Cempasuchil, flor de los 20 pétalos que viste el camino de las ánimas; nube para representar el alma de los muertos dentro de los altares; y alhelíes para simbolizar el amor y pedir por el eterno descanso, son las flores tradicionales para los días de los fieles difuntos y todas se siembran en el Valle de Toluca.
Aunque la neblina no termine de disiparse, en la comunidad de San Francisco Putla, perteneciente al municipio de Tenango Del Valle, revela sus colores. Apenas el Sol comienza a salir y la nitidez alcanza al ojo. Es el anaranjado, el morado, el blanco. Son los olores de naturaleza viva y tradición palpitante.
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A las 8:00 de la mañana los campos comienzan a ser visitados. Los días de Muertos están cerca y las flores lo saben. Están ya en su máximo punto, listas para ser cortadas y devorar lo mismo ofrendas que camposantos. El trabajo de meses florece y la emoción es el rocío que la acompaña.
Para Venancio Esquivel Hinojosa, productor desde hace 40 años, está temporada de muertos es especial, pese a las crisis, tanto económica como de salud, sigue sembrando y viviendo de ello.
“La siembra comienza en julio con la nube, los alhelíes son en agosto, el cempasúchil también en agosto. Ahorita con la lluvia que cayó el otro día pues si vino a beneficiar porque estaba bien seco ya, pero estuvo bien que haya llovido y ahorita esperamos el corte, el corte va a ser del 25 para adelante ya se empieza a cortar”.
El retorno a la tradición
No sólo es el cempasúchil, flor de los 20 pétalos, son los alhelíes y las nubes las que decoran los campos en Putla y, este 2022, son la mayoría los que decidieron regresar a la floricultura.
Desde que comenzó la pandemia los productores decidieron sólo sembrar 30% de sus hectáreas con flor de ornato, el resto se reconvirtieron para darle espacio al cultivo de hortalizas. Pero no este año.
Si bien en esta localidad se disponen de 250 a 300 hectáreas para el cultivo de las flores de temporada, el año pasado 50% fueron ocupadas por lechugas, cilantro o brócoli, ante la imposibilidad de asistir al panteón para dejar flores.
“Lo que pasa es que hace tres años la flor se tiró, no la vendimos e incluso la cambiamos por despensa, hace dos años sembramos poca y mejor le dimos espacio a la comida pero el año pasado estuvo muy bien, el precio estuvo muy bien porque no se tiró y sí se vendió, hizo falta”.
Esta temporada se espera que la flor se venda entre 60 y 120 pesos por rollo, el precio lo determina la demanda, lo único que buscan es recuperar la inversión pues los insumos se encarecieron, entre los la semilla, los fertilizantes y los plaguicidas.
Putla dispone de 250 a 300 hectáreas para el cultivo de cempasúchil, nube y alhelíes a cargo de 150 productores que si bien han pasado por los estragos de la pandemia y el cambio climático, también luchan por mantener vivos los olores y los colores de una tradición que ayuda a que los fieles difuntos, reconozcan el camino de regreso a la memoria y al corazón de quienes los siguen amando pese a su partida.