Tula.— Rumbo a la declaración de la Zona de Restauración Ecológica (ZRE) del área de influencia de la presa Endhó, dependencias en materia de medio ambiente y salud llevaron a cabo el Foro Resultados Ambientales, en el que se documentaron los problemas de contaminación, mismo que incluye un diagnóstico del agua, suelo, aire y biota, el principal objetivo es que la presa deje de ser “la cloaca más grande del mundo”.
Agua superficial y subterránea
De acuerdo con el diagnóstico realizado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, la contaminación de los cuerpos de agua de la propuesta de la ZRE está asociada a las descargas de agua residual provenientes del drenaje profundo de la Valle de México, que han operado desde hace más de 40 años. Además, existe una actividad industrial de diversas empresas en la zona, de diferentes sectores como hidrocarburos, energía, manufactura y servicios, lo que ha dado lugar a un deterioro evidente en la calidad del agua que recibe los aportes del río Tula.
Las aguas residuales provenientes de la zona metropolitana de la Ciudad de México son aprovechadas por productores del Valle del Mezquital, que se caracteriza por ser una de las zonas agrícolas más importantes del centro del país. Sin embargo, esta acción a lo largo del tiempo ha degradado el estado de la cantidad y calidad de los cuerpos de agua como arroyos y pequeños ríos que confluyen con el río Tula y permean en el acuífero del Valle del Mezquital. Esta degradación impacta los servicios ecosistémicos de soporte, provisión, regulación y culturales que afectan directamente a las personas que habitan en las comunidades asentadas, lo que ha motivado reclamos sociales.
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El cuerpo de agua por sí mismo, no tiene la capacidad de diluir y estabilizar residuos y, por lo tanto, no garantiza que reponga de manera natural sus cualidades ecológicas y sanitarias. Además, la calidad del agua superficial y subterránea muestran una condición de contaminación crónica debido a la presencia y alta concentración de compuestos que nos son tan fácilmente degradables por actividad biológica.
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El suelo, el problema de los residuos sólidos
En el diagnóstico se consideró impacto de actividades riesgosas, manejo de residuos peligrosos, y se identificaron sitios contaminados; se establece que la presencia de industrias como la cementera, química y metalúrgica contribuye a la degradación del suelo, destacando la importancia de abordar la gestión de residuos peligrosos y la identificación de sitios contaminados para proteger la calidad del suelo y los ecosistemas locales.
Se localizó la presencia de metales pesados y no pesados como el cadmio (Cd), cromo (Cr), plomo (Pb), arsénico (As), y Mercurio (Hg).
Las principales afectaciones al suelo en la región del Valle del Mezquital no sólo provienen de factores como el reúso de aguas residuales, también se derivan de la presencia de la industria cementera, química y metalúrgica.
Entre los hallazgos más relevantes, destacan:
- Se identifican seis instalaciones dedicadas a la fabricación de cemento en los municipios de Atotonilco de Tula y Tula de Allende.
- Se identificó un área afectada por la extracción de materiales que alimenta el proceso de fabricación de cal y cemento de aproximadamente 145.69 hectáreas.
- Explotación de 7.2 millones de toneladas de materiales no metálicos al año.
- Se identificaron en muestras de suelo colectadas, la presencia de plaguicidas organoclorados como el DDT, DDD, DDE.
- Se localiza un sitio contaminado en el municipio de Atitalaquia, con una superficie de 0.014 ha y un volumen de 170 m3.
Las conclusiones señalan que las actividades mencionadas han ejercido una presión considerable sobre los recursos naturales, comprometiendo la calidad del suelo y limitando su capacidad para regenerarse. Además, la acumulación de residuos peligrosos y la contaminación resultante han generado impactos negativos que afectan no sólo al medio ambiente, sino también a la salud y el bienestar de las comunidades.
El aire, contaminación por emisiones
De acuerdo con la información del inventario de emisiones, este contaminante se atribuye principalmente a los sectores de generación de energía eléctrica, petróleo y petroquímica.
En general, se observó que se superan los límites normados de protección a la salud con respecto a partículas suspendidas (PM10 y PM2.5), ozono (O3) y dióxido de azufre (SO2) en Tula de Allende, Atitalaquia, Atotonilco de Tula y Tepeji del Río de Ocampo.
La biota
Se identificaron 33 especies exóticas invasoras, con capacidad de causar daños en el ambiente, multiplicarse rápidamente y desplazar a las especies nativas, alterando los ecosistemas y causando impactos negativos en la biodiversidad. Tal es el caso del lirio acuático, que es una planta flotadora e invasora; obstaculiza el aprovechamiento del agua y su distribución para realizar actividades de riego, causa filtraciones y evaporación, contribuye al deterioro de canales y a la acumulación de sedimentos. Además, proporciona lugares idóneos para la reproducción de insectos y otras plagas dañinas.
No solo la industria ha impactado de forma negativa al medio ambiente en esta región, lo ha hecho también la actividad agrícola al utilizar las aguas residuales provenientes de la Ciudad de México y del Estado de México, con el fin de reducir los costos por fertilizantes.
Con la expansión de la industria por la incorporación de una amplia fuerza laboral se fue modificando el espacio urbano en los municipios de Atitalaquia, Tlahuelilpan, Tlaxcoapan, Tepeji del Río de Ocampo, Atotonilco de Tula, Tezontepec de Aldama, Tepetitlán y Tula de Allende. El proceso acelerado y desorganizado de la urbanización, impactó el hábitat de las especies.
Reconocimiento de un problema
Durante el Foro, Alonso Jiménez Reyes, subsecretario de Regulación Ambiental, explicó que la ZRE incluye ocho municipios que son: Atitalaquia, Tlahuelilpan, Tlaxcoapan, Tepeji del Río de Ocampo, Atotonilco de Tula, Tezontepec de Aldama, Tepetitlán y Tula de Allende y el acto comprende el reconocimiento jurídico de un problema de contaminación en la región de Tula.
Por su parte, Mario Francisco Guzmán Badillo, presidente municipal de Tula, recordó los inicios de la presa Endhó, al ser de las más grande del estado. Fue construida entre 1947 y 1952, con la finalidad de contener las aguas que ingresan al distrito de riego local y almacenar agua en los periodos de escasez. Comentó que en 1975 se construyó el Túnel Emisor Central (TEC) cuya misión es conducir fuera del Valle de México las aguas del sistema de drenaje y a partir de ese momento la presa se convirtió en la cloaca más grande del mundo.
En ese sentido, Ruy López Ridaura, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, señaló que los propios vecinos han manifestado padecer cáncer e insuficiencia renal, hecho que no se había detectado.
Finalmente, María Luisa Albores, titular de la Secretaría del Medio Ambiente a nivel nacional, explicó que se declarará zona de restauración ecológica al área de influencia de la presa Endhó, pero para que ello suceda era necesario realizar el diagnóstico en materia ambiental y de impacto a la salud de los habitantes.
sjl