Moisés Jiménez tiene 70 años de edad y para él, durante los últimos 28, adaptarse al cambio ha sido su única posibilidad de sobrevivir y ganarse el sustento.
Se pone el uniforme de cartero y, sin importar el clima ni el caos vial, sale a recorrer las calles de Toluca para entregar paquetes postales.
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Los tiempos han cambiado, sí. Las cartas de amor y las postales han sido reemplazadas por las nuevas tecnologías. Ahora el correo está lleno de paquetes, facturas y notificaciones.
Aun así, Moisés se sube a su moto, de la que lo han tirado ya en tres ocasiones, y sigue manteniendo comunicada a la gente de su localidad.
“Cuando se tiene ganas de trabajar, se hace con mucho amor, se le pone toda la atención al trabajo y gracias a Dios nuestras autoridades postales nos apoyan en todo, dentro de la situación que estamos viviendo”, comentó a punto de subirse a su moto, pese a los años, pese al caos de la Ciudad, pese a todo.
“Me siento orgulloso, me siento orgulloso porque representamos a un gremio que le damos el servicio a toda la comunidad de toda clase social”.
La oficina postal de Toluca que tiene más de 50 años en operación, cada año organiza su caravana en la que los carteros a bordo de motocicletas y bicicletas, recorren las calles tocando el claxon orgullosos de portar el uniforme de carteros. Este viernes no fue la excepción.
Los desafíos de seguir siendo cartero
Entre los trabajadores postales y sus familias, resaltaba Moisés quien ha visto cómo este servicio se ha transformado durante casi tres décadas y cómo el embate del internet cambió la forma de comunicación y con ello, el valor que tenían en la sociedad.
“Empezamos caminando, después en bicicleta y ahorita traemos moto, pero nos hemos encontrado con que la gente nos agrede, nos avientan los carros, los perros… la gente quiere más a sus mascotas que a nosotros y el peligro es para nosotros. Yo tengo dos accidentes, dos graves, gracias a Dios estoy en activo y me siento muy contento de trabajar”.
Su sonrisa desigual y el cabello cano revelan que ha sabido levantarse y mantenerse como el servicio que brinda, el cual asegura que sigue vigente.
“Voy a ser cartero mientras Dios me lo permita, me siento joven”.
En Toluca existen 80 repartidores postales en activo, todos los días recogen sus paquetes y cartas y recorren hasta 70 calles en un día de casa en casa y, si tienen suerte, a veces el amor en tinta se aprecia entre tantas cuentas por pagar.