La música es el alimento del alma y en Calimaya, este 22 de noviembre celebraron que resistieron el embate de la pandemia de covid-19 por lo que sus notas fueron dedicadas a Santa Cecilia, patrona de los músicos.
En la tierra del mariachi, con serenata y fe, las 42 agrupaciones cantaron y tocaron en ese día de Santa Cecilia como desde hace poco más de medio siglo en la Parroquia de San Pedro y San Pablo.
En esta localidad mexiquense, el mariachi charro cantor comenzó como un impulso a la cultura y se convirtió en símbolo de identidad.
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Miguel Ángel Mondragón Lazcano, es uno de los fundadores del primer mariachi de la localidad, aunque su andar es pausado su voz aún entona.
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“Por curiosidad me nació de querer aprender a tocar un instrumento sin tener conocimientos musicales sino que eso fue dándose y pues un mariachi de Tenancingo le sugirió que formara un mariachi aquí en Calimaya y pues con el apoyo de algunas personas que ya tenían un poquito de conocimiento musical y pues, con el apoyo de ellos, fue cómo surgió el primer mariachi aquí en Calimaya”.
Entre Cielito Lindo, Cielo Rojo y Las Mañanitas, este día del músico los mariachis agradecieron que aún en las desgracias hay qué cantar y son que calienta el alma.
Santa Cecilia es reconocida como la patrona de los músicos debido a que en todos sus tratos está tocando el arpa u otros instrumentos musicales.
Es por ello que cada 22 de noviembre la tradición marca que, ataviados con sus trajes y fe, los mariachis salen desde su lugares de ensayo cargando la imagen de su Santa Patrona y entonando sus mejores serenatas. Caminan hacia la Parroquia de San Pedro y San Pablo.
Aquí, la música mexicana es ejecutada con pasión y devoción.
VGB