Pachuca.— El panteón municipal de Pachuca recibe a los visitantes como Hortensia con una fachada protegida por andamios, que contrasta con el colorido arco que se ha colocado detrás de ella, donde una enorme calavera, enmarcada con flores amarillas y moradas, da la bienvenida a los asistentes.
Tras el umbral, algunas personas apostadas a los costados ofrecen servicio de agua para las tumbas y herramientas para limpiar o apoyo para cargar las flores de cempasúchil que la mayoría lleva en brazos o cubetas mientras se dirigen a las criptas.
Durante el viernes no se observaron muchas personas en el camposanto, pero este sábado se espera que arriben miles a visitar a sus muertos. Los más precavidos fueron incluso unos días antes para evitar las aglomeraciones, algunas tumbas ya lucen adornadas y coloridas.
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Otras personas aprovechan estos días no sólo para visitar y arreglar las tumbas de sus seres queridos, sino también para convivir con amistades y familiares que todavía están en este plano, y para recordar anécdotas que vivieron con los difuntos.
Doña Gloria es una de ellas. Cerca del mediodía del viernes arribó al panteón junto con un familiar y de manera inmediata pusieron manos a la obra para barrer, limpiar y colocar flores, veladoras y decoraciones alusivas al Día de Muertos en la tumba de su esposo Rodolfo y su hermana.
A diferencia de muchos, doña Gloria se toma la festividad muy en serio y siempre acude el 1 y el 2 de noviembre al panteón, el primero para arreglar la capillita, el segundo para convivir con sus muertos: “Nos quedamos aquí un rato, comemos, les traemos comida, les vamos a poner una ofrendita, trajimos mole, arroz, yogurt, lo que más le gustaba, sus paletitas”.
Para la señora Hortensia Espinoza, el Día de Muertos es una oportunidad para recordar los momentos que pasaron junto con quienes se les adelantaron: “Es una tranquilidad venir a visitarlos y cuando nos retiramos a nuestras actividades nos da esa sensación de haber ido a visitar a nuestros difuntos, que en vida nos dieron alegrías, sonrisas, consejos, toda una sabiduría que se ha quedado con nosotros, son días bonitos”.
En particular, doña Hortensia visita a Rodolfo, esposo de Gloria, y amigo de la infancia, y a sus padres que ya descansan en paz. Trae en sus manos un ramo de flores de cempasúchil que colocará sobre sus tumbas.
“Es un buen momento para recordar a los que se nos adelantaron, pero que nos dejaron en el camino muchas cosas bonitas”.
Aunque la afluencia fue poca el 1 de noviembre, para este sábado se espera que el panteón municipal de Pachuca reciba a miles de personas en el Día de Muertos, una festividad que está más viva que nunca.
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