Pachuca.— Volvió a abrir La Casita, un bar clandestino montado en una casa de la colonia Aquiles Serdán que había sido clausurado debido a la venta de alcohol a estudiantes menores de edad de la Preparatoria 3, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Así lo denunciaron vecinos de las colonias Aquiles Serdán y Javier Rojo Gómez, quienes, a mediados de marzo pasado, ventilaron este bar clandestino que opera en una vivienda ubicada sobre la calle Emiliano Zapata, casi esquina Paseo Toltecas en la colonia Aquiles Serdán, a unos metros de la Prepa 3, donde ofrecen bebidas como los llamados Azulitos o Pitufos.
“Después de que salió la nota (informativa en La Silla Rota Hidalgo) lo cerraron. Pero lo volvieron a abrir en mayo, apenas hace como dos semanas, antes de que finalizara el ciclo escolar, volvimos a ver que estudiantes salían borrachos. Ahora vemos que abren los viernes, aún hay estudiantes, por eso de los intersemestrales”, dijo una vecina, quien solicitó anonimato.
Tras enterarse por los medios de comunicación del bar clandestino, autoridades educativas de la Preparatoria 3 de la UAEH tomaron cartas en el asunto, al advertir a través de una junta a los padres de familia sobre este espacios y los riesgos que podrían tener sus hijos.
“Padres de familia de estudiantes de la prepa se reunieron en una junta con maestros de la preparatoria para hacerse saber de este bar clandestino. Lo que sabemos es que a través de grupos de Whatsapp es que avisan a los estudiantes sobre los días que abren, horarios y promociones”, agregó la vecina.
Denuncia formal para proceder
Respecto al bar clandestino, el presidente municipal de Pachuca, Sergio Baños Rubio dijo que, al tratarse de un espacio privado, las autoridades municipales no pueden clausurar de oficio, por lo que piden a los vecinos de estas colonias hacer las denuncias formales.
“Tenemos que tomar cartas en el asunto. Si no tiene permiso se tiene que cerrar, aunque si es al interior de una casa no podemos entrar, tenemos que respetar la intimidad del hogar de la persona, es como si alguien hace una fiesta, son mis cuates e invitados y es mi interior, ahí tendría que haber una denuncia”, expresó.
Tal como lo refirió este medio de comunicación el pasado 16 de marzo, este bar clandestino se ubica en una vivienda con una puerta con canceles oscuros con una placa metálica que dice “Fam. Pineda García”.
Ahí, los estudiantes, discretamente, tocan la puerta para ingresar, al interior hay mesas y una bocina donde ponen música. Los presuntos propietarios no viven ahí, solo llegan a ir por las noches en un vehículo blanco, detallaron los denunciantes.
sjl