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Del Mezquital a Pachuca, José vende cempasúchil, manita de león y nubes en la central de abastos

Desde hace seis décadas, don José viaja desde el Valle del Mezquital hasta la Central de Abastos de Pachuca para vender cempasúchil, manita de león y nubes, las flores con las que las familias hidalguenses adornan los altares en honor a sus difuntos

El señor José invitó a comprarle flores para las ofrendas y tumbas
Central de Abastos.El señor José invitó a comprarle flores para las ofrendas y tumbasCréditos: Emily Morales
Escrito en HIDALGO el

Pachuca.- Desde el Valle del Mezquital, don José y sus hijos llevan los rollos y ramos de flores representativas del Día de Muertos a la Central de Abastos de Pachuca, donde varios de los productores comercian sus productos de forma directa con los compradores. En el marco del 2 de noviembre, el agricultor ya vende las flores para adornar y guiar a las almas de quienes fallecieron.

En entrevista con LSR Hidalgo, don José consideró que el Día de Muertos es importante porque "se vienen las almas, se vienen al valle terrenal, y entonces, nosotros tenemos que esperarlos" explicó y opinó que la tradición debe pasar de generación en generación para no dejar de recordar a quienes ya no están.

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El adulto mayor cultivó flor de cempasúchil y nube -la flor pequeña y blanca, así como las que adornan sus pétalos de diversos tonos de morado y lila: manita de león, crisalias y crisantemos, "tenemos para todos los gustos".

La familia siembra en sus parcelas desde hace 60 años

Fue a los 20 años cuando don José comenzó a trabajar las milpas de su familia y, hoy en día, a sus 80 años continúa con dicha labor que no solo significa un ingreso para su familia, también es una forma de apoyar las tradiciones como lo es el Día de Muertos.

Crédito: Emily Morales

Pero cempasúchil y manita de león no es lo único que cultiva la familia Cruz Martínez, ellos también siembran "legumbres, el pepino, el tomate, el jitomate, los chiles, todas esas cositas sembramos; las hortalizas, la lechuga, la coliflor, los rábanos, el perejil y el betabel para la ensalada navideña", explicó.

El entrevistado refirió que sus cultivos se ubican en San Antonio Zaragoza, una comunidad cercana a Actopan, así como a San Nicolás, en Ixmiquilpan.

Crédito: Emily Morales

"Estamos allí para servirles. Estamos sirviéndole a la comunidad. Estamos sirviéndole a nuestros compañeros que también requieren de nosotros y nosotros requerimos también de ellos", declaró y agradeció a los clientes que acuden a la Central de Abastos para comprarles y generar el flujo de dinero.

Se perdió una tercera parte de la siembra por las lluvias

Este año, don José comenzó la preparación de la tierra para sembrar cempasúchil desde junio y apenas la semana pasada comenzaron con la cosecha de la flor anaranjada.

Crédito: Emily Morales

"Luego del 2 de noviembre empieza la helada, ya esto se acaba y y ya no hay otro día de muertos, más que esos días. Tenemos que mover toda la planta, pero la vamos cortando así por día, por día, por día, como vaya queriendo, como se vaya vendiendo", explicó el entrevistado.

Crédito: Emily Morales

Este año, invirtieron alrededor de 10 mil pesos en una hectárea de tierra sembrada y dijo que esperan sacar al menos 5 mil pesos más de ganancia; "no sé le gana mucho porque todo son gastos y gastos".

Además, recordó que esté año llovió de más en la región, lo que causó que el un 35 por ciento de la milpa se perdiera, "en las partes altas no afectó mucho y en las partes bajas sí afectó porque encharca toda el agua y se ahogan las plantas", mencionó.

Crédito: Emily Morales

"Sí se perdió el 25 por ciento en la parte alta. En la parte baja sí se perdió el 50 por ciento y a veces arrasa todo, por las lluvias, este año se pasaron de agua también", calculó que un tercio de la siembra ya no creció o se pudrió, lo que causó poca producción y se encareció el producto.

Hay que acordarnos de los difuntos

En su casa, don José recuerda a su mamá, a su papá, sus suegros y otros seres queridos que "se le adelantaron" en esta celebración que catalogó como una fiesta tradicional.

"... hay que poner el altar, hay que acordarnos de los difuntitos, de los antepasados y así... nos motiva ver que la gente no se olvida de encender, de recordar a los que ya murieron" declaró y esperó que continúe la costumbre entre los hijos, nietos y los más pequeños.

sjl