Pachuca.— La degradación del suelo en Hidalgo alcanza niveles críticos, afectando la fertilidad de la tierra, la retención de agua y la producción agrícola. Este problema, impulsado por la deforestación, la agricultura intensiva y la urbanización descontrolada, es un reflejo de una crisis ambiental que afecta a muchas regiones de México. Según el ingeniero agrónomo, Hirma Salomón Guzmán, entre el 25 por ciento y el 58 por ciento de los suelos en Hidalgo se encuentran en proceso de desertificación.
La producción de alimentos a nivel mundial depende del suelo: el 95 por ciento de lo que consumimos –desde hortalizas y frutas hasta forraje para el ganado– se origina en tierras agrícolas. Sin embargo, la producción intensiva ha degradado el 60 por ciento de los suelos en el planeta, generando una crisis que amenaza la seguridad alimentaria y la salud humana.
Impacto de la degradación en Hidalgo
En Hidalgo, el 95 por ciento del territorio muestra algún nivel de degradación. La situación es particularmente grave en el Valle de Tulancingo, donde sólo el 25 por ciento de los suelos son productivos, y en el Altiplano, donde el 90 por ciento de las tierras, especialmente las dedicadas a la producción de cebada, están severamente afectadas.
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"La producción agrícola es cada vez más difícil y requiere el uso intensivo de insecticidas y pesticidas, lo cual pone en riesgo la salud humana y del ecosistema", señala Salomón Guzmán, técnico en regeneración de suelos. La degradación se mide en función de la materia orgánica: un suelo saludable debe contener al menos un 3 por ciento de microbiota; sin embargo, la mayoría de los suelos en Hidalgo están muy por debajo de ese umbral.
En el Valle del Mezquital, la salinización de los suelos se ha exacerbado por el uso prolongado de aguas residuales para riego. En algunas áreas, después de casi 20 años de riego por inundación, los suelos han perdido su fertilidad. La recuperación sería muy costosa, requiriendo al menos cinco años de descanso para algunas tierras.
Iniciativas de rescate: hacia una agricultura sostenible
Para revertir el daño, especialistas de la iniciativa Cruzada en Hidalgo Salvemos al Suelo y el Agua proponen la aplicación de biosólidos de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Atotonilco de Tula, así como la reducción de fertilizantes químicos en el Valle del Mezquital. También han trabajado con productores de la Sierra Otomí Tepehua para implementar prácticas como el cuidado de praderas y la gestión sostenible de cultivos en la Sierra Norte de Puebla.
"La regeneración de los suelos necesita del apoyo estatal y federal, ya que el costo para los productores es alto", asegura Salomón Guzmán. La Cruzada en Hidalgo trabaja con agricultores para adoptar técnicas sostenibles como la rotación de cultivos, la disminución de labranza y el uso de bioinsumos. Estas prácticas podrían reducir el uso de fertilizantes químicos y mejorar la salud del suelo.
Propuesta de Ley del Suelo para Hidalgo: un paso hacia la conservación
El pasado 5 de diciembre de 2023, la Cruzada en Hidalgo presentó en la Cámara de Diputados del estado una propuesta de Ley del Suelo. Esta ley busca la conservación y restauración mediante financiamiento adecuado, alianzas público-privadas y políticas que promuevan la regeneración del suelo y el agua.
La ley fue elaborada tras 13 reuniones con representantes del gobierno, universidades y la sociedad civil, quedó en espera con el cambio de legislatura, actualmente espera la dictaminación de la Comisión de Medio Ambiente de la 66 Legislatura local. Se proyecta que la ley incluiría incentivos para prácticas sostenibles y apoyos para productores que adopten tecnologías amigables con el suelo.
El próximo Día Mundial del Suelo, 5 de diciembre, se organizará un foro en la Cámara de Diputados de Hidalgo, junto a una feria estatal que presentará maquinaria y tecnología amigable con el suelo y el agua, impulsando un enfoque de agricultura y ganadería bio-regenerativa.
Un llamado a la acción
La Cruzada en Hidalgo Salvemos al Suelo y el Agua impulsa iniciativas de conservación y restauración que incluyen la reforestación, la modernización de los sistemas de conducción de agua en áreas urbanas y la implementación de proyectos comunitarios de conservación de suelos y recursos hídricos. Estas acciones requieren el apoyo de todos los sectores, desde el gobierno hasta la sociedad civil.
"Si adoptamos estas tecnologías, podremos restaurar la fertilidad del suelo, asegurar la producción sostenible de alimentos y proteger la salud de las futuras generaciones", concluye Abraham Salomón Ganado, agricultor y defensor del suelo agrícola en Hidalgo.
sjl