EDUCACIÓN

Hidalguenses prueban que la innovación social comienza en la escuela; ganan premio Somos el Cambio

Con barras nutritivas de aguamiel, murales que cuentan la historia local y campañas solidarias, estudiantes y docentes hidalguenses demostraron que la innovación social comienza en las aulas y puede cambiar realidades

Tres proyectos obtuvieron reconocimiento en el concurso Somos el Cambio
Ganadores.Tres proyectos obtuvieron reconocimiento en el concurso Somos el CambioCréditos: Especial
Escrito en HIDALGO el

Pachuca.— Hidalgo figuró en el mapa nacional de la innovación social y educativa al obtener tres premios en la más reciente edición del concurso Somos el Cambio, una iniciativa con alcance en todo el país que reconoce proyectos comunitarios de alto impacto. Dos escuelas primarias de Singuilucan y un plantel del Cecyteh en Tepatepec, municipio de Francisco I. Madero, fueron distinguidos entre los mil 161 proyectos participantes este 2025.

En entrevista, Andrés Villar Flores, docente de la Escuela Primaria Justo Sierra y enlace estatal de la fundación en Hidalgo, explicó que este reconocimiento no sólo representa un logro académico, sino también un ejemplo de cómo la participación estudiantil, el compromiso docente y la organización comunitaria pueden transformar realidades locales.

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¿Qué Somos Cambio?

Detalló que Somos el Cambio, con sede en Monterrey, pero presencia en todo el país, promueve proyectos sociales a partir de una metodología sencilla: identificar un problema de la comunidad (se siente), imaginar una solución viable (imagina), ponerla en práctica (haz) y difundir los resultados para inspirar a otros (comparte).

“La idea es que el cambio se vea en pocos meses, con recursos reales, que sea demostrable y que pueda ser replicado por otras escuelas o grupos”, explicó el docente, de esta forma, infancias, juventudes, cuerpo docente e incluso familias han participado en propuestas que van desde la creación de alimentos nutritivos hasta la recuperación de espacios públicos, pasando por campañas de identidad comunitaria o programas de apoyo social.

Una barra nutritiva que viene del maguey

Este año, la premiación nacional celebrada del 26 al 29 de septiembre en Nuevo Nayarit, reconoció a tres iniciativas hidalguenses entre los 25 mejores proyectos de 11 estados de México: por Hidalgo se presentaron “Barrimiel”, creado por alumnos y docentes de la Escuela Primaria Justo Sierra, en Singuilucan.

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Los estudiantes de sexto y quinto grado, Miguel Ángel Aguilar Alvarado e Ian Luna Ramos, explicaron que guiados por sus maestros, desarrollaron una barra energética elaborada con aguamiel como endulzante y aglutinante natural. Tras un proceso de prueba y error, apoyados por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), lograron una fórmula saludable que cumple con los estándares de alimentos no chatarra. El producto fue probado en la propia escuela con gran aceptación entre los niños.

Murales que relatan historias

Kadali, murales de nuestra historia” es el proyecto impulsado por un colectivo integrado por los maestros de la primaria Enrique C. Rébsamen: Dante Martínez Jiménez, Dayely Irene Hernández Ramos, Karina Ramos Uvilla, Ascensión Santillán Téllez, Ana Laura González Lira y Lorena Angélica Ibarra Hernández con el cual se buscó reforzar el sentido de pertenencia de los estudiantes hacia su municipio.

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“Se realizaron seis murales temáticos que rescatan la historia local, los personajes destacados y los problemas que enfrenta la comunidad, como la escasez de agua. Uno de los murales, denominado Voces de Singuilucan, fue pintado por los propios niños, quienes reflejaron en él su visión del futuro de la región”.

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Una campaña de ayuda social

Con “Regalando Sonrisas”, alumnos del Cecyteh en Tepatepec, Francisco I. Madero, aprovecharon las hortalizas cultivadas en la institución para donarlas a comunidades vulnerables. Además, organizaron campañas de recolección de alimentos, ropa y juguetes bajo la consigna “Si no lo ocupas, dónalo”. En pocos meses lograron reunir toneladas de insumos que beneficiaron a decenas de familias en la comunidad.

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Hidalgo, referente nacional en proyectos comunitarios

Los logros de 2025 se suman a un historial de más de siete equipos premiados en Singuilucan, desde que el estado comenzó a participar activamente hace cinco años. Entre los proyectos más recordados se encuentran “Sampita, el superalimento”, una barra de cereal con miel distribuida en hospitales durante la pandemia y “Broli, devoradores de libros”, que impulsó una red de 500 bibliotecas comunitarias en hogares del municipio.

“Ha sido impresionante cómo los proyectos que empiezan aquí en Hidalgo se replican en otras partes del país. La red de bibliotecas de Broli, por ejemplo, inspiró a comunidades en Yucatán y Campeche a hacer lo mismo”, relató Villar Flores.

Respaldo institucional

De acuerdo con Villar, este respaldo de la Secretaría de Educación en la entidad ha sido clave para posicionar al estado en la convocatoria: “El secretario nos pidió que logremos que al menos el 10 por ciento de las escuelas de educación básica de Hidalgo participen en la próxima edición. Es un reto enorme, pero posible”.

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La fundación también cuenta con patrocinadores como Huawei, Grupo Vidanta, Bimbo y el Museo Memoria y Tolerancia, que aportan recursos materiales y espacios de difusión para fortalecer los proyectos ganadores.

Para el docente, lo más valioso no son los premios materiales, sino la formación de una nueva generación de estudiantes y maestros con la capacidad de identificar problemas y actuar en consecuencia. “Muchos de los alumnos que empezaron con estos proyectos en primaria hoy están en secundaria o preparatoria, y siguen proponiendo iniciativas propias. Se han convertido en embajadores del cambio, inspirando a sus compañeros a participar”, destacó.

Una convocatoria abierta a toda la comunidad

La edición número 16 de Somos el Cambio ya está en marcha. La convocatoria, abierta desde agosto, permite la inscripción de escuelas de todos los niveles, grupos independientes e incluso familias. Los proyectos se desarrollan de noviembre a abril, y en mayo son evaluados por un jurado nacional integrado por universidades, autoridades y organizaciones civiles.

Andrés Villar Flores considera que lo fundamental es que cada iniciativa nazca de la observación y la empatía con la comunidad: “No se trata de grandes obras, sino de soluciones inmediatas que cambian la vida de la gente. Una biblioteca en casa, un mural en la escuela, una barra nutritiva, un kilo de verduras donado: todo suma y deja huella”.

sjl