PACHUCA.- A casi ocho días de la tragedia en las obras de construcción de la carretera Real del Monte-Huasca, este viernes 24 de noviembre fue ofrecida una misa religiosa en honor a las cinco víctimas a las que luego de caerles un andamio y toneladas de concreto murieron; de ellas, sus familiares exigieron justicia y hablaron sobre el tipo de indemnización que buscan por parte de la empresa.
El servicio religioso fue dado aproximadamente a las 15 horas por un párroco, quien hizo una reflexión sobre lo ocurrido el sábado 18 de este mes, cuando un andamio que sostenía un molde de madera se venció y derrumbó violentamente, justo cuando arriba estaban ocho trabajadores, de los cuales cinco murieron y tres quedaron heridos: “Recordemos a Valentín, José Alberto, Felipe, Nicolás, Israel”, dijo el clérigo.
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“Vamos a pedir juntos hermanos al señor que ya no pase nada, que nos permita el señor terminar la obra en paz… Terminar la obra limpia, sin ningún hecho que lamentar”, añadió el párroco, mientras en el lugar, ante la mirada de automovilistas, la escena fue de padres, madres, familiares y conocidos en llanto frente a una mesa con flores y la fotografía de los cinco hombres, de quienes se dijo uno era Israel, originario de Omitlán.
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Pese a la consternación que aún mantenían los deudos, hicieron un reclamo a la empresa Vise, donde estaban contratados los cinco obreros que fallecieron, para que se haga responsable tanto legal como económicamente y en ese sentido el conocido de Valentín aseveró que aún no tienen una solución viable a quienes dijo son familias desamparadas, pues recordó que piden una indemnización a la firma y una pensión por parte del seguro.
“Ofrecen (Vise) una indemnización como si fuera lo que es el seguro de vida, pero nosotros estamos tratando de hacer lo posible para que también nuestros deudos reciban una pensión… Tenían contrato con la empresa, lo que sí tenemos que saber hasta qué grado llega la cobertura del seguro de vida, pues hasta el momento no han dicho bien exactamente cuál es el monto”, dijo el hombre a un medio local.
Él era uno de los fallecidos; hidalguense
Uno de los cinco obreros que murieron fue Israel, quien fue encontrado todavía por su padre con vida bajo escombros de madera, tubos y concreto, de lo que dijo escuchó pedir ayuda, pero su cuerpo no resistió y murió; él fue descrito como un joven de 24 años de edad, moreno, de cejas pobladas, nariz aguileña, labios gruesos, quien fue metido a la construcción de la carretera Real del Monte-Huasca por su progenitor sin saber lo que iba a pasar.
Antes de ese empleo, el joven hacía trabajos de albañilería o lo que fuera saliendo; el día del derrumbe, su padre narró que ambos estaban en la obra debido a que Vise, la empresa que construye el viaducto Vicente Guerrero, subcontrató a Conaco donde él está para surtirle cemento. La encargada de colocar el cabezal y el soporte de metal fue la primera firma, mientras que la concretera rellenaba.
Sin embrago, narró un presunto caso de negligencia: “… Empezamos, echamos como 20 ollas y algunos compañeros dijeron que ya estaba tronando la cimbra o la madera que ponen y que estaba… Entonces ellos, allá, dicen que les dijeron que ya no podían seguir trabajando… La ingeniera, según dicen, dijo que siguieran echando, que le metieran el vibrador… Avisaron que parara, que se había derrumbado”, dijo, para añadir que alcanzó a ver a su hijo muerto.
cem