ESCLAVITUD EN SILAO

¿Sabías que en Silao hubo esclavos africanos en tiempos del Virreinato?

El 15 de septiembre de 1829 se decretó la abolición de la esclavitud en México y poco se sabe que en Silao hubo tráfico de esclavos africanos; entre los compradores hubo sacerdotes, militares, hacendados y comerciantes

Créditos: Relatos e Historias de México
Escrito en GUANAJUATO el

Silao.- El 15 de septiembre de 1829 quedó abolida la esclavitud en México y a 194 años de este suceso muchos silaoenses desconocen que en Silao hubo tráfico de esclavos africanos, desde una fecha no conocida hasta el final del siglo XVIII.

Antes de entrar en el tema, cabe mencionar que la esclavitud en México fue abolida por primera vez por Miguel Hidalgo en 1810, y luego por José María Morelos en 1813. Sin embargo, la abolición definitiva e integral ocurrió el 15 de septiembre de 1829, cuando Vicente Guerrero, el Caudillo del Sur y primer presidente afrodescendiente expide un decreto por el que declara abolida la esclavitud al no cumplirse las disposiciones legadas por Hidalgo y Morelos.

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Se sabe que los esclavizados africanos en el Virreinato (1535-1821) eran traídos a América para trabajar en minas, haciendas agrícolas y ganaderas, y en el servicio doméstico en el que trabajaban como sirvientes en casas de familias adineradas, entre clérigos, hacendados, militares y comerciantes, en la capital de Guanajuato y en Irapuato, aunque poco se sabe sobre este tipo de servidumbre en Silao, en donde todos querían y podían tener un esclavo.

De acuerdo con un trabajo de investigación de la Secretaría de Educación del estado de Coahuila, denominado “Silao en tiempo colonial”, La presencia de esclavos indígenas en Silao, tal vez se remonta hasta los primeros años de vida de la entonces Congregación de Vecinos (Siglo en que se mencona a "Los Llanos de Silao".

Esto se mención en la obra del doctor don J. Guadalupe Romero: “...En 1553, vinieron a avecindarse en Silao, siete familias de españoles, encabezados por don Francisco Cervantes Rendón, acompañados de algunos indios otomites... que les habrían sido entregados como suyos, porque era costumbre darles tierras e indios. Eso, de hecho, era reducirlos a esclavitud”.

De otros lugares se habla de esclavos negros, traídos de África, si a Silao llegaron algunos, sería a principios del siglo XVIII, porque ya al llegar al 1700, se habla de esclavos mulatos, esto es, individuos con cruza de sangres española y negra.

Ex Hacienda de Trejo.

Lo que no se menciona Silao es lo de esclavos mestizos, o sea hijos de español e india, de estos se dice "sin padre conocido" o "hijo natural", pero no esclavo, y el trato que se les daba también era diferente: El mulato hijo de negra esclava, nacía esclavo y podía ser vendido como tal y sufría de por vida esa condición; en cambio el hijo de español e india, simplemente ignoraba quien era su padre pero era libre, no esclavo.

La explicación era la siguiente:

Los españoles que vinieron a hacer la conquista, y muchos de los que llegaron después, venían sin pareja femenina. Estos aventureros al estar frente a los aborígenes que poblaban estas tierras, los definieron por su cuenta como "no gente de razón" y decidieron someterlos; a los varones los ocuparon para ponerlos a trabajar y a las hembras las usaron para suplir su imprevisión, así, las hacía aprovechables pero desechables, para eludir la responsabilidad de la paternidad que resultara.

En el siglo XVII, cuando ya hubo minas trabajando y haciendas establecidas, escaseó la mano de obra; entonces compraron negros, esclavos y esclavas, de donde salieron las mulatas esclavas que se mencionan en Silao, entre 1720 y 1789.

Las esclavas mamás de los esclavitos mulatos que iban naciendo o sus "cristianísimos" amos, tenían cuidado de hacerlos bautizar lo más pronto posible, aunque siempre con el apellido genérico de "de la Cruz" o "de los Santos". Esto parece otra artimaña para ocultar la identidad del padre, que con frecuencia era el mismo patrón que la había comprado.

Sólo hasta ya avanzado el siglo, se habla de matrimonios entre esclavos; en algunos de esos casos, un cónyuge eses libre y el otro no o son esclavos de diferente dueño. En esos casos sí, los niños se bautizan con verdadero apellido paterno.

Lo inmoral de ese trato estaba desde luego, en someter a esclavitud a un ser humano, pero lo cruel estaba en separar parejas de esposos, vendiendo a alguno de los cónyuges o en arrancar a un hijo de los brazos de la madre para venderlo. Hubo madres de esclavitas que se pasaron años reuniendo la cantidad necesaria para comprar la libertad de sus hijas para que no fueran vendidas como simple mercancía al llegar a la pubertad.

Se sabe que la mayor parte de los esclavos de Silao, eran "criollos, nacidos en casa", con una genealogía paralela a la de los amos, unos y otros, en la hacienda o en la casa, descendían de generaciones continuadas; aunque también había los comprados en las ferias y vendidos en el mercado local por los mercaderes locales o traídos al mercado por comerciantes viandantes.

La operación de compra-venta de un esclavo, se hacía ante el escribano real, que era el funcionario que daba fe del trato y extendía la factura correspondiente. A veces el trato se hacía directamente ente el vendedor y comprador, pero era más frecuente hacerlo mediante un mercader, quien lo compraba o lo recibía a comisión para luego buscarle cliente.

Compraban esclavos principalmente los militares, los hacendados, algunos clérigos, viudas ricas y otras personas que los tenían como un ahorro del que podían disponer en caso de emergencia, ya que eran objetos vendibles, heredables o hipotecables. Muchos tuvieron esclavos para que el producto de su venta sirviera para el entierro del amo.

Vendían esclavos los mercaderes, quienes los tenían como otra mercancía cualquiera, pero abundaban personas que los compraban para sacarles ganancia al revenderlos, porque en los silaoenses ha habido desde entonces, una marcada inclinación al comercio.

 Los precios de los esclavos fluctuaban de acuerdo con la oferta y la demanda, según la edad y sexo de la pieza en venta, y según su clasificación de negro, mulato, morisco o albino.

Los esclavos siempre se vendían al contado

Para 1780, la mayoría de los esclavos ya eran blancos y ya no eran muy solicitados, por eso también eran baratos, el trato que se les daba había cambiado y abundaban casos en que los declaraban libres de toda esclavitud y servidumbre.

 Lo que ocurría era que aquella sangre esclava que un día había sido de negro, después de cuatro o cinco generaciones, mezclándose con la sangre española de los amos, había acabado con el color original y, lo más grave, ya resultaba caso de conciencia tener como esclavo a algún pariente: Primo, hijo, sobrino o nieto, por eso les iban dando su libertad.

En el censo general de población levantado en 1792, se ve que en Silao vivían españoles peninsulares, españoles criollos, mestizos, castizos, indios y mulatos; estos últimos como sirvientes y artesanos, no se menciona ningún esclavo y sí, muchos españoles casados con india y españolas casadas con indio.

Para 1792, hasta los términos mestizo o mulato resultaban anacrónicos en Silao, porque tanto cruzamiento de sangres había dado por resultado una nueva raza, la mexicana.

Entre 1720 y 1789, quedaron registrados en el juzgado de la congregación 210 casos relacionados con esclavos, donde en las compraventas participaron sacerdotes, militares, hacendados y gente adinerada de esa época, que son una prueba de que en Silao hubo esclavos africanos.

Para saber

El 15 de septiembre de 1829, el entonces presidente Vicente Guerrero (1 de abril-17 de diciembre de 1829) expide un decreto por el que declara abolida la esclavitud, al no cumplirse las disposiciones legadas por Hidalgo y Morelos. El decreto aclara que “cuando las circunstancias del erario lo permitan, se indemnizará a los propietarios de esclavos, en los términos que dispusieren las leyes”.

Se calcula que entre el siglo XVI y finales del siglo XIX alrededor de 12.5 millones de africanos y africanas fueron sacados a la fuerza de sus tierras de origen y llevados a América con el objetivo de ser vendidos y realizar tareas forzadas de diversas naturalezas

Dentro de la historia, la esclavitud fue abolida en distintos momentos y en diferentes circunstancias. Entre ellos se resalta el 6 de diciembre de 1810 cuando se publicó el decreto de la Abolición de la Esclavitud, emitido por Don Miguel Hidalgo y Costilla en la plaza de Guadalajara, Jalisco., en plena guerra de independencia.

Posteriormente, el 14 de septiembre de 1813 se dio la declaración general de principios, que, con el nombre de Sentimientos de la Nación, escribió José María Morelos con el apoyo de Andrés Quintana Roo, y su artículo 15 dice: "Que la esclavitud se prescriba para siempre, lo mismo que las castas".

Tiempo después, la presidencia de la República recayó en Vicente Guerrero, el Caudillo del Sur y primer presidente afrodescendiente. Guerrero llegó al poder apoyado por las clases populares y su política estuvo orientada a favorecer a estos grupos. En este contexto y con el propósito de añadirle al aniversario del inicio de la guerra de Independencia un toque de justicia y beneficencia nacional, publicó un decreto el 15 de septiembre de 1829 mediante el cual volvía a suprimirse la esclavitud en México.

La Constitución de 1917, que rige actualmente a la nación mexicana, en su primer artículo, relativo a las garantías individuales, prohíbe de manera terminante la esclavitud en México, y quien llegue a pisar territorio nacional, siendo esclavo, por ese simple hecho recupera su libertad, lo que le es garantizado por el Estado.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece en el artículo 4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre,”la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”.

| Con datos de: CNDH/SEDU Coahuila “Silao en tiempo colonial”

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