Tepeji del Río.— A seis meses de que la presa Requena, ubicada en el municipio de Tepeji, fuera vaciada por las autoridades de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para paliar la sequía que azota el Valle del Mezquital, sigue sin recuperar sus volúmenes de agua, lo que hace imposible la recuperación pesquera.
Así lo informó Salvador Jiménez Calzadilla, presidente municipal de Tepeji del Río, quien detalló que este caudal de agua, que en sus niveles normales llegó a almacenar más de 52.5 hectómetros cúbicos de agua y tener una profundidad media de seis metros, hoy está a un 15 por ciento de su capacidad.
Estos niveles de agua ocasionan que no se puedan sembrar bancos de peces ya que al haber poca agua hace que sea insuficiente el oxígeno para que puedan subsistir; otra circunstancia que agrava la vida subacuática es que con el calor se eleva la temperatura del cuerpo de agua, matando a las especies.
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“Este año no llovió y pues tenemos una presa Requena vacía, está al 15 por ciento de su capacidad, no se ha podido recuperar y al tener poca agua no puede haber peces, entonces, lo que ellos necesitan es espacio y oxígeno para que ellos puedan subsistir y reproducirse, es decir, su vida es muy limitada”, expresó el alcalde.
Esta situación dejó sin trabajo a 64 personas integrantes de la Asociación de Pescadores Unidos de la Presa Requena, quienes han tenido que ocuparse en otras actividades para sacar adelante a sus familias.
La administración política del agua
El 25 y 26 de junio de este año, la Conagua determinó abrir las compuertas de la presa Requena a fin de liberar agua para regar los cultivos del legumbres y maíz de la región del Valle del Mezquital.
Sin embargo, las autoridades federales no consideraron que los niveles mínimos de agua ya eran alarmantes en la presa Requena. El desfogue ocasionó que los niveles del cuerpo de agua bajaran alarmantemente matando a mojarras, tilapias, carpas y charales que eran pescados para su comercialización; también, eran fuente de alimento de gaviotas y pelicanos.
Para evitar un problema sanitario, debido a la putrefacción de los peces, autoridades del municipio y pescadores sacaron del agua más de 10 toneladas de pescado muerto, el cual enterraron con cal a las orillas de esta presa.
Esta presa tiene una extensión de 759.7 kilómetros cuadrados con una longitud máxima de 7 hectáreas y un ancho máximo de 3 kilómetros. Su profundidad media es de 6 metros y su capacidad de almacenamiento es de 52.5 hectómetros cúbicos. Fue construida entre 1919 y 1922 para captar el agua de lluvia, convirtiéndose también en un atractivo turístico de la región.
sjl