TRADICIONES

Cuando la fruta se vuelve historia: Marcos Tepetitla y el arte de los fermentos en Acaxochitlán

Marcos Tepetitla transforma frutas y hierbas en vinos y licores artesanales que guardan tradición, identidad y memoria

Es una marca tradicional de vinos y licores de Marcos Tepetitla
Rancho La Ventilla.Es una marca tradicional de vinos y licores de Marcos Tepetitla Créditos: Jessica Manilla
Escrito en HIDALGO el

Acaxochitlán.— En el Pueblo Mágico de Acaxochitlán nació un proyecto familiar que transforma los frutos en vinos y licores artesanales con el nombre “Vinos Artesanales Rancho La Ventilla”. Es el resultado de años de esfuerzo, creatividad y un profundo amor por los sabores locales, de Marcos Tepetitla Apipilhuazco.

“Desde pequeño trabajé en una fábrica de vino, lavando botellas”, recuerda Marcos, al evocar sus primeros acercamientos a este oficio. La vida, sin embargo, lo llevó por distintos caminos: fue ebanista durante 14 años hasta que problemas de salud lo obligaron a dejar ese oficio, después dedicó dos décadas a trabajar en la florería, en el municipio de Metepec, luego toma la decisión de emprender un nuevo negocio.

El proyecto de los vinos artesanales comenzó en su propia huerta, donde cultivaba una fruta poco común: la frambuesa. “Sembré 10 mil matas de frambuesa, con ellas hice mi mejor vino”, aquella creación lo llevó a representar a Hidalgo en ferias de turismo en la Ciudad de México, donde su bebida comenzó a captar atención, esa experiencia cimentó su camino como productor artesanal.

El arte de la fermentación

Don Marcos comparte que la mayoría de los vinos nacen de un proceso de fermentación natural, que requieren paciencia y cuidado. “Se exprime la fruta, se saca el jugo y se deja fermentar, pero hay que estar checando porque si no se puede agriar y convertirse en vinagre”, explica.

El tiempo de elaboración depende de cada fruta: algunas pueden estar listas en seis meses, mientras que otras requieren más de un año para alcanzar su punto exacto. Entre las variedades que ofrece se encuentran vinos de capulín, membrillo, guayaba, piña, higo y, hasta hace unos años, frambuesa. Su vino de higo es uno de los más especiales, pues asegura que nadie más en la región lo produce.

Además de los vinos, Marcos ha desarrollado una línea de licores y cremas, uno de los más solicitados es la crema de café, que no se corta ni se asienta, afirma, “a diferencia de otros productos similares que se encuentran en el mercado con un mayor costo, no se tiene que agitar, esa además del sabor es su característica”.

La diferencia entre un licor y una crema, detalla, está en la preparación: el licor de café es simplemente la base alcohólica infusionada con café, mientras que para obtener una crema se agrega leche condensada. La segunda opción, sin embargo, tiene caducidad de un mes, mientras que el licor puro puede conservarse por años.

Medicina y tradición en una botella

No todo en el catálogo de Rancho La Ventilla es bebida de placer, don Marcos también produce licores de hierbas con fines medicinales, uno de los más conocidos es el de “catorce hierbas”, elaborado por maceración en alcohol y recomendado como digestivo o remedio contra el estrés, la ansiedad y el susto.

“Utilizo toronjiles, cedrón, pericón, menta, poleo, flor de tila y anís estrella, entre otras plantas”, explica. También ha creado mezclas con propiedades antigripales y preparaciones que, asegura, ayudan a regular el azúcar. Estos productos conservan la esencia de la herbolaria tradicional y mantienen vivo un conocimiento transmitido por generaciones.

Una marca que cruza fronteras

El nombre de Rancho La Ventilla no sólo se escucha en Acaxochitlán; los vinos y licores de don Marcos se han vendido en distintas partes del país gracias a ferias, invitaciones y clientes. Sus productos se pueden encontrar en tiendas como La Preferida y El Faro, en Tulancingo, además de sitios turísticos como los Prismas Basálticos y fuera del estado en restaurantes como La Cueva, en Teotihuacán, próximo a las pirámides de Teotihuacán.

Sin embargo, no todo ha sido sencillo, el productor artesanal reconoce que falta apoyo institucional para participar en ferias locales y enlace para eventos estatales y nacionales, “considero que faltan estrategias o proyectos turísticos integrales que apoyen realmente a los productores, cocineras tradicionales y artesanos de la región, desde el rubro de madera, bordados, gastronomía, vinos y licores, para que los turistas conozcan los procesos y tengan una experiencia que los invite a regresar o recomendar nuestro trabajo”.

Vinos con identidad

El proyecto de Marcos no solo destaca por su sabor, sino también por la presentación. Cada botella refleja el cuidado que pone en cada etapa del proceso; ofrece presentaciones en botellas de tres cuartos de litro, así como en jarras artesanales, ideales para regalar. Los precios oscilan entre 110 y 130 pesos.

Más allá del negocio, Marcos ha encontrado en este oficio una forma de vida. “Ya llevo diez años trabajando por mi cuenta en esto”, afirma. Su pasión comienza a transmitirse a la siguiente generación, pues ahora entrena a su nieto César, para que continúe con la tradición familiar.

Los clientes pueden encontrarlo cada domingo en la plaza principal de Acaxochitlán, entre el reloj y la gasolinería, donde instala su punto de venta, así como en el Rancho Los Pinos, que se ubica en Barrio Tlacpac, en el municipio de Acaxochitlán. También participa en ferias regionales y eventos culturales y turísticos en la Ciudad de México, y al número de contacto 771 426 1158.

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