El pequeño Diego apenas tiene siete años de edad pero se ha consagrado como un guerrero en los últimos dos puesto que en 2020, en pleno apogeo de la pandemia por covid-19, fue diagnosticado con dos tipos de leucemia. Su sonrisa y su voz tipluda lo delatan, no piensa rendirse.
"Deadpool es mi personaje favorito porque no se puede morir y lucha contra el cáncer", conoce mientras sujeta una figura de este antihéroe, una pequeñita que rompe el entorno en su casa ubicada en la comunidad de San Diego de los Padres, al norte de Toluca.
Su madre lo abraza mientras relata que la primera lucha fue conseguir un diagnóstico certero.
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Diego comenzó con un dolor de estómago, le siguieron vómitos, ictericia, moretones y pecas rojas. Perdió el apetito, los médicos de primer nivel confundieron los síntomas con hepatitis y con anemia, pero cuando llegó al Hospital para el Niño, en Toluca, se confirmó su diagnóstico y le dieron apenas 20% de probabilidades para sobrevivir.
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"Estuvo en pruebas, bastantes pruebas hasta que le diagnosticaron con leucemia bilineal, tiene leucemia mileolide con predominio mieloblástica y desde ahí empezamos a luchar contra esta pesadilla y vamos juntos de la mano con Diego y seguimos luchando para su bienestar, seguimos luchando en todo momento, seguimos adelante", comentó Ángeles, mamá de Diego.
De las estancias en el hospital que se extendían por semanas, el pequeño trata de recordar que ahí, comenzó a sentirse mejor pese a todo.
"Me daban piquetes pero me sentí bien", reveló con una tímida sonrisa porque lleva cuatro meses sin complicaciones.
Las ganas de sobrevivir de Diego y el amor de sus padres, los han llevado a agotar todas las opciones, por lo que ahora recolectan tapitas de plástico para poder continuar con su tratamiento pues recibe quimioterapias durante una semana al mes.
Aunque la atención es gratuita, en el Hospital para el Niño la escasez de medicamentos para pacientes con cáncer e incluso de insumos, ha hecho que el pequeño junte este material plástico que las fundaciones que ayudan a los pequeños que padecen esta enfermedad, venden a las recicladoras.
Este ciclo escolar, Diego por fin pudo entrar a la escuela, y ahí, recibió su mas valioso donativo.
“Mis amigos de la escuela juntaron muchas tapitas. Me dijeron 'toma estas tapitas' y les dije gracias".
Pese a lo complicado del pronóstico y a que los ciclos de quimioterapia están lejos de terminar, Diego sabe que va a vencer al cáncer por lo que lanzó un llamado a la población en general para que le ayuden a conseguir tapitas para asegurar su tratamiento y el de sus amigos del Hospital para el Niño.
Para ayudarlo a seguir sonriendo y luchar contra los pronósticos sólo es necesario entrar a la fanpage de Facebook Equipo por DIEGO.
VGB