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Una mala racha llevó a David, de 23 años, al refugio invernal de Pachuca

El refugio invernal representa para David la oportunidad de ahorrar dinero para dejar de vivir en las calles, superar su mala racha y retomar sus estudios

Créditos: Emma Fermín
Escrito en HIDALGO el

PACHUCA. - Descansar en un colchón, tener un lugar donde resguardarse del frío y asegurar dos comidas al día son algunas de las razones por las que David Aranda Montaño, un joven pachuqueño de 23 años, se ha vuelto un usuario constante del Refugio Invernal, que fue instalado en la capital hidalguense por parte del ayuntamiento. 

Ubicado en la calle Amapola número 703, en la colonia Ampliación Santa Julia, este lugar representa un “cálido hogar temporal” para las personas que no tienen donde pasar la noche en esta temporada, en que las temperaturas suelen ser muy frías.

David es uno de los 28 usuarios que han acudido al Refugio Invernal en busca de un sitio seguro para pernoctar, y es uno de los pocos que se ha convertido en un huésped constante del lugar, aunque, a diferencia de otros, no siempre tuvo esa necesidad. 

Al joven de 23 años lo atrapó una mala racha, dice. Como cualquier otra persona, contaba con un empleo que le daba para sus gastos personales y para rentar un cuarto en el que vivir, pero hace un par de meses se quedó sin trabajo y tuvo que buscar otras opciones. 

Crédito: Emma Fermín

En entrevista con La Silla Rota Hidalgo, David relata que fue un recorte de personal el que lo dejó fuera del restaurante donde laboraba limpiando pescado; ya más en confianza, detalla que tuvo una diferencia con otro compañero y ello derivó en su salida. 

Su siguiente empleo fue lavar carros, pero sin un salario fijo y los gastos por pagar, tuvo que prescindir de algunas cosas, entre ellas, del lugar que rentaba, por lo que, admite, pasó algunas noches en las calles, o si ese día lo ganado se lo permitía, rentaba algún cuarto barato por jornada.

“Yo rentaba un cuarto y en esos días se me acabó el dinero y me sacaron mis cosas, y tuve que andar en unas calles de por aquí, buscando dónde quedarme”, recuerda 

Ese ir y venir por las vialidades de Pachuca, o quizá el destino lo llevó hasta las puertas del Refugio Invernal, del cual no había oído hablar todavía. En las afueras del salón se observa una manta enorme que define la función del sitio, por lo que no dudó en entrar para ver el servicio que se ofrecía. 

Crédito: Emma Fermín

“Ya no me alcanzaba el dinero y pasé un día de estos y vi el refugio, se me hizo muy buena idea, muy buen plan, porque ya no me alcanzaba, entonces por eso llegué aquí, vi el alumbrado y me pasé a preguntar y sí se me recibió”, menciona. 

Sin red de apoyo 

Aunque David es originario de Pachuca y cuenta con más familia viviendo en la ciudad, señala que no hubo apoyo o alguien que le brindara un espacio en su casa para quedarse, pues todos viven al día y rentan las viviendas que habitan. 

Crédito: Emma Fermín

No es el caso de todos los usuarios del Refugio Invernal, asevera Isabel Vite Cruz, secretaria de Desarrollo Humano y Social de la alcaldía de Pachuca, quien puso como ejemplo la situación de Celia, una joven que también se ha convertido en huésped recurrente y que padece un trastorno mental. 

La dependencia buscó localizar a la familia de Celia y ha comenzado a tejer una red de apoyo para que se le dé seguimiento una vez que se levante el refugio, que será el próximo 28 de febrero, y, sobre todo, se siga vigilando su condición. 

Crédito: Emma Fermín

También está el caso de un adulto mayor de origen cubano en estado de vulnerabilidad, quien ya tiene cerca de 20 años viviendo en México, aunque a Hidalgo arribó hace apenas dos, y no tiene trabajo. A esta persona se le atiende también médicamente pues se le diagnosticó trastorno obsesivo-compulsivo y ansioso-depresivo, para lo cual ya recibe la medicación adecuada. 

Y es que a todos y todas las usuarias que llegan al refugio se les realiza una revisión médica, señaló Marlene Sandoval Pérez, doctora encargada de atender a quienes arriban todos los días, pues la consulta se hace diariamente para llevar un control. 

Crédito: Emma Fermín

La mayoría de las personas que hacen uso del refugio presentan algún tipo de ansiedad, debido a que algunas han sufrido violencia y por su mismo estado de vulnerabilidad; este cuadro también está acompañado, en ocasiones, con adicciones a diversas sustancias.

Comida, ropa y medicamentos 

Isabel Vite menciona que entre lo que se les brinda a los huéspedes se encuentra un par de comidas: un desayuno y una merienda; además de que hay regaderas y baños para su aseo personal y se les otorga un kit de limpieza. También, en caso de requerirlo, se les otorga medicamento, algunos de ellos controlados, pero son supervisados por el personal médico. 

Crédito: Emma Fermín

La funcionaria municipal destacó que gracias a la colaboración de diversas personas y donaciones los usuarios pueden dormir sobre un colchón, no únicamente sobre el camastro, lo cual les brinda mayor confort para pasar la noche, además de que se les proporcionan cinco cobijas para no pasar frío

El Refugio Invernal también cuenta con un inventario de ropa y zapatos que han sido donados por la ciudadanía y que pueden ser utilizados por los huéspedes, cuándo así lo requieran; esas prendas y artículos se convierten en su propiedad. 

En su mayoría, los usuarios son hombres, algunos en situación de calle, otros en tránsito, y se ha brindado incluso apoyo a un migrante hasta el momento. Las mujeres son en menor medida las que acuden, pero hay un área especial que delimita las zonas para no estar todos juntos. 

Reintegrarse y estudiar  

Para David, la mala racha que está pasando es temporal, por lo que, pese a su situación actual, está convencido de que pronto encontrará otro empleo que le permitirá costear sus gastos y rentar un lugar para vivir, razón por la cual ya ha estado ahorrando en las últimas semanas, gracias a que en el refugio no se le cobra nada. 

Crédito: Emma Fermín

Entre sus objetivos está regresar al lugar donde laboraba antes, pues señala, el compañero con el que tuvo diferencias sólo está temporalmente, por lo que espera que cuando se vaya, él pueda regresar a su antiguo empleo. 

Pero además de trabajar, David quiere retomar sus estudios para terminar la preparatoria, la cual abandonó hace ya algunos años, cuando cursaba el primer semestre, y ahora le gustaría finalizarla. 

Crédito: Emma Fermín

“Regresar a estudiar, me quedé en el primer semestre de prepa, me salí, yo ya no quise estudiar, pero ahora ese es mi plan, en prepa abierta, y yo creo que nada más en lo que junto un dinero, se me va a dar la oportunidad de estudiar y trabajar al mismo tiempo”.  

Sus aspiraciones no son llegar a una carrera universitaria, simplemente, dice, que se ha dado cuenta de que para obtener mejores oportunidades de empleo, le piden la preparatoria, y a pesar de su situación actual, tiene confianza en que lo logrará y proyecta ese optimismo. 

“Es muy difícil, ¿no? Yo digo que sí se puede… El chiste es que sí se puede”, finaliza.


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