Pachuca.— “El padre de mis hijos me intentó matar, y valiéndose de denuncias falsas mis hijos fueron llevados a la Ciudad de México dejándolos lejos de mi alcance, ya han pasado tres años de lucha para poder verlos y sigo sin obtener justicia”, esta es la historia de Katia Icela Velázquez Peralta, la suya es una de las 250 carpetas de investigación por violencia vicaria en Hidalgo y de las más mil 800 denuncias en todo el país.
La violencia vicaria o también conocida como violencia por interpósita persona es un tipo de violencia de género que se ejerce en contra de las mujeres como una forma de castigo o venganza, reteniendo a los hijos y utilizándolos para obtener información respecto a las madres, así como para promover y fomentar actos de violencia psicológica que descalifiquen la figura materna.
“Yo decido divorciarme porque empiezo a vivir varios tipos de violencia, denuncié un intento de homicidio por el padre de mis hijos en octubre del 2019, ante el Centro de Justicia para Mujeres, pero lejos de ayudar me azuzaron para desistir y me canalizaron a la instancia de Justicia Alternativa para firmar un acuerdo de no repetición de violencia, pero regresaron los episodios de maltrato así que denuncio nuevamente, pero con el confinamiento por pandemia me vi obligada a permanecer con mi agresor y la violencia llegó a tal punto de no permitirme ver a mis hijos incluso en mi domicilio”.
Katia narra que en 2023 estuvo a punto de ir a prisión por dos denuncias de violencia familiar; en la primera no se encontró evidencia y en la segunda, alega, se crearon pruebas en su contra para juzgarla exigiendo para ella la pena máxima: 9 años en prisión.
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“Tuvimos un juicio desgastante en el que mis hijos tuvieron que acudir a declarar y pese a que se comprobó que yo no cometí ningún tipo de maltrato ni agresión hacia mis hijos y que fue el señor quien los coaccionó y que mintió en el juicio, el juez emitió una condena de año y medio de cárcel o labor social, ahora estamos en proceso de apelación por la serie de irregularidades”.
Violencia vicaria en México
El término violencia vicaria llega a México en marzo del 2021 por Colectiva Cam Cai: Amorosas Madres Contra la Violencia Vicaria dirigida por la abogada Mildred Sáenz e integrada por 120 mujeres obstaculizadas del vínculo materno filial, para estudiar el término empleado por la psicóloga clínica de España Sonia Vaccaro y promover de forma paralela una ley con la entonces diputada Lorena Villavicencio.
“La primera iniciativa de ley se presentó junio del 2021 para reformar y adicionar lo que es la Ley Vicaria a la Ley de Acceso en Tabasco, pero desafortunadamente hasta el día de hoy no está dictaminada; posteriormente, con más colectivas logramos el reconocimiento de violencia vicaria en la Ley de Acceso a las mujeres a una vida libre de violencia en 26 estados, siendo Hidalgo uno de los primeros”.
La abogada especialista en violencia vicaria compartió que en Hidalgo la ley entró en vigor en mayo del 2022 reconocida dentro de la Ley de Acceso y como delito en el código penal, aunque la fiscalía no lo reconoce y se han negado a las víctimas el derecho de poder denunciar este tipo de violencia.
“Después de dos años ninguna víctima ha podido obtener justicia. En el código civil aún falta por hacer, por esta omisión de legislar en materia civil y familiar es que se presentó un amparo el 21 de febrero de este año, ya está admitido y nos falta todavía que se dé el tema del informe justificado de la autoridad en Hidalgo”.
En el estado de Hidalgo, Katia Icela fue la primera mujer denunciante de este tipo de violencia, lucha que, recuerda, inició en noviembre del 2022 y que a la fecha sigue viviendo una serie de obstáculos que impiden la judicialización de su caso, como el reciente extravío de su carpeta de investigación.
Desde que empezó el juicio de Katia, hace casi tres años, ha visto a sus menores de 12 y 8 años en 10 ocasiones, visitas equivalentes a un total de 10 horas, ya que, explica, el padre de sus hijos incumple con las convivencias autorizadas, interfiere y manipula a sus hijos para que elija no verla.
“Mi juicio familiar está en la Ciudad de México y los encuentros se realizan en el Centro de Convivencia allá mismo, por lo que en cada cita uno llega con toda la ilusión para verlos por lo menos un rato y nunca llegan, esa es una gran violencia psicológica y emocional; mis hijos han olvidado ciertos episodios de su vida, no recuerdan a sus tíos y primos, y como en muchos casos las madres nos volvemos monstros ante sus ojos por la manipulación que ejercen los padres y sus familiares sobre ellos”.
Capacitación legal
El despacho de Mildred Sáenz es reconocido por víctimas y colectivas como especializado en violencia vicaria, en el que se ha brindado asesoría legal a más de mil víctimas, han ayudado en los procesos del mismo número de casos en todo el país, principalmente Puebla, Jalisco, Ciudad y Estado de México; y a través de la Colectiva Cam Cai se han recuperado más de 100 infancias, dando acompañamiento hasta la etapa de vinculación a proceso en un caso del estado de Puebla.
“En el último conteo con seis colectivas nacionales ya se superaban las 15 mil víctimas, a las cuales se les apoya con contención emocional al ser procesos complejos y algunas, apoyo legal que son las menos porque faltan manos, en algunos estados ya se está dando capacitación a las defensorías de oficio, pero tampoco son suficientes. La gran mayoría de abogados están renuentes a capacitarse y a pesar de que el despacho y la colectiva se han ofrecido”.
Como activista Katia Velázquez expone que, en Hidalgo, a pesar de lograr la unión de colectivas a la red nacional, hay un retroceso por la falta de visibilidad y desinformación en la sociedad, así como y la falta de capacitación con perspectiva de género e infancias en defensorías e instancias públicas.
“Por la desinformación no tenemos una sola carpeta judicializada. Como madres que parimos la ley vicaria para protegernos y proteger a nuestras infancias, pedimos capacitación, eso es primordial porque un violentador no es un buen padre; en la mayoría de los casos como antecedente a violencia vicaria se tiene una denuncia por violencia familiar y obviamente los ministerios públicos no emiten órdenes de restricción hacia los menores, entonces al no tener medidas extendidas hacia las infancias los padres aprovechan para robarlos”.
“Yo invito a mujeres y mamás que si detectan a alguien que vive este tipo de violencia, que es el más cruel que se puede ejercer hacia una madre y sus hijos, no duden en pedir ayuda y denunciar, no se queden calladas”.
A través de la unión con la red de colectivas a nivel nacional, activistas y víctimas de violencia por interpósita persona promueven la iniciativa “Expedientes manchados de violencia vicaria”, para marcar expedientes, carpetas de investigación por violencia vicaria o familiar y visibilizar la violencia en contra de la mujer.
Asimismo, Mildred Sáenz, mediante del despacho y el Colectivo Cam Cai vigilan 26 amparos para que en todo el país se homologuen la ley de acceso, tanto en materia civil y penal. “Necesitamos empatía y reconocimiento. Hace falta que las autoridades sepan realmente lo que es la justicia para las mujeres y eso solo se logrará si se informan y capacitan”.
sjl