Omitlán.— Israel quedó atrapado entre varillas que colapsaron mientras guiaba una manguera que revestía con cemento lo que sería el cabezal del viaducto Vicente Guerrero, que forma parte de la carretera Real del Monte-Huasca. Sobrevivió la caída de 15 metros, pero falleció mientras maquinaria retiraba el andamio de acero, narra su papá, Francisco Guerrero, quien asegura lo escuchó pedir auxilio.
Sentado en el patio de su casa, ubicada en la localidad El Perico, a unos 10 minutos del lugar del accidente, el señor Francisco narra que la cimbra tronaba mientras hacían el vaciado de cemento, pero personal de Vise ordenó que continuarán hasta que la estructura metálica se desbarató, arrebatándole la vida a su hijo y a otros cuatro trabajadores.
“Yo lo vi porque estaba yo trabajando en la concretera de Conaco, nosotros pusimos cemento a Vise, a la empresa Vise, ahí estábamos trabajando, se iba a colar un cabezal de la carretera y este... empezamos, echamos como 20 ollas, aproximadamente 20 ollas, y algunos compañeros dijeron que ya estaba tronando la cimbra o la madera que ponen y que estaba… entonces ellos, allá, ellos dicen que les dijeron que ya no podían seguir trabajando porque estaba tronando la madera y este... y la ingeniera, según dicen, que la ingeniera dijo que siguieran echando, que le metieran el vibrador, pasaron, echamos dos ollas más y el señor que estaba echando el concreto, mi compañero, le avisaron que parara, que dejara de echar cemento, que se había derrumbado el cabezal, así pasó…”
Alrededor del patio de la casa han colocado coronas de flores, casi todas de crisantemos, una con la foto de Israel, de 24 años, moreno, de cejas pobladas, nariz aguileña, labios gruesos. El señor Francisco dice que hace un año invitó a su hijo a trabajar con él en la concretera Conaco, debido a que en Omitlán hay poco en que emplearse; antes de eso Israel hacía trabajos de albañilería o lo que fuera saliendo.
El día del accidente ambos estaban en la obra debido a que Vise, la empresa que construye el viaducto Vicente Guerrero, subcontrató a Conaco para surtirle cemento. La encargada de colocar el cabezal y el soporte de metal fue la primera firma, mientras que la concretera rellenaba.
A la casa han llegado más personas, niños, adolescentes, mujeres adultas, algunos se van parado o sentando a un derecho del señor Francisco, a quien se le quiebra un poco la voz al narrar el último recuerdo de su hijo. Israel cayó cerca de la carretera, mientras que otros tres trabajadores quedaron sumergidos en cemento, que después secó.
“Me salí, agarré un carrito que tengo, un Chevy, cuando llegué a mi hijo lo oía yo gritar como de aquí-ahí, que lo sacaran y era muy difícil que los sacaran ¿se imagina? están ahí las varillas, ¿se imagina para mover todas esas varillas?, luego pusieron dos grúas y a sacar con gente y todo eso, cuando lo sacamos yo vi que él ya había muerto porque tenía los ojos abiertos y ya estaba así, falleció, ya había muerto”.
El domingo a mediodía, mientras la familia de Israel se preparaba para velarlo en la localidad de El Perico, a cinco minutos de ahí, en Aviadero, maquinaria seguía cincelando cemento para sacar el cuerpo de un trabajador y en Pachuca, el director en Hidalgo de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT), Ernesto Jáuregui Asomoza, le decía los medios de comunicación que el accidente había sido un “caso fortuito”, también mencionó que la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo lleva a cabo los peritajes para el deslinde de responsabilidades.
Antes de despedirse, el señor Francisco pidió a las autoridades investigar y proceder penalmente contra los responsables de la obra. Su hijo tenía seguridad social pero no un seguro de vida, hasta ese momento, la familia se había hecho cargo de todos los gastos funerarios, ni funcionarios de gobierno, ni personal de Vise se había acercado a los deudos.
“Sí debe haber responsables, no es posible que se llegue a caer, verdad, es una empresa, es una empresa de construcción que tiene que tener toda la forma de trabajo, tiene supervisores y todo, no sé qué falló”.
sjl