MINERAL DEL MONTE.- Hoy es Día de Muertos y para la ocasión te traemos una leyenda un poco desconocida, o que muchos la saben, pero solo parcialmente cuando acuden a visitar las tumbas del panteón inglés en el pueblo mágico de Mineral del Monte y ven una con el nombre de Richard Bell, quien se trata de un payaso que fue tan famoso que divirtió al mismísimo presidente Porfirio Díaz.
Se trata de una lápida rectangular en concreto gris, muy poco adornada y un poco descuidada, tanto que no hay pasto alrededor; al centro hay una placa que parece igual de cemento, pero en otro acabado más blanco, pero el paso del tiempo cobró factura y de manera clara solo se alcanza a apreciar la inscripción de Richard Bell, así como otras palabras que ya se desgastaron y borraron evidencia.
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En ese sentido, ese personaje histórico del pueblo mágico nació en 1858 en Deptford, Inglaterra, hijo de padres escoceses e irlandeses, respectivamente, familia que estaba dedicada a las artes circenses y por lo que debutó prácticamente desde niño en los circos; fue justamente a los tres años en el espectáculo de Lyon, en Francia, donde mostró su primer acto que marcó su vida.
Luego de perfeccionar su técnica como payaso, Richard Bell salió de su país natal en 1866 y años después de vagar por el mundo, junto a sus otros cuatro hermanos que eran acróbatas llegaron a México en 1869 con el gran circo Chinell, pero lo hizo en una época terrible, pues la nación azteca estaba sumida en la anarquía y el descontrol, razón por la cual vivió aventuras con los independentistas que quedaban.
Conoció a un joven Porfirio Díaz que lo trató con calidez
La llegada a México de Richard Bell y sus hermanos fue un poco accidentada, pues por la crisis tras la Independencia aún había presencia de soldados y al verlos el ciudadano inglés y su familia decidieron esconderse en un pajar en Oaxaca, aunque su intento no tuvo tanto éxito, pues los militares picaban con sus bayonetas para sacar a sus futuros convictos y además les habían robado sus caballos con los que viajaban.
En miedo y la adrenalina fue tal, que prefirieron entregarse y relatar su historia al comandante de la tropa, quien les devolvió sus caballos y aconsejó regresaran a Inglaterra, ese oficial que los trató con calidez fue un joven capitán Porfirio Díaz, con quien años después el payaso se reencontraría o para divertirlo, ya como presidente de México, antes de la Revolución que lo sacó del poder que mantuvo por años.
Ya como mandatario, aunque más como una dictadura, el ilustre oaxaqueño le recordó la anécdota a Ricardo Bell, quien igual para ese entonces era un famoso payaso, lo que forjó una amistad entre ambos personajes que perduró por varios años hasta la muerte del cómico, noticia que causó gran tristeza no solo en su amigo, sino en el país entero donde era muy querido por su gracia y diversión que provocaba.
Nueva York o Mineral del Monte, ¿dónde están su tumba?
Luego de una vida de aventuras, Ricardo Bell murió a la edad de 53 años en 1911, un año después de iniciada la Revolución contra su amigo Porfirio Díaz para derrocar su dictadura, y de acuerdo con datos históricos, la causa fue una enfermedad de pulmonía tras haberse expuesto a una ventisca. En ese sentido, se dice que su lápida de sepulcro está en Nueva York, pero los habitantes de Mineral del Monte defienden que es en su pueblo mágico.
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