PACHUCA.- A los 57 años, Maribel Marrón Islas decidió volver a la escuela, tras enfrentar problemas familiares y recibir apoyo en el Centro de Justicia para Mujeres de Hidalgo, fue canalizada al Instituto Hidalguense de Educación para Adultos (IHEA), donde concluyó la primaria en pocos meses. Hoy, se prepara para iniciar la secundaria con la convicción de que nunca es tarde para aprender.
“Comencé a asistir a asesorías los jueves y en dos exámenes terminé mi primaria. Dedicarle cuatro horas a la semana fue suficiente, pero sobre todo contar con el respaldo de mi asesora y de mis cuatro hijas, quienes siempre me impulsaron”, relató. Su meta es concluir la secundaria y después continuar hasta la preparatoria: “Yo invito a más personas a acercarse, siempre podemos continuar”.
El caso de Maribel se suma al de Israel Villanueva, quien recientemente recibió su certificado de preparatoria. El proceso, dice, no fue sencillo, ya que requirió de siete meses de preparación y exámenes quincenales, todo mientras cumplía con su rol de padre de tres hijos. “Al inicio es difícil, pero uno encuentra la manera de superarse. Mi esposa Pilar me motivó a seguir, porque la preparatoria hoy es requisito en todos lados”.
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Pilar Ortega, su pareja, coincide en que el principal reto es vencer la idea de la falta de tiempo: “La familia y el trabajo no son un obstáculo, son más bien el motor para que uno busque nuevas oportunidades”.
El panorama educativo en Hidalgo
El esfuerzo individual se suma al trabajo institucional que desde el Instituto Hidalguense de Educación para Adultos (IHEA) se realiza al atender a jóvenes y adultos desde los 15 años hasta adultos mayores que desean concluir su primaria, secundaria y bachillerato.
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Jesús Antonio Ávila García, coordinador de la Zona Pachuca Norte, explica que en su jurisdicción, que abarca municipios como Atotonilco el Grande, Huasca de Ocampo, Mineral del Chico, Mineral del Monte, Omitlán, Pachuca de Soto y San Agustín Tlaxiaca, existen importantes retos.
“De acuerdo con el censo del INEGI 2020, en Atotonilco el Grande, por ejemplo, hay 1,845 personas que no saben leer y escribir; 2,654 sin primaria terminada y 4,442 sin secundaria. Eso suma casi 9,000 personas en rezago educativo. En Pachuca de Soto, el número es mucho mayor: más de 43,000 personas sin la educación básica concluida”, detalla.
Asegura que el reto es enorme, pero la estrategia se centra en convenios con ayuntamientos, perifoneo en comunidades, visitas domiciliarias y la participación de asesores voluntarios que acompañan a los estudiantes.
“Actualmente contamos con unos 35 asesores voluntarios en la zona, además de responsables de plazas comunitarias y técnicos docentes. No buscamos replicar el sistema escolar tradicional, sino adaptarnos al tiempo y ritmo de cada persona”, señala Ávila García.
Estrategias y herramientas
El IHEA ofrece distintas modalidades de estudio: presencial, en plazas comunitarias donde se brindan asesorías y se aplican exámenes; en línea, a través de la plataforma “Aprende en Línea”, que permite a los estudiantes avanzar a su propio ritmo desde un teléfono, tableta o computadora; así como en formato híbrido, combinando guías impresas, asesorías virtuales y acompañamiento presencial.
“La pandemia nos enseñó a aprovechar la tecnología. Hoy hay estudiantes que trabajan todo el día, pero en la noche se conectan por WhatsApp o Zoom con sus asesores. Lo importante es que el aprendizaje sea accesible y la flexibilidad es clave, cada estudiante decide cuántas horas invertir y con qué modalidad continuar”.
Vencer el “ya para qué”
Uno de los principales obstáculos es la percepción de que la educación en la adultez carece de sentido. “Muchos mayores de 55 o 60 años nos dicen: ‘ya para qué, si así he vivido toda mi vida’. Esa es la primera limitante, sin embargo, hemos demostrado con ejemplos que nunca es tarde”.
Comparte que uno de esos ejemplos es el de una mujer de 93 años que terminó su primaria recientemente. “Ella nos dijo que lo hacía para demostrarse a sí misma que podía hacerlo, pero también para motivar a sus nietos que habían desertado de la escuela. El día que recibió su certificado, llevó a su nieta a inscribirse a la secundaria”.
Este tipo de historias, subraya, refuerzan el papel de la familia como motor de cambio. Abuelos que inspiran a nietos, hijos que impulsan a sus padres y parejas que se acompañan.
Impacto y eficiencia
En la región Pachuca Norte, alrededor del 75 al 80 por ciento de los inscritos concluyen sus estudios, lo que representa que, de 600 personas registradas, 420 logran obtener su certificado cada año.
“Es importante aclarar que no todos los procesos duran lo mismo, cada persona llega con un nivel distinto de conocimientos, por eso aplicamos evaluaciones diagnósticas que permiten reconocer lo aprendido a lo largo de la vida. Si alguien desertó en secundaria, pero aprendió con la experiencia, se le reconoce”, el coordinador precisó que este sistema evita comenzar desde cero y traza una ruta personalizada de aprendizaje.
Preparatoria abierta: una opción flexible para jóvenes y adultos
Víctor Villanueva, responsable de educación preparatoria, explicó que desde 2017 el Instituto de Educación para Jóvenes y Adultos absorbió la modalidad de preparatoria abierta, y actualmente Hidalgo es uno de los tres estados que la alberga.
Este esquema permite que cualquier persona con certificado de secundaria pueda incorporarse, y el tiempo para concluir depende de cada alumno. “Pueden solicitar hasta dos exámenes por quincena de un total de 22. Si no reprueban ninguno, en seis meses y medio podrían terminar; pero si presentan uno cada quincena, el proceso puede extenderse hasta un año y medio o dos”, detalló.
La flexibilidad ha permitido atender a distintos perfiles, desde adultos que avanzan a su propio ritmo hasta jóvenes que buscan una alternativa educativa. Villanueva recordó el caso de una estudiante de 14 años que, tras sufrir bullying, cursó primaria y secundaria en el instituto, concluyó ahí la preparatoria y actualmente estudia en la Universidad Pedagógica.
En la coordinación de Pachuca se emiten alrededor de 120 certificados de preparatoria por año, cifra que podría incrementarse con la incorporación de nuevos grupos canalizados desde la Instancia de la Mujer en varios municipios. El año pasado, por ejemplo, se registraron 200 mujeres y se prevé que en diciembre 70 concluyan sus estudios.
A diferencia de la educación básica, la preparatoria abierta sí tiene costos, aunque accesibles: una preinscripción de 113 pesos, una inscripción de 453 pesos, ambos pagos únicos, y 98 pesos por cada examen. Cada materia puede acreditarse en hasta cuatro oportunidades, lo que garantiza a los estudiantes diversas posibilidades de concluir sus estudios.
El IHEA mantiene abiertas sus convocatorias durante todo el año. Cualquier persona interesada puede acercarse a las coordinaciones regionales o a las plazas comunitarias. La oficina de la zona Pachuca Norte se ubica en la calle Artículo 3º, número 80, primer piso, fraccionamiento Constitución. El teléfono es 771-376-0060 y el correo electrónico: cz13¬_pachuca@inea.gob.mx.
jgp
