PACHUCA.- Pachuca puede presumir una gran historia que ha forjado a lo largo de la historia donde se ha convertido en una gran ciudad moderna, pero antes no era así y una fotografía antigua reveló cómo era todo hace 144 años, cuando todavía ni si quera estaba el famoso Reloj monumental.
Pues cuando fue tomada la imagen que da título a esta nueva entrega de LSR Hidalgo sobre el pasado de varios lugares del municipio, faltaban aproximadamente 24 años para que si quiera comenzara a planearse la construcción del monumento que ahora da identidad a la ciudad incluso internacional.
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La obra es de Alfred Saint-Ange Briquet, quien si bien fue un ciudadano francés donde con un estudio fue pionero de la fotografía en ese país, se especializó en las escenas que solo México brindaba y una curiosidad es que trabajó para el presidente Porfirio Díaz por un tiempo y luego llegó a Pachuca.
En otro comparativo de fechas sobre lo antiguo de la fotografía histórica, cuando el experto en la lente llegó a la región para capturarla, apenas habían pasado 11 años desde que había sido designada como capital del estado de Hidalgo por el presidente Benito Juárez en 1869, es decir, él estuvo en 1880.
Así se veía Pachuca sin su Reloj monumental
Para retratar a Pachuca, Alfred Saint-Ange Briquet se colocó en lo más alto que había en ese entonces que eran los caminos que bajaban a la parte más baja del pueblo, pues su intensión fue capturar una fotografía panorámica que incluyó en su álbum Vistas, mexicanas, con lo que captó una amplia vista.
En primer plano está una casa hecha con adobe y láminas; frente a ella están 2 hombres con sombrero charro y atuendo del mismo tipo quienes miran a la cámara; esa escena se repite a la redonda y al centro de la incipiente capital de Hidalgo, pues las viviendas son humildes y no pasan de un piso la mayoría.
Todavía faltarían años para que existieran algunos edificios históricos que aún perduran, pues todo el municipio era muy rural y en su mayoría vivían mineros que acudían hasta Mineral del Monte o excavaciones cercanas para trabajar, pero que fueron los que dieron desarrollo y poco a poco hicieron crecer la población.
Al final de la imagen del ciudadano francés se ve el cerro San Cristóbal prácticamente limpio de las huellas de la humanidad, pues en su base había muchos árboles y el crecimiento urbano no llegaba; al lado está un viejo camino que llevaba a minas y otros poblados pero pequeños de apenas decenas de casas.
cem