Tezontepec de Aldama.— El suelo hierve aquí y allá, el calor sube por la suela de los zapatos y se propaga hacia las piernas, también hierven la cabeza y los hombros. El sol ha calentado este poblado hidalguense todo el día, también lo calentó ayer, antier y un día antes de antier: el estiaje se ha instalado de forma permanente en el corazón del Valle del Mezquital.
Este año, Santiago Bautista cultivó 4 toneladas de maíz, antes de que el sol castigara con el rigor de la sequía, su parcela daba hasta 9 toneladas. Explica que la tierra se ha ido quedando estéril por la aplicación abusiva de agroquímicos, la falta de lluvias y la disminución del volumen de agua que llega del Valle de México y se distribuye en canales de riego: venas de 1,400 kilómetros alrededor de las que crecen maíz, frijol, calabaza, nabo, alfalfa.
Las temperaturas superiores a 28 grados que prevalecen en la región bien entrado el otoño son causa de El Niño. La Comisión intersectorial para la atención de sequías e inundaciones de la Conagua vaticinó el fenómeno meteorológico desde marzo de este año hasta la primavera de 2024.
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El pronóstico climático desalentador contrasta con las expectativas de José Isabel Ortiz, pasante de ingeniería y comunicación electrónica del IPN, que se describe asimismo como alquimista independiente. El ingeniero recomendó a Santiago Bautista aplicar fertilizantes orgánicos que él ha ido perfeccionando, cubrir su parcela con rastrojo: una vara fibrosa que sostiene los maíces, dice que conserva la humedad, permite la propagación de microrganismos en la tierra que luego nutrirán los maizales, si funciona, el siguiente año crecerán plantas fuertes, abundantes y resistentes a las plagas.
La solitaria lucha de producir alimentos con un clima errático
El laboratorio de José Isabel —como llama a su pequeña empresa Biofertilizantes Hidalgo Mex—, está localizado a unos 10 minutos de la parcela de Santiago Bautista, en la colonia La Loma, en Tezontepec de Aldama. Es una fortaleza de cemento revestida con lonas que anuncian la venta de abonos orgánicos y conejos para mascota, pie y canal.
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Adentro hay cubetas de 10 litros y tambos de 30 galones distribuidos en un patio cuadrado, contienen líquidos cafés, ámbar, amarillos, espumosos, espesos, pestilentes, todos reproducidos a partir de microorganismos que extrae de sustratos de montaña; también hay contenedores con lixiviados de composta, igual de olorosos o más, pero color negro.
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“Lo que hace que se multipliquen los cultivos son unos bichitos que hay ahí que se llaman microorganismos, es cierto que la tierra también tiene microorganismos patógenos, pero esos microorganismos patógenos se pueden minimizar con una sobrepoblación de microorganismos benéficos y es donde ahorita la gente, la ciencia, ya está volteando hacia ese lado… lo que estamos tratando de hacer es regresar a las bases, otra vez, regresar al proceso de cómo cultivar, multiplicar los microorganismos benéficos, los microorganismos de montaña…”
Hacia la derecha del patio cuadrado hay un pasillo de cemento que conduce hasta un jardín poblado de matas de chile a las que José Isabel ha ido aplicando los líquidos ámbar, amarillos, cafés; cada fertilizante tiene un efecto diferente, algunos son para el crecimiento, otros para el follaje, otros hacen plantas resistentes a las plagas.
“Ha cambiado el planeta y ante esa situación no nos podemos poner a llorar ¿qué vamos a hacer? Es en lo que estamos trabajando ¿cómo revertir esa situación? Ir aprendiendo (…) nos hemos metido desde hace siete años a investigar cómo es el proceso de los cultivos y encontramos que la base está en los principios del bosque. El bosque no se toca, a la tierra no se le da vuelta y se conservan todos los microorganismos que contiene este hábitat, se empieza a hacer el ciclo positivo: genero vapor, genero nubes y se hace el ciclo del agua”.
Las matas de chile son un éxito que el ingeniero atribuye a la aplicación de fertilizantes, aclara que el Valle del Mezquital dejó de producir chiles y jitomates porque la tierra se fue quedando sin vida microbiana por el uso indiscriminado de agroquímicos, la compactación del suelo por el ir y venir de las máquinas, el volteo de la tierra.
Esas técnicas de siembra, detalla, han generado un círculo vicioso: la compra de pesticidas para matar plagas que van debilitando las plantas, que entonces requieren de fertilizantes más agresivos, todo absorbido por el bolsillo del productor.
“Hemos metido mucho la agricultura a principios mecanizados, industrializados, perdimos ese entorno, esas raíces que nos habían enseñado nuestros ancestros, ellos sí lo sabían proteger, ellos sí lo sabían cuidar, y nosotros no, dada la necesidad entre comillas de que hace falta alimento, era producir, producir, producir y no ver las consecuencias que traemos atrás…”
Un camino solitario de dos productores
La investigación de nuevas técnicas para producir alimentos sin extenuar la tierra ha sido un camino solitario para José Isabel y Santiago Bautista, su objetivo común es producir alimentos de buena calidad y obtener ganancias sin dejar estéril la tierra, pero, la mayoría de los pequeños agricultores del Mezquital piensan a corto plazo: sembrar-cultivar-vender-ganar lo que se pueda, y empezar el ciclo otra vez.
Los campesinos esperan poco de los gobiernos municipal, estatal y federal, ambos coinciden que las políticas públicas dirigidas al campo son para la fotografía —lo fue con el PRI y lo es con Morena—, en la práctica, aseguran que los pequeños agricultores se las arreglan solos ante los embates del cambio climático, que alterna años con demasiada lluvia, como en 2021, y sequía severa, como la que atraviesa actualmente Tezontepec de Aldama y otros 15 municipios de la región, situada a horas y media de Pachuca.
Su apreciación no está lejos de la realidad, por ejemplo, este año el gobierno de Hidalgo destinó 200,000 mil pesos al Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico del Valle del Mezquital, que fue creado para investigación, validación, capacitación y transferencia de tecnología para pequeños productores y está localizado en Mixquiahuala, a unos 35 kilómetros de Tezontepec de Aldama.
El secretario de agricultura, Napoleón González Pérez, reconoció que el centro de innovación opera con un presupuesto “raquítico”, prevé aumentarlo para 2024. Actualmente, detalló, experimentan con la producción de maíz azul ante la depreciación del grano amarillo.
Además del centro de innovación, este año la Secretaría de Agricultura repartió el seguro catastrófico, de 35,000,000 de pesos, entre 15,825 productores, cada agricultor recibió 2 mil 211 pesos por hectárea afectada.
“Antes ni quién quisiera las aguas grises, pero ya vieron que es negocio”
Además de las matas de chile, José Isabel Ortiz ha estado aplicando sus fertilizantes orgánicos en las calabazas y maizales, que crecen en terrenos ubicados a quince minutos de su laboratorio, conduciendo por una carretera estrecha de doble circulación. Las parcelas son cuadrados y rectángulos perfectamente delimitados por donde pasan canales de riego que distribuyen las aguas negras del Valle de México.
El estudio Evaluación de la calidad del agua residual para el riego agrícola en Valle del Mezquital, señala que el estado recibe 56.60 metros cúbicos por segundo de aguas residuales de la Ciudad de México y municipios conurbados, pero Santiago Bautista y José Isabel Ortiz acusan conjuntamente que disminuyó el volumen de agua, lo atribuyen a la entrega de concesiones al Estado de México de parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que se encarga de distribuir el líquido y dar mantenimiento a los sistemas de riego.
“En el tiempo de sequía, en el tiempo de estiaje el agua no alcanza y diera la impresión de que dices, hace tiempo nos llegaba mucha agua y la ciudad era más pequeña y alcanzaba y había suficiente, a parte eran otros tiempos, llovía más que ahorita; sin embargo uno diría, la ciudad no se hizo chiquita como para que se le acabara el agua, al contrario, aumentó más y por el contrario el drenaje se hizo mucho más, pero ¿qué ha sucedido?, han asignado concesiones atrás y que levantan el agua para otras zonas de riego que ya han abierto… que son más recientes de las que tenemos aquí en el Valle”.
El secretario de agricultura, Napoleón González, al respecto dijo que en Hidalgo hay canaleros y personal encargado de distribuir el agua mientras que hay información de que en el Estado de México no existe esa regulación.
En lo que va del año, la Conagua ha entregado 29 títulos de concesión para uso agrícola, ocho a distritos de riego del Estado de México y 21 a Hidalgo, de los cuales, sólo tres no están localizados en el Valle del Mezquital, de acuerdo con la información pública disponible.
José Isabel camina entre el maizal, arranca dos mazorcas, las primeras del cultivo, la tradición, dice, es que se hacen en trenza y se colocan en la entrada de la casa para que no falte el alimento, el otro agricultor, Santiago Bautista, lo observar unos metros atrás, ambos esperan que el siguiente año crezcan plantas fuertes, que la tierra sea generosa aún sin lluvia y la distribución equitativa de las aguas del Valle de México.
Clima, uno de los problemas que enfrentan agricultores de México
El Censo Agropecuario 2022, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que el clima es de los principales problemas de los agricultores mexicanos, 61 por ciento de los entrevistados advirtieron pérdidas por algún climático o biológico y 29.9 por ciento mencionó la "pérdida de fertilidad del suelo".
La encuesta, que se levantó entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, señala que en el periodo de referencia se obtuvieron 34.6 millones de toneladas de arroz, cebada grano, frijol, maíz grano amarillo, maíz grano blanco, sorgo grano y trigo grano.
También se obtuvieron 18.3 millones de toneladas de aguacate, cacao, coco, fresa, guayaba, limón, mango, manzana, naranja, nuez, papaya, piña y plátano.
De acuerdo con el censo, el 45.6 por ciento de la producción de granos se concentra en los estados del Pacífico: Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán y Guerrero.
sjl