FEMINICIDIOS EN HIDALGO

Monse, la similitud que tiene su muerte con la de Debanhi de NL

Como en el caso de Debanhi Escobar, la familia de Monserrath Contreras sospecha que la joven hidalguense fue asesinada y que no se suicidó como dijeron las autoridades

Monserrath tenía 21 años y estudiaba la licenciatura en Educación.Créditos: LSR
Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.– Como en el caso de Debanhi Escobar, en Hidalgo una familia reclama que la muerte de Monserrath Contreras Hernández, fue un asesinato y no un suicidio.

La joven de 21 años de edad, estudiante del cuarto semestre en la Escuela Normal de la Sierra Hidalguense, fue localizada sin vida el 27 de junio de 2022 con un balazo en la cabeza en el baño de la casa de la familia de su novio, en Tianguistengo, Hidalgo.

Una carta póstuma fue hallada junto al cuerpo, pero Arturo Contreras, el padre de Monserrath, sospecha que su hija no se quitó la vida porque no sabía usar armas de fuego.

Además, le encontró un moretón en el ojo derecho, fisuras en las muñecas de las manos como si la hubieran amarrado, moretones en los pulgares, uñas y un golpe en la pierna.

Monse murió un mes antes de su cumpleaños 22

Monserrath quería graduarse de maestra, amaba bailar huapangos, cuidar de su abuela materna, visitar a sus tíos que viven en la Huasteca y también a los de Querétaro.

El 27 de julio celebraría su cumpleaños número 22, pero exactamente un mes antes del festejo la hallaron sin vida en una vivienda de la calle Ruperto Alarcón, en la cabecera municipal de Tianguistengo.

A esa casa llegó un año con ocho meses antes de su muerte y el lugar lo habitaba en compañía de su novio y los padres del joven. El inmueble estaba a cinco minutos de su universidad, era más cercano que recorrer diariamente 40 kilómetros desde su comunidad Yatipán.

En esa misma residencia donde pasó la mitad de su vida universitaria, fue donde su novio la encontró sin vida la mañana del lunes 27 de junio, cerca de las 11:30 horas.

Sin embargo, su papá Arturo se enteró de la noticia hasta las 13:30, luego de que una de sus sobrinas le avisó por teléfono. Cuando llegó al lugar, el padre no encontró el cuerpo de su hija y a partir de ese momento, comenzó a detectar irregularidades en el caso. 

Los peritos hicieron el levantamiento de cuerpo y ni siquiera se esperaron a que llegara un familiar directo para que diera fe (…) Su mamá y yo nos trasladamos, pero ya llegamos algo tarde. Mi sobrina llegó antes, cerca de las cuatro. El cuerpo lo levantaron desde las dos”.

En la casa que vivía Monse había más de un arma  

Las indagatorias del caso de Monserrat iniciaron en el Ministerio Público de Zacualtipán, pero el 29 de junio se turnó a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos de Género, bajo el número único de caso: 19-2022-00191.

“La movimos de Zacualtipán porque la verdad pienso que es un problema de género, no creemos que sea un suicidio y la verdad no creemos en la justicia del Ministerio de Zacualtipán”.

De acuerdo con el padre de la víctima, en la carpeta hay un reporte de un policía de investigación que estableció que independientemente del arma con la que Monse presuntamente se quitó la vida, había más de estos artefactos en la casa que habitaba.

Sin embargo, el papá puntualizó que Monserrat “no usaba armas, tenía conocimiento de ellas” y que, aunque se encontraron otras pistolas en aquella vivienda de Tianguistengo, no fueron aseguradas.

También indicó que el novio de su hija fue la primera persona que la halló sin vida, pero no le realizaron pruebas de rodizonato de sodio que se aplican para identificar si alguien disparó un arma de fuego.

“Al novio nunca lo detuvieron, no hubo algún peritaje de sus manos, absolutamente nada. Me parece que también debían tomarle muestras de sus huellas, de sus manos, para ver sino había vestigios de pólvora”.

Respecto a las indagatorias, Arturo Contreras indicó que está en la espera de los dictámenes de balística y caligrafía, porque buscan cotejar la letra de Monserrath con la aquella que aparece en la carta que supuestamente escribió antes del presunto suicidio.

Huellas de violencia

El mismo día de los hechos, el 27 de junio, Arturo comenzó los trámites para la velación y sepultura del cuerpo de Monserrat. Aquel lunes, acudió al Ministerio Público de Zacualtipán para declarar, algo que dijo, no hizo el novio de su hija.

“Antes de irme del Ministerio les pregunté por qué no había declarado este señor Yair, ni su familia. Me encaró uno de los policías de investigación y me dijo: ¿usted tiene pruebas de que él le hizo algo? Yo le dije que no, pero que para eso estaban ellos, para hacer las investigaciones”.

Cuando Arturo por fin logró ver el cuerpo de su hija, notó que tenía un ojo morado y durante el velorio, otros familiares se percataron de más moretones.

“Resulta que mis sobrinas le descubren su cuerpecito y en las muñecas tenía hematomas, como si le hubieran amarrado unos lazos, tenía sus muñecas moradas. Sus pulgares estaban morados, todo eso hizo que la familia se incomodara más, que ya nadie creyera que ella se había quitado la vida”.

Adicional a las huellas de violencia física, Arturo señaló que su hija probablemente era violentada psicológicamente por su pareja, pues a partir de que comenzó a vivir con su novio, el padre notó que las llamadas familiares para saludarse o platicar, disminuyeron.

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Paulatinamente, Monse dejó de contestar mensajes o se tardaba en responder, situación que previo a su relación sentimental no ocurría; también suspendió los viajes a Yatipán para visitar a su abuela materna o llevarla al médico, cuando con anterioridad asistía semanalmente e incluso se quedaba a dormir los fines de semana. 

“A mi esposa sí le llegó a decir abiertamente que se sentía incomoda. Yo noté que empezó alejarse de la familia, mis sobrinas me decían que por más que le marcaban, que le mandaban mensajes, ya no contestaba”.

Monserrath soñaba con ser maestra

Monserrath nació en Huejutla de Reyes, pero su mamá y abuela materna son originarias de la localidad Yatipán, ubicada en Tianguistengo.

A esta comunidad llegó a vivir a los 15 años de edad para cuidar de su abuelita, una adulta mayor que vivía sola en casa, por eso Monse decidió hacerle compañía y estudiar su preparatoria en Yatipán, pues así no descuidaría la salud de su familiar, ni la escuela.

Al concluir el bachillerato, ingresó a la carrera de Contabilidad en la Universidad Tecnológica Sierra Hidalguense de Zacualtipán, pero al año, descubrió que su verdadera vocación era ser docente.

Así es que esperó la convocatoria, hizo examen y logró un lugar. En el año 2020 ingresó nuevamente a la escuela, pero esta vez a la Normal de la Sierra Hidalguense de Tianguistengo.

Cursó del primer al cuarto semestre, pero no llegó a quinto porque la mañana del 27 de junio la localizaron sin vida en una vivienda que habitaba cerca de su escuela. Monserrath anhelaba ser docente y laborar en su municipio o en cualquier otra región de Hidalgo.

Mi niña no tenía ningún motivo como para quitarse la vida, era una persona con muy buen promedio, era líder dentro de su comunidad, una jovencita muy sociable (…) Ya se venía una fiesta familiar que ella estaba muy emocionada e ilusionada por estar ahí”.

Además de estudiar, su padre Arturo recuerda que le gustaba el baile, asistir a las fiestas tradicionales especialmente a las de la huasteca para bailar huapango, eso es lo que sus tíos más extrañan de ella.

“Era una buena hija, una buena hermana, tenía gran empatía por la gente ajena, siempre se prestaba a ayudarles, a darles un consejo, a visitarlas, por eso se nos hace raro que se quitara la vida. Era una estudiante que tenía toda una vida por delante y ahora resulta que se quita la vida nada más así, nosotros no creemos eso”.

60 muertes violentas de mujeres

Del 1 de enero al 31 de julio de 2022, la organización civil Servicios de Inclusión Integral y Derechos Humanos A.C. (Seiinac), detectó 60 muertes violentas de mujeres en Hidalgo mediante datos hemerográficos.

Al respecto, Rafael Castelán Martínez, titular de Seiinac, consideró que son los familiares de las víctimas quienes, en ocasiones, tienen datos relevantes de sus casos y conocen las situaciones que posiblemente obstaculizan sus procedimientos.

“Ellos y ellas (familiares) son partícipes de la investigación, muchas veces son quienes hacen de todo para investigar e incluso aportan sus elementos de prueba”.

Por lo anterior, consideró como relevante la creación de un comité de evaluación y seguimiento en investigaciones de feminicidios y muertes violentas de mujeres.

En Hidalgo, el pasado 11 de agosto, esta organización civil y la Fiscalía para la Atención de Delitos de Género de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) firmaron un convenio para la implementación de dicho organismo.

Con lo anterior, se busca que no exista revictimización o violencia institucional, además de analizar casos donde posiblemente no existió debida diligencia para la no repetición.

Además de promover procesos de capacitación y especialización al personal interviniente en las investigaciones de muertes violentas de mujeres y hacer del conocimiento las posibles irregularidades que detecte en su labor y aplicación del protocolo de feminicidio.

sjl