Pachuca.— En un domicilio de la colonia Nopancalco, una lona de colores, con los nombres "Normita y Supernova", colgaba de una pared en 2022. No era un adorno cualquiera; era el velo bajo el cual se ocultaba una historia de trata de personas con fines de explotación sexual.
Norma, una niña de 12 años, había llegado de San Bartolo Tutotepec a Pachuca, en diciembre de 2021. Ella y su madre buscaban una oportunidad que las sacara de su precaria situación económica.
Su casero, Felipe, un hombre 50 años mayor que ella, se presentó como la puerta a esa anhelada estabilidad. El hombre les alquiló la vivienda, propuso a la madre de Norma que la niña fuera la vocalista de su grupo musical. La noticia representaba un ingreso adicional para la familia y fue bien vista. Lo que no sabían, es que las intenciones de Felipe eran otras.
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En lugar de enseñarle a cantar, Felipe comenzó a explotar sexualmente a Norma con sus amigos y con otros hombres. La música era la fachada. La niña, nacida en 2009, se encontró atrapada en un ciclo de violencia inimaginable.
Felipe la llevaba a un motel cerca de Pachuquilla, la agredía y luego la entregaba a otros hombres, cobraba hasta 500 pesos por cada encuentro. A su madre, le entregaba una parte de ese dinero, disfrazándolo como el pago por las "actuaciones" de Norma en el grupo musical.
El juicio contra Felipe por el delito de trata de personas destapó el horror. Los testimonios de Norma revelaron un patrón sistemático de abuso. La niña era obligada a usar falda para facilitar los actos y las violaciones ocurrían en el mismo salón donde supuestamente ensayaban los integrantes del grupo musical, que al menos eran diez.
La Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los delitos en materia de trata de personas y para la protección y asistencia de las víctimas de esos delitos establece en su artículo 10 que “toda acción u omisión dolosa de una o varias personas para captar, enganchar, transportar, transferir, retener, entregar, recibir o alojar a una o varias personas con fines de explotación se le impondrá de 5 a 15 años de prisión y de un mil a veinte mil días multa”. En la fracción tercera menciona la trata en su modalidad de prostitución ajena u otras formas de explotación sexual. Además, considera agravantes si la víctima pertenece a un grupo indígena y si se trata de una menor de edad.
También Felipe la transportaba a hoteles, o incluso en el propio vehículo, donde la agredían sexualmente. Uno de sus cómplices fue identificado como Pablo N. La violencia no era sólo física; Felipe ejercía agresión psicológica, amenazándola con matarla o dejarla sin comida si no accedía a sus demandas.
El peritaje psicológico durante el juicio evidenció: el desarrollo psicosocial de Norma, su sano desarrollo integral y su derecho a vivir una vida libre de violencia habían sido vulnerados. Su dignidad estaba hecha pedazos. La relación asimétrica con Felipe, donde prevalecía una relación de poder, fue un factor clave para los jueces.
A pesar de que su madre recibía dinero, el tribunal determinó -por mayoría- que no era cómplice de Felipe y la dejó en libertad, al no tener conocimiento de la explotación a la que era sometida su hija. Fue Lucina, la hermana de Norma, quien presentó la denuncia ante la procuraduría.
La adolescente, agredida sexualmente en más de cien ocasiones por Felipe y sus amigos, declaró el daño que le habían causado. La niña engañada con la promesa de ser vocalista, la que cada vez que salía con Felipe creía que iría a ensayar, fue sometida a una realidad que la dejó sin saber “si quería vivir o morir”.
En 2022, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, se abrieron 13 carpetas de investigación por el delito de trata de personas. Para 2023, fueron 14 denuncias; en 2024, disminuyeron a nueve y en lo que va de 2025, suman siete carpetas iniciadas.
¿Por qué es importante el caso de Norma?
El caso de Nopancalco es un grito silencioso que exige justicia y visibiliza la vulnerabilidad de quienes, como Norma, caen en las garras de la trata de personas.
De acuerdo con las autoridades, la trata de personas en su modalidad de prostitución es el delito que más se identifica, y las víctimas son de todas las edades e incluso de nacionalidades extranjeras.
Voto particular de la jueza dalia Ibonne Ortega
La jueza Dalia Ibonne Ortega emitió un voto particular en el caso de Paula -la madre de Norma- y Felipe, pues expresó su desacuerdo con la decisión de la mayoría de absolver a la madre. La jueza argumentó que existió suficiente evidencia para condenarlos por su responsabilidad penal en los delitos de abuso sexual y trata de personas, en perjuicio de la adolescente identificada de 12 años.
En su voto, sostiene que Paula, madre de la víctima, facilitó la explotación sexual de su hija al permitirle acceso ilimitado a Felipe, obstaculizar la intervención de las autoridades y proteger al coacusado. Se enfatiza que la permisividad de Paula hizo posible la explotación de la menor, dada su vulnerabilidad por la edad y su relación como madre.
Finalmente, el juez lamenta que la justicia para Norma no haya sido completa y expresa que, al emitir este voto, se asegura que para la víctima "fue útil alzar la voz y decir la verdad".
sjl
