ESTACIONALIDAD TERRENA

Satélites de Tulancingo: por este motivo se construyeron las antenas hace 57 años

El municipio localizado en la parte sureste del estado de Hidalgo, fue elegido sobre otros por sus características geográficas y se ganó el apodo de “ciudad de los satélites”

El terreno donde se ubican las antenas tiene 48 hectáreas y las obras comenzaron el lunes 16 de octubre de 1967.Créditos: Imagen ilustrativa / Collage de especiales
Escrito en HIDALGO el

TULANCINGO.- La ciudad de Tulancingo puede presumir tener un ícono igual de representativo y famoso como el Reloj Monumental de Pachuca y son sus enormes antenas que pueden verse en uno de sus principales accesos, espacio del que te decimos cuál fue el motivo por el que se construyó.

El municipio, que está localizado en la parte sureste del estado de Hidalgo, fue elegido sobre otros por sus características geográficas y una vez que se finalizó la red de antenas se ganó el apodo de “ciudad de los satélites” que sigue usándose actualmente y le da identidad a la ciudad y sus 168,369 habitantes.

Las antenas son únicas en México y Latinoamérica / Imagen ilustrativa: especial

El nombre real del complejo es Estación Terrena y se localiza a solo 7 kilómetros del centro del municipio, lugar que, aunque parezca abandonado, actualmente se encuentra supervisado por Telecomunicaciones de México (Telecomm), aunque ya no lo opera, pues nuevas tecnologías y sistemas la hicieron obsoleto.

Aunque en sus llamados años de gloria permitió conectar a México de manera prácticamente instantánea gracias a lo novedoso que eran las telecomunicaciones por satélite, pues las distancias se acortaban en segundos y así las imágenes podían verse en tiempo real desde un continente a otro gracias a las antenas.

Tulancingo tiene estas características geográficas

Tulancingo posee condiciones geográficas que solo comparte en toda Latinoamérica con Perú, a más de 4,717 kilómetros de distancia, pues posee un clima seco para evitar salitre en los metales, además de cadenas montañosas, un terreno firme contra terremotos y se localiza en un punto intermedio entre el Golfo de México y el Pacífico.

Tulancingo fue elegido por sus  características geográficas / Imagen ilustrativa: especial

Este fue el motivo para construir las antenas

El motivo para construir las famosas antenas que con el paso de los años dieron toda una identidad a un municipio de Hidalgo, al grado de ser conocido como “ciudad de los satélites”, fue para poder transmitir los Juegos Olímpicos que albergó México en el año de 1968, además de conectar al país mundialmente.

El sistema se hizo para los Juegos Olímpicos de 1968 y para conectar a México / Imagen ilustrativa: especial

Pues las imágenes de las actividades deportivas fueron transmitidas de manera directa con todo Europa, además de Asia, América Latina, una parte de África, Canadá y los Estados Unidos, por lo que la nación ya no quedaba aislada y entraba a una nueva era de las telecomunicaciones instantáneas.

Los platos se levantan por más de 30 metros de alto / Imagen ilustrativa: especial

Dos días antes de los Olímpicos se inauguró la Torre Central de Comunicaciones en CDMX, que es un edificio de 18 pisos y desde ese inmueble se enviaron las microondas a la antena TUL-1 que vez reenviaba la señal de televisión al mundo, alcanzando solo en ese evento más de 600,000,000 de espectadores.

Desde Tulancingo, México fue testigo de eventos sin precedentes

Además de los Olímpicos de 1968, desde el municipio de Tulancingo, al sureste de Hidalgo, México pudo ser testigo de eventos sin precedentes, como la llegada de la humanidad a la Luna en 1969, los mundiales de futbol de 1970 y 1986, el terremoto de 1985, la caída del muro de Berlín en 1989 y guerras como la del Golfo Pérsico.

Desde Tulancingo se transmitieron y recibieron imágenes de acontecimientos importantes / Imagen ilustrativa: especial

Empresas japonesas supervisaron la construcción

El terreno donde se ubica el espacio conforma 48 hectáreas y las obras comenzaron el lunes 16 de octubre de 1967 con la construcción del pedestal para la primera gran antena llamada TUL-1, lo que fue supervisado por personal experto de las compañías japonesas Nippon Electric Compani y la Mitsubishi TRW Compani.

El equipo es japonés y empresas de ese país supervisaron la construcción / Imagen ilustrativa: especial

En 1980, gracias a la importancia que tuvo la estación, se decidió construir una segunda antena TUL-2 de similares características; tiempo después, se levantaron otros 5 aparatos, pero de menores dimensiones, que se conectaron a los satélites mexicanos Morelos I, II y III, Solidaridad I y II y la serie Satmex.

Así eran los aparatos y todo esto podían hacer

Aunque parece sencillo, uno aparatos que da título a esta nota informativa posee una antena parabólica llamada TUL-1, que tiene un diámetro de 32 metros, pesa 330 toneladas y cuenta con una altura de 48 metros; su base pesa 1,500 toneladas y estaba orientada al satélite Intelsat III en el ecuador, a 36,000 kilómetros de altura.

Los aparatos podían hacer más que solo enviar televisión al mundo / Imagen ilustrativa: especial

La capacidad de la Estación Terrena de Tulancingo daba no solo para recibir y transmitir programas de televisión ya sea a blanco y negro o hasta en color, pues los sistemas podrían operar la telefonía internacional junto a telegrafía, la capacidad de hacer telefotos, entre otros servicios que eran muy usados antes.

En esto se convertirán los famosos satélites

De acuerdo con el director de la Red de Telecomunicaciones y Mexsat David Guerrero Rubio los famosos satélites están en un proceso de reconversión para ser radiotelescopios que sirvan para la observación del Espacio, ello a través de una colaboración con la Agencia Espacial Mexicana, el gobierno de Hidalgo y la Financiera para el Bienestar.

Los llamados satélites están en un proceso de reconversión / Imagen ilustrativa: especial

Sin embargo, el funcionario aseveró que hubo retrasos en los trabajos por la pandemia del coronavirus (covid-19), además de presupuestales y adquisición de elementos tecnológicos de nueva generación, pero siguen las labores por parte de científicos para concretar la primera etapa de reconversión que estima en un 80 por ciento.

cem