Pachuca.— Originario de una familia arraigada en la artesanía, Fulgencio Francisco Guerrero es un maestro artesano cuyo legado prevalece y se comparte en un improvisado taller de carpintería, donde, a través de sus manos, la madera cobra vida en piezas que representan la cultura mexicana: los juguetes tradicionales.
“Yo nací en Puebla, pero he vivido en Pachuca desde hace ya 40 años, toda mi vida ha girado en torno a la madera y lo que se pueda crear con ella, pero especialmente en la elaboración de juegos y juguetes tradicionales, eso ha sido la fuente de trabajo de mi familia”, explica mientras da forma a un rodillo para masajes.
Desde temprana edad aprendió a detalle las técnicas, que le fueron heredados por sus abuelos y padres, para crear juguetes que son testimonios de una historia que se niega a desaparecer, como los tradicionales y conocidos carritos, tambores, mesitas, trompos, baleros, yoyos, además de juegos de destreza como el Jenga, damas chinas, domino, no te enojes, entre otros.
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“Con la madera hacemos una gran variedad de artículos, pero en la actualidad la gente busca artículos para aliviar sus molestias con masajeadores, especialmente para la espalda y los pies; los procesos son variados, este rodillo, por ejemplo, lo puedo hacer en 10 o 15 minutos con el torno, con machete es más tardado pero el acabado sigue siendo bueno”.
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Fulgencio, quien es también integrante de Grupo Artesanal Pachoaca, indica que la nobleza de la madera es tal que su trabajo continúa durante todo el año, con temporadas altas para la elaboración de juguetes, especialmente en el mes de abril y diciembre, periodo laboral en el que participan sus dos hijos.
Su arte lo lleva a varias partes y también a donde lo inviten, porque, afirma “hay que buscarle”, y a través del Grupo Artesanal se generan apoyo con eventos para que los artesanos de Pachuca y lugares aledaños puedan tener un espacio de exposición y venta.
“Este es un oficio muy hermoso. Disfruto mucho estar en el taller, respirar el aroma de la madera y saber que lo que hago le ayuda a la gente y que incluso las familias se unen con un sencillo juego de mesa, no como los aparatos de ahora, que tampoco son malos, pero la relación que se crea es distinta. El que las personas adquieran algo elaborado a mano representa la oportunidad para las tradiciones se mantengan vivas”.
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