Pachuca.— Rebeca Aladro Echeverría, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Hidalgo (TSJEH), respaldó el actuar de la jueza Janet Montiel Mendoza en la causa penal que se inició en contra del expolicía Marco Antonio N, quien el 5 de febrero de 2025 acabó con la vida de Rosaura, su madre, padre y hermano.
La representante del Poder Judicial explicó que la jueza actuó conforme a lo que la ley permite y no vislumbra que exista algún tipo de corrupción, incluso señaló que la juez no tenía conocimiento de que existiera una segunda causa penal en contra del agresor, pues era un asunto que apenas iba a ser judicializado.
No obstante, a que respaldó a la jueza Janet Montiel, la presidenta del TSJEH indicó que la visitaduría comenzará una investigación del asunto para determinar lo que proceda y según la gravedad, la sanción va desde una amonestación, suspensión o destitución.
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“Porque lo que se dice es que el juez lo dejó salir, no señores, el juez no otorga una libertad si no se está solicitando esta suspensión condicional, suspensión que no es petición del juez, esa petición es del Ministerio Público”, comentó. La suspensión condicional -dijo- debe ser atendida por la defensa o por el ministerio público.
Rebeca Aladro explicó que hubo una primera petición de suspensión condicional, pero fue negada por la jueza debido a que no se había hecho la reparación del daño a la víctima, pero una vez que se colmó el requisito, ya no hubo razón para negarla, e incluso no hubo oposición ni de la víctima ni del Ministerio Público.
“El actuar del juez, hasta ahorita lo que vemos fue correcto. Sin embargo, vamos a seguir investigando y vamos seguir viendo todo el asunto, pero hasta ahorita lo que tenemos, no hay ninguna cuestión que pudiéramos decir que la juez actuó mal”, dijo.
La vigilancia de las condiciones que se imponen al imputado -mencionó- corresponden a la Unidad de Medidas Cautelares (UMECA), y una de ellas puede ser que no se acerquen a la víctima, que no resida en el mismo entorno de su domicilio, que no tenga ningún trato con la víctima, entre otras.
El antecedente
Rosaura era una mujer que acusó violencia por parte de su expareja, presentó dos denuncias, una había sido judicializada, pero se otorgó una suspensión condicional al imputado, y fue en ese lapso que acudió al domicilio de la víctima y la mató, no sólo a ella, sino también a su mamá y su hermano. Ello en la localidad de Azoyatla, Mineral de la Reforma.
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