OPINIÓN

El Centinela

Créditos: LSR Hidalgo
Escrito en HIDALGO el

Nabor Castillo

El exjudoca hidalguense dejó este martes la dirección del Instituto Municipal del Deporte (Inmude) en el Ayuntamiento de Pachuca, a un año de haber asumido el cargo. Aunque su gestión estuvo llena de claro-oscuros, su salida, de acuerdo con algunas fuentes, se debe a que asumiría un nuevo cargo en la Federación Mexicana de Deporte Escolar (Femedees), en la coordinación nacional de judo. El relevo de Nabor Castillo sería presentado la próxima semana. Mientras tanto, se habla que a un año de administración del alcalde Jorge Reyes, y tras su primer informe de gobierno, habría algunos cambios, particularmente en otras direcciones del municipio, aunque por ahora no hay nada oficial.

Nabor Castillo, extitular del Inmude. (Facebook)

Lo losa de los laudos

El caso de Chapantongo es un reflejo de cómo los laudos laborales pueden convertirse en una losa insostenible para los municipios más pequeños. El alcalde Eligio Figueroa Chávez reconoce un adeudo de 15 millones de pesos heredado desde 2016, pero insiste en que pagarlo en una sola exhibición —como lo exigen los extrabajadores y sus despachos jurídicos— significaría asfixiar al ayuntamiento y condenar a la población a quedarse sin obras, salud ni educación. Sus propuestas de pago en parcialidades o reinstalación en condiciones distintas han sido rechazadas, lo que exhibe la rigidez de un sistema legal que protege derechos, pero que pocas veces considera las limitaciones financieras de los gobiernos locales. En un municipio marcado por el rezago, la disyuntiva es clara: saldar el pasado o garantizar servicios básicos para el presente, según el propio alcalde.

Loading…
Eligio Figueroa Chávez, alcalde de Chapantongo. (Especiales)

Las casas del Bienestar

La disputa por las Viviendas del Bienestar en Ciudad Sahagún destapó una vez más el choque entre desarrollo habitacional y protección ambiental. Vecinos del fraccionamiento Fides 500 lograron que la Semarnath acudiera al predio donde se pretende construir 790 casas, en plena franja ecológica y a un costado de torres de alta tensión de la CFE. El resultado fue que la constructora no presentó permisos de construcción y ahora deberá responder a un citatorio. Mientras tanto, los habitantes denuncian la presencia de un cerco policiaco resguardando una obra que, según ellos, atenta contra su seguridad y contra uno de los últimos pulmones verdes de la zona.