estrategia del gobierno de Querétaro”.
Reinserción digna
La Silla Rota llevó a cabo un recorrido por el CP1 Varonil y el CP2 Femenil, donde se observa disciplina, orden y limpieza.
Abundan en diversos espacios imágenes de Nelson Mandela, quien pasó 27 años encarcelado por su lucha contra el Apartheid y se convirtió en presidente de Sudáfrica.
Se pueden leer las denominadas “Reglas Mandela”, las cuales fueron establecidas por la ONU como normas para garantizar que todos los reclusos deben ser tratados con dignidad y respeto, que nadie sea sometido a tratos crueles, inhumanos y degradantes, así como la obligación de darles una vida digna en internamiento.
La estrategia penitenciaria queretana tiene también como objetivo primordial la reinserción de las PPL a la vida familiar, social, laboral y productiva, por lo que ofrece apoyo a mujeres y hombres para que lo consigan.
Una de las estrategias es el plan de actividades en externamiento, que consiste en dar seguimiento durante un año a la persona que ha obtenido su libertad, mediante una herramienta tecnológica denominada “Pospenapp”, la cual se le ofrece como alternativa para mostrar de forma virtual los avances en los compromisos que asumió de manera voluntaria.
Este innovador método permite apoyarle para conseguir empleo, capacitación para el trabajo, educación, acceso a becas e incluso obtener su identificado oficial del INE.
Este acompañamiento, permite que la PPL, en caso de que obtenga un beneficio de la libertad condicionada de parte de un juez, cumpla adecuadamente con las medidas que se le impongan.
Se fomenta la industria penitenciaria, la capacitación para el trabajo y el autoempleo. Mujeres y hombres pueden trabajar en diversos oficios, por lo que reciben un salario como si estuvieran en libertad, y les abre la posibilidad de ser contratados una vez que obtengan su liberación.
Existe el trabajo en la rama automotriz, de costura, elaboración de pan y de diversos productos, algunos adquiridos por empresas que los exportan.
Los CP1 y CP2 cuentan con servicio médico de primer nivel, y para no desatender a las PPL que requieran de diagnósticos más especializados se adquirió tecnología de punta denominada Telemedicina.
En el penal femenil existe un programa que garantiza los derechos de niños y niñas que viven en el interior con un protocolo de egreso temporal en el que participa el DIF municipal.
El comisionado asevera que el gobierno de Querétaro cree en la reinserción, “mediante un modelo que puede replicarse si realmente hay voluntad política como aquí”.
El Sistema Penitenciario de Querétaro tiene el galardón “Águila Dorada”, máxima distinción internacional otorgada por la Asociación de Correccionales de América y está en el “top tres” de los mejor evaluados del país, en el Diagnóstico de Supervisión Penitenciaria 2021 de la CNDH.