Pachuca.— Para soñar en grande se necesita ponerse bien los guantes, llevar las raíces bien adentro del corazón, tener presente a la familia, amigos y entrenadores, esos son los valores que Mayelli Rosquero Flores recuerda antes de subir al ring de boxeo, la indígena hñähñu que hoy es una de las mejores boxeadoras del mundo.
El pasado 10 de junio venció a Mariana Barby López, excampeona mundial y leyenda de boxeo femenil. Hoy, se siente victoriosa pero no por haber ganado a una de las grandes. “Al final del día, el rival no es tu oponente, el rival eres tú que te superas”, expresó, en entrevista con La Silla Rota Hidalgo.
Mayelli es oriunda de la comunidad San Pedro Remedios, Ixmiquilpan, Hidalgo. Tiene 31 años de edad y desde los 5 años tuvo su primer acercamiento con el ámbito deportivo, al ser instruida por su profesor, Salvador Cervantes, en la disciplina de Lima Lama, donde obtuvo la cinta negra.
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“Mi mamá pensó que era una etapa. Pero, como fui muy hiperactiva, ‘me decía mejor vete a entrenar a que andes aquí de arriba para abajo’. Esos fueron mis inicios en el deporte, ya más adelante llegó el box”, dijo.
Su abuelito es Manuel Rosquero, alias El Ponchador
La primera vez que se subió a un ring a boxear fue cuando tenía 9 años. Esa primera experiencia no resultó del todo buena pues fue zarandeada por un niño de la Ciudad de México. Le propinó una paliza y fue a raíz de esa experiencia que dijo: “no quiero saber nada del box”, por lo que continuó con el karate.
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Sin embargo, su abuelo materno, Manuel Rosquero, alias El Ponchador, un boxeador consagrado de Ixmiquilpan, y su tío Álvaro Rosquero (exboxeador que radica en Los Ángeles, California) observaron el potencial de Mayelli. Por ello, cuando cumplió 15 años de edad la motivaron a empezar su camino en el mundo del boxeo.
“Mi abuelito y mi tío me leyeron la cartilla: ‘el boxeo de por sí ya es difícil para los hombres, ahora para las mujeres, es el doble de difícil tanto físico, mental y biológico’. También ellos me decían: ‘quizás en algún rato se casa, tiene hijos y pues ya valió el deporte’; pero, a pesar de sus comentarios, no con el afán de que desistiera, simplemente, de que viera la realidad de este deporte… a pesar de todo eso seguí”.
Como dato, Mayelli no tiene pseudónimo. Sin embargo, en algunos encuentros boxísticos la han bautizaron como La Maquinita o La Pit Bull del Boxeo. Hoy por hoy ella se siente a gusto con el apellido materno Rosquero, de su abuelito El Ponchador, “hasta suena sabroso”, dijo.
Sus primeros triunfos
La mujer ixmiquilpense compitió en diferentes olimpiadas, tanto estatales como nacionales. Recuerda haber ido en el 2007 a Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde obtuvo su primera medalla de bronce en boxeo. También, representó al Estado de Hidalgo en Ensenada Baja California, en el 2012, así como otras competencias.
Sin embargo, llegó el momento en que “tocó el tope del nivel deportivo boxístico olímpico” en su natal Ixmiquilpan. Por ello, junto con su familia, tomaron la decisión de irse a la Ciudad de México para incrementar su nivel de lucha.
“De aquí soy”: gana guantes de oro en la Arena México
Al llegar a la capital del país, dijo, quedó asombrada porque hay muchas boxeadoras, en Ixmiquilpan, para encontrar una oponente, lo más cercano era ir a Pachuca. En el Valle del Mezquital, dijo, el boxeo lo practican más los hombres y, prácticamente, no hay chicas, ella era la única.
“Llegué a la Ciudad de México en el 2011 al gimnasio emblemático Nuevo Jordán, cuna de campeones del box como Julio César Chávez, quien entrenó ahí. Al entrar, subí por las escaleras y quedé impresionada al ver que en el ring había cuatro boxeadoras haciendo sparring (combates de entrenamiento). Yo dije: de aquí soy”.
Casi al llegar a la selva de asfalto, se inscribió al torneo de Los Guates de Oro, disputado en la Arena México. Fue una de las primeras pruebas para ver si sí tengo madera... y sí, sí, se llevó esos guantes dorados y un reconocimiento especial, por la mejor boxeadora femenina. Ahí, ella se dijo: “voy a apostarle y voy a darle con todo”.
Su debut como boxeadora profesional fue en 2014, en un torneo llamado El Cinturón de Oro. También salió campeona. Para los siguientes años, su nivel de boxeo incrementó y compitió, en 2019, por el título latino con la excampeona mundial Zulina, La Loba Muñoz, encuentro que Mayelli ganó por nocaut en el quinto round.
“Vinieron más peleas, como la del año pasado que tuve un campeonato mundial contra La Julita en Puebla… no se logró el triunfo, pero dejamos con muy buen sabor de boca a los asistentes, fue una pelea muy pareja”, dijo.
Trayectoria complicada
Su trayectoria, dijo, ha sido complicado. Muchas veces es fácil ver al deportista cuando está en la cima, pero, obviamente, hay gente muy cercana que sabe que esto es “de tocar puertas”, “de peleas que se caen dos o tres días antes” o de entrenamientos en los que inviertes, no solo físicamente sino también económicamente.
“Muchas veces, uno deja de trabajar por entrenar y prepararte y dices: ‘ya en la pelea me repongo…’. Pero, qué llega a pasar cuando esa pelea se cae… te quedas sin solvencia económica”, respondió.
Entre marzo y abril pasado, dijo, “se nos cayeron cuatro peleas”, es decir, fueron canceladas. También Mayelli recuerda que el año pasado se había concretado un contrato para ir a pelear a Dinamarca. Sin embargo, una semana antes, se canceló.
“Ahí uno le invierte muchas cosas y que te digan que se cayó la pelea… luego uno tiene que pagar la renta (de la casa) pues sí está complicado. Sin embargo, siempre mi familia me ha apoyado y por eso estoy muy agradecida que, de alguna manera, siguieron confiando en mí”.
Enseña boxeo en la CDMX
Sincerada, Mayelli reconoció que han sido más las veces que ha pensado en desistir que en continuar. Han sido diferentes aspectos, sobre todo, el económico, pero, también por la cancelación de las peleas.
“El boxeo me ha dado también para comer. Por las mañanas entreno, hago mis actividades deportivas y, por las tardes, doy clases de boxeo en la Ciudad de México, fue entonces que pasó por mi mente en decir que ‘lo mío, lo mío, es dar clases’, enseñarles a los chavitos y grandes”.
Mayelli tiene estudios hasta la preparatoria. Sin embargo, actualmente, está concursando para entrar y cursar la licenciatura en Acondicionamiento Físico. Para ello, ha tomado diversos diplomados de Ciencias Aplicadas al Deporte, boxeo enfocado a la preparación física, entre otros.
Actualmente, en la Ciudad de México da clases de boxeo recreativo a niños, niñas y adolescentes, desde los 12 años de edad. Incluso, tienen una alumna de 54 años a la que le encanta.
Una familia de boxeadores hñähñu
Además de su abuelito Manuel Rosquero (QEPD) y su tío Álvaro Rosquero, tuvo como entrenadores a Salvador Cervantes y Enrique González, este último estuvo detrás de los campeones mundiales Roberto y René Arredondo.
Actualmente, los entrenadores de Mayelli Rosquero son Manuel López y Manuel López Jr. (padre e hijo). También, las boxeadoras que la han inspirado son: Ana María López, Yaqui Nava, Laila Ali (hija del exboxeador Mohammad Ali). A ellas las veía luchar, junto con su abuelito, en la televisión.
“Yo veía su físico, técnica y cómo boxeaban y sí me impresionaba. En hombres, también tengo admiración a El César del boxeo, es decir, Julio César Chávez y el Finito López, este último, por su manera tan elegante de noquear”.
En cuanto a sus orígenes, ella es de sangre hñähñu. Sus tías y abuelita (QEPD) son hablantes del otomí. Mayelli no lo habló, “es algo que nos faltó a nosotros, porque luego a veces se enojaba mi abuelita que ‘tú debiste haber aprendido’, sin embargo debieron de haberme enseñado”, dijo.
Lesiones han sido en el gimnasio
“Las lesiones que he sufrido, han sido en el gimnasio y aquí hay un tema importante a tocar: no hay mujeres para boxear. Hace cinco años, mi entrenador me dijo que me subiera a boxear con un chico… algunos, no todos los hombres, aclaro, les das un golpe y ‘como que se calientan’ y se les sube el ego: ‘¿cómo es que una mujer me pegó?’ Este chavo se encendió después de propinarle un golpe, me pegó en la mandíbula y me lastimó, estuve tres días sin poder comer”, dijo.
Cabe señalar que el chico que la lastimó le llevaba diez kilos; sin embargo, este no midió las consecuencias de que este tipo de peleas son solo de entrenamiento, un sparring.
Los golpes de la vida: una mamá migrante
Estar separada de su mamá, Olga Rosquero, ha sido el golpe más fuerte que le ha dado la vida a Mayelli Rosquero. Por problemas económicos, la matriarca tuvo que emigrar a Estados Unidos para trabajar limpiando viviendas.
“Tenía 14 años cuando ella se fue a trabajar a Estados Unidos. Fueron 6 años que ella estuvo allá y por ese esfuerzo es que siempre le estoy muy agradecida porque, en ese tiempo que no estuvo con nosotros, mi hermando terminó la universidad y a mí me impulsó para que estuviera practicando box en la Ciudad de México, pues ella nos mandaba dinero para mantenernos”, contó.
Johnny Flores y Ana Belén Flores son sus hermanos. Ellos se dedican a otra cosa, pues Mayelli es la única que práctica box. Dice: “soy la rara de la familia”.
Ni se esperaba la pelea con la Barby López
Pelear con Mariana, Barby López, excampeona mundial de boxeo femenil, fue una experiencia única y una noticia difícil de creer. Fue su entrenador quien le dijo que iba a pelear con esta leyenda del boxeo femenino: Mayelli quedó sorprendida por la admiración a esta boxeadora y porque fue la primera vez que peleaba en Estados Unidos (en California).
“A Mariana siempre le he tenido mucho respeto y puedo hacer hincapié que, previo a la pelea, le agradecí por la oportunidad: ‘no sé si coincidas conmigo, pero, yo quiero venir a romperla, a romper esa barrera de que las mujeres somos chingonas’, le dije y ella me respondió: ‘Mayelli, vamos a dar una buena pelea’. Mi respeto y admiración a ella”, dijo.
Cuando firmó el contrato, emprendió un entrenamiento arduo. Fueron seis semanas para “agarrar condición”. Esa condición, dijo, la agarró en bosque de El Ocotal, rumbo a Toluca, donde todas las mañanas, desde las 5:00 horas salía a correr junto con su preparador físico.
“Mis respetos para Mariana, siempre ha sido una mujer que se ha mantenido en forma. Me decía un amigo: ‘mantén la cabeza fría, pero los puños calientes’. Estaba nerviosa, pero, mi entrenador me dijo que ‘al final del día, el trabajo ya se hizo y disfruta de los resultados y lo que pase’, siempre con el objetivo de dominar”.
Al empezar el primer round, luego el segundo y el tercero, Mayelli buscaba la forma de hacer fallar para conectarle unos golpes. Sin embargo, la Barby López mantenía la guardia fija porque, en el boxeo también hay balas perdidas. Ha habido peleas que todos los rounds los gana uno y en el último hay nocaut.
Lo complicado de pelear con la Barby
Lo que más se le complicó a Mayelli en la pelea con la Barby fue “poder entrar”, es decir, hacer qu bajara su guardia para conectarle golpes, pues hacía mucho “chicotazo”. Lo que la ixmiquilpense hizo fue trabajar mucho movimiento de cintura.
“Fue así que comencé a entrar y, cuando comenzaba a ver que estaba cerca es que dije: ‘de aquí soy’. En dos ocasiones detecté debilidad, cuando la tenía en las cuerdas y le pegaba, aunque reconozco el aguante que tuvo. Ella es una peleadora muy aguerrida: a ella le pueden cortar la nariz o estar sangrando y ella sigue en pie”, contó.
Su estrategia de boxeo
Mayelli entraba pegando al cuerpo y remataba arriba. El objetivo de un boxeador es llegar al nocaut, que es la vía corta. Sin embargo, también se debe tener Plan B o Plan Z… todo el abecedario, para resultar vencedor.
“Mariana tiene mucha experiencia. Ella supo qué hacer en momentos críticos, a lo que voy, llegó un momento en el que le pegaba y parecía que no le dolía, pero ella hacía pasos laterales para moverse. Obviamente, eso lo vas adquiriendo a través de peleas, recuerdo que le di el clásico gancho al hígado y escuché que le dolió… lo que hizo fue moverse, salirse, y yo dije ‘ya es mía’, eso fue inteligencia de ella’, contó.
En este encuentro, hubo un momento crítico para Mayelli, cuando la Barby le conecta un gancho que le causa un dolor; pero algo que ella hace, es aguantarse y nunca expresar el gesto “que no se dé cuenta”.
Felicidades mayeli, ganaste muy bien: la Barby
Luego que los jueces hicieron el veredicto. Mariana, Barby López, abrazó a Mayelli y le dijo: “Felicidades Mayelli, ganaste muy bien, síguele así”. Estas palabras cimbraron el corazón de la hñähñu:
“Al final del día, el rival no es tu oponente, sino el rival eres tú. Tu oponente no es tu enemigo, pues él también se preparó y dejó de hacer muchas cosas, va con la ilusión de ganar, el simple hecho de ganarle quiere decir que tú te has superado como persona, has demostrado que te preparaste bien”, dijo.
El premio: colocarse entre las mejores boxeadoras
La pelea que disputó el sábado pasado en Toyota Arena en California, Estados Unidos, fue a ocho rounds. Al ganar, ingresó al Top Ranking de boxeo, que ayuda a clasificar a un título mundial. No es lo mismo estar en la posición 12 que en la 3. Con esta pelea llegó al segundo sitio como retadora a la campeona mundial.
“Mi división es super mosca, la pelea con Mariana fue en super gallo, es decir, dos divisiones arriba de la mía”, aclaró.
Además, en esta pelea se propuso dos retos: el primero es salir con las manos en alto y ganar la pelea; el segundo, fue más personal, demostrar que el boxeo femenil causa la misma euforia que el boxeo varonil y, en algunos casos, hasta más.
Su mensaje es que la gente le apueste también al boxeo femenil. En la cartelera del pasado sábado fueron siete encuentros, de los cuales solo uno fue de mujeres, por ello, envió un mensaje para que los promotores, la televisión y patrocinadores le apuesten más al boxeo femenil.
“Si hablamos de economía, también estamos muy lejos de compararnos con una bolsa del ámbito de los hombres. Pero yo sé que esto es una lucha y, en lo personal, esa es mi manera de hacer Revolución, a través de los guantes y a través de mi boxeo, eso para mí es mi manera yo sé que aún falta de camino, pero, soñar en grande no cuesta”, expresó.
El jorongo hñähñu que bordaron Las Mendozas
El jorongo (bordado artesanal) que lució en su victoria lo tejieron manos indígenas que se les conoce como Las Mendozas, en la comunidad de San Nicolas, Ixmiquilpan. De hecho, se tardaron un mes en tejerlo. Le llegó un día antes de volar a California.
“En todas mis peleas me gusta que mencionen que soy de Ixmiquilpan, Hidalgo, a pesar de que ya vivo en la Ciudad de México. No habíamos encontrado un atuendo para que sea visible y, en peleas anteriores, ya tenían una especie de capa que no era 100 por ciento artesano, simplemente era el nombre de Ixmiquilpan”, dijo.
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