REAL DEL MONTE.- Construir bajo la tierra de inmensos cerros ha sido el principal desafío que la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) en su delegación Hidalgo ha enfrentado a lo largo de los 9.4 kilómetros que tendrá la carretera Real del Monte-Huasca que será de paso completamente libre.
Un recorrido que la dependencia dio a LSR Hidalgo por esas obras de ingeniería permitió ver una crónica que las decenas de trabajadores ven prácticamente diario y sobre ellos en primer lugar se aseveró que hubo ocasiones en que hasta mil hombres y mujeres estuvieron laborando en sus respectivos puestos.
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Serán 3 túneles los que tenga la novedosa vía de comunicación que conectará a 2 pueblos mágicos que dan nombre al tramo, Real del Monte y Huasca, por lo que será un gran beneficio para los turistas que decidan hacer de esos lugares sus próximos destinos o ambos, si quieren, pues ir de uno a otro solo tardará 15 minutos.
En orden como los automovilistas próximamente podrán pasar entre las excavaciones, estas se llaman El Mineral, Vicente Guerrero y Omitlán y a decir del ingeniero de la SICT Pío Quinto Juárez González son verdaderas obras de ingeniería que pese a verlas seguido cada vez queda maravillado.
Túnel El Mineral, el más pequeño de todos
Tras un recién pavimentado Corredor Turístico de la Montaña, el conductor se encontrará con el primer túnel que fue llamado El Mineral y aunque es catalogado el más pequeño si se ve a pie no parece así y los trabajadores que están presentes en una de las entradas pueden ser un buen comparativo.
Pues el más alto de ellos no llega ni a la mitad de lo que el arco revestido con concreto tendrá en su punto más elevado, lo que servirá para permitir el paso de cualquier vehículo con su carga. Apenas se pasa el portal, así lo llaman los ingenieros, se ve que los avances tras más de un año de obras rindieron frutos.
Pues el techo y las paredes ya están revestidos con concreto y Pío Quinto Juárez González aprovecha para explicar que serán 274 metros de largo los que los conductores podrán pasar y lo que para él hace especial cada excavación es que no se dañará la vegetación de las montañas.
Adentro, las labores requieren de fuerza y resistencia, ya que a ras de suelo, en las paredes y hasta en montículos de tierra las personas deben soportar una oscuridad y frío que apenas se quita con los overoles, chalecos y cascos que sirven para darles seguridad, a la que dejan a altares dedicados a la Virgen de Guadalupe.
Algunas personas se ven con semblante ocupado y otras muestran cansancio, pues deben cargar tablones, escalar y operar máquinas, entre otras actividades que al finalizarlas de manera escalonada van dando avances en la obra para poder hacer una buena inauguración en algunos meses más.
Túnel Vicente Guerrero, la joya de la corona
La vista anterior, comenta el ingeniero, quedará fácilmente opacada por la que suele llamar “la joya de la corona” de la carretera Real del Monte-Huasca y lo es porque serán más de 700 metros de largo bajo un cerro donde los vehículos podrán pasar y pare ello, como ocurre en los 9.4 kilómetros de construcción, decenas de obreros reciben.
Unos con un saludo, otros posan y otros cuantos son vistos en su hora de comida en las improvisadas oficinas. A 100 metros de la construcción bajo tierra, unas personas se esforzaron en sus actividades para mostrar orgullo de estar en una obra de tal magnitud que le vale ser el túnel más grande de México hecho con dinero público y es el Vicente Guerrero.
Lo prometido no decepcionó y tras instrucciones de seguridad el ensamblaje de un arco para el vaciado de concreto que soportará la tierra de arriba fue el encargado de recibir. Ni 100 metros se avanzaron y otro aparato estaba colocado y asegurado donde había personas montadas soldando.
Pasos adelante, el Sol ya no llega y por ello hay grandes lámparas que iluminan las manos de los hombres y mujeres que están a ras de suelo, sobre grúas o bases haciendo sus labores que requieren de concentración y cuidado para ir de un lugar a otro entre andamios, maquinaria y material de construcción.
Por adentro, se describió que podrán pasar hasta 4 vehículos en línea, es decir, 2 por cada sentido y para ello se hizo un ancho de 22 metros y 12.50 de altura que impresionan a Pío Quinto Juárez González que pregunta si se le dio la razón en su promesa, pues la ingeniería aplicada resultó en una mega estructura.
Túnel Omitlán
Pasaron varias horas y se llegó a la tercera excavación que lleva el nombre Omitlán y como en cada parada los ingenieros acompañan a la comitiva de visita y se aprovecha para presumir cada detalle, como que deben hacerse voladuras de manera casi milimétrica al tener enfrente tiros de mina que son descubiertos solo a medida que se profundiza.
Pío Quinto Juárez González plática con sus compañeros de profesión sobre si deben avanzar en cantidades de metros cerradas o disminuirlas para evaluar lo encontrado. De los 430 metros de largo que habrá, casi en línea recta todos, se llevan cavados 370 y al llegar a la pared se ve lo dicho por el experto.
Donde obreros miden y pintan para que una máquina perfore y coloque dinamita para una explosión controlada que ya no amerita cierres a la circulación, pues la profundidad ya no pone en riesgo a conductores ni peatones, pero sí a los empleados que deben ser cautelosos y se nota que portan todas sus medidas de seguridad.
Aquí es donde se ve el menor avance, pues apenas se prepara el vaciado de cemento mientras que decenas de camiones sacan la tierra, primero la removida con las voladuras y luego la que queda en una enorme base de varios metros de altura, ya que así es la mejor manera de construir bajo la tierra.
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*Fotos: Cristian Estefes
cem