Tulancingo.— Desde hace más de siete décadas la Lucha Libre ha sido una de las expresiones culturales más arraigadas en el estado de Hidalgo, tradición que a lo largo del tiempo ha tenido cambio significativos en la representación dentro de este espectáculo deportivo: la creciente participación y reconocimiento de las mujeres.
Históricamente, la Lucha Libre ha sido dominada por hombres, con figuras icónicas como El Santo, Blue Demon y Mil Máscaras, que han dejado una huella imborrable en la cultura mexicana, no obstante, las mujeres han estado luchando incansablemente para hacerse un espacio en este mundo habitualmente masculino.
El deporte espectáculo en Hidalgo tiene antecedente desde hace más de 70 años, desde entonces en espacios como el Centro Social Deportivo de Pachuca y la catedral hidalguense del pancracio: La Arena Afición, principalmente por tener exponentes varones y en años recientes las mujeres han impreso un distintivo importante arriba de los cuadriláteros.
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“La lucha libre es el imperio de la testosterona, porque así se fue dando al ser una actividad de alto impacto, sin embargo, hay una gran historia de personajes de amazonas del ring que se animan a saltar desde la tercera cuerda, a hacer llaveo y castigos de poder, mujeres que han dejado un legado que continúa a pesar de los desafíos y obstáculos que implica la disciplina”, comparte el especialista en Lucha Libre, Arturo Cruz Flores.
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Mujeres exponentes en Hidalgo
Actualmente se tienen destacadas gladiadoras en el estado, quienes con pasión, entrega y disciplina dan fe de su compromiso en el deporte arriba del cuadrilátero, su destreza y valentía a través de movimientos técnicos, llaves y castigos las ubica en un peldaño importante en la historia de la Lucha Libre hidalguense.
Azucena Ángeles Flores, conocida en el pancracio como Zuzu Divine, se involucró en la lucha libre mientras acompañaba a su hermano menor a entrenamientos, para luego incorporarse y entrenar con exponentes como Crazy boy, Violento Jack, hasta convertirse es una de las alumnas más aventajadas del luchador Aero Boy, multicampeón y parteaguas en la lucha libre de Hidalgo.
“Cuando decido entrenar Lucha Libre en mi familia se hizo evidente el machismo, mi papá me dijo que no, pero me aferré y lo he logrado con la complicidad y soporte de mi mamá; después de 10 años y con una hija eso no ha cambiado”.
Zuzu Divine forma parte de las nueve exponentes originarias y residentes de Tulancingo, lista en la que figura Dayami Ho, Súper Crazy Jr, Chica Dinamita, Chica Letal, JC Mclean, Candy y Letty Star. De acuerdo con información recopilada por especialistas en la lucha libre, se tiene un registro de 47 luchadoras en Hidalgo.
Arturo Cruz indica que Pachuca es una peculiar cuna de talentos luchísticos, ciudad donde hay una marcada generación de los años 80; a la fecha se tienen mujeres como Joselyn Armenta, Estrella Dorada, Pequeña Oyuki, La Fantástica, La Briosa, Chica Rebelde, Pantera Infernal, Niña Mágica, Guerrera de las Sombras, Colombia, Princesa Azteca, Mística Bengala, La Venus, Lupita Solís, Alma Solitaria, Titania, la mayoría de ellas retiradas.
Asimismo, Pumara, Kira, Night Bitch, Kimura, Anjana, Lady Samuray, Vikinga, también originarias de la capital hidalguense; en Tizayuca las representantes son Tímida y Magia Azul; en Tula y Tepeji: Princesa Killary, Guerrera Celestial, Lady Black, Zoe, Kitana y Sayki Queen.
“La mayoría de ellas desertan, abandona por lesión, toman una carrera deportiva intermitente, o por un proyecto de vida se alejan, son muchas cuestiones familiares y sociológicas que afectan las trayectorias especialmente de las mujeres, pero hay también elementos que han logrado trascender con el apoyo de las familias, pero es evidente la desigualdad que existe”.
Brecha laboral y lucha contra estereotipos
La representación femenina en la Lucha Libre no ha estado exenta de desafíos y obstáculos, ya que constantemente se enfrentan a la falta de oportunidades dentro y fuera del ring: la brecha salarial, la falta de visibilidad en los eventos principales y los estereotipos físicos y de género.
“En la actualidad vemos un estilo de lucha distinto para ambos géneros, con presencia física más estética en comparación con épocas pasadas donde el distintivo recaía en el pesaje de los luchadores. La nueva generación de gladiadoras marca una pauta porque al no haber tantas exponentes femeninas deben enfrentase a varones, los promotores hacen esta acción de cruzar talentos y a pesar de la complejidad, el reto implica un mayor fogueo para las luchadoras quienes hacen poesía con movimientos espectaculares llenos de técnica, con o sin el apoyo del público”, expreso el especialista.
Zuzu Divine indica que en el estado es posible que las gladiadoras participen en luchas estelares en el Deportivo de Pachuca y el Coliseo de Tulancingo, a diferencia del centro del país donde difícilmente se logran espacios dentro de una tercer lucha, ya que, afirma, se minimiza el trabajo de las mujeres.
“Como luchadoras nos tenemos que preparar al doble que los hombres, debemos tener la fuerza y condición física, pero conservando la estética, no lucir gorda ni flaca; hay que invertir no solo en trajes, también en maquillaje, además de los entrenamientos de lucha que equivale a 5 horas, y no es un oficio remunerado y a veces ni con el reconocimiento del público. Es algo complicado y más cuando se es madre o estudiante, es necesario contar con una red de apoyo”.
Heroínas mexicanas
La luchadora comparte que la experiencia que se vive arriba del ring es mágica e indescriptible, ya que ante los ojos de la gente y especialmente de los niños se vuelven súper héroes, personajes que admiran y se vuelven inspiración.
“Es muy bonito cuando las niñas me dicen que les gustaría ser una heroína como yo, el que se acerquen y me miren con emoción, es un compromiso que abrazo, porque debemos demostrar, como se dice ahora, que podemos ser y hacer lo que nos propongamos, sin pensarlo ni desearlo nos volvemos ejemplo.
“El hecho de ser mujer no limita en absolutamente nada, podrá ser complicado más no imposible. Yo invito a que seamos atrevidas, que salgamos de la zona de confort, todo momento es adecuado para iniciar”.
La representación femenina en la Lucha Libre de Hidalgo no solo es una cuestión de justicia deportiva, sino también un reflejo de la diversidad y la inclusión que deben prevalecer en todos los ámbitos de la sociedad. En un deporte donde la fuerza, la habilidad y el coraje son fundamentales, las mujeres están demostrando que no hay límites para lo que pueden lograr. Es hora de reconocer y celebrar su contribución a este emocionante mundo de la Lucha Libre.
“La importancia cultural de las luchadoras hidalguenses es mucho y es fuerte, ellas nadan a contra corriente, se impulsan solas muchas veces con ganas de tirar la toalla porque no es fácil entrenar, a veces el doble para vender un buen espectáculo, es muy pesado para las mujeres tomar este camino. Yo invito a las personas a que vayan a las funciones de lucha libre y conozcan el trabajo que hay de tras del deporte espectáculo, porque además es la terapia emocional más barata que se va a encontrar en el mercado”.
sjl