Guanajuato.- No hay mar, pero sí aguas saladas de tonos turquesa. Entre montañas suaves y caminos de tierra se encuentra un secreto que pocos conocen: Salinas de Hidalgo, una comunidad semidesértica en el noreste de Guanajuato con pozas cristalinas y cultivos de sal.
En este pueblo de Guanajuato las familias locales extraen sal de manera artesanal desde hace más de 800 años, y hoy en día, continúan utilizando métodos tradicionales que datan del México antiguo.
A diferencia de las minas, en Salinas de Hidalgo la sal se "cultiva" en pozas poco profundas, donde el agua salada se evapora lentamente con el calor del sol, dejando cristales gruesos y brillantes que se recogen a mano. Es un trabajo paciente, físico y ancestral.
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La producción abastece a mercados de la región. Y lo más curioso es que muchos de los trabajadores de las salinas no se dedican exclusivamente a eso: también son campesinos, albañiles o panaderos. La sal es parte de su vida, pero también de su identidad.
Caminos blancos, pozas turquesa
Visitar las salinas es un espectáculo. Las pozas se tiñen de tonos turquesa, rosa o rojizo, dependiendo de la luz del día y los minerales. Los caminos brillan como si estuvieran nevados por las partículas de sal. El viento tiene un olor limpio, seco y mineral.
Guías locales ofrecen recorridos para el turismo, pues los pobladores recibe con gusto a quienes se interesan en conocer la historia del lugar, y muchos ofrecen muestras de la sal, que tiene un sabor menos procesado y más complejo que la sal comercial.
Una tradición en peligro
Aunque la producción sigue activa, la tradición está en riesgo de desaparecer. Las nuevas generaciones no siempre se interesan por continuar con este oficio, que exige trabajo físico bajo el sol y no ofrece grandes ganancias. Aun así, algunos jóvenes han comenzado a promover visitas guiadas y venta directa de sal gourmet, con lo que esperan mantener vivo el legadode varias generaciones.
Qué hacer en tu visita
- Recorre las salinas al amanecer o al atardecer, cuando la luz transforma el paisaje en un espectáculo surrealista.
- Compra sal artesanal directamente con los productores, que además la ofrecen con hierbas o especias.
- Visita las capillas del pueblo, pequeñas joyas de arquitectura rural.
- Disfruta un desayuno con gorditas y café de olla en alguna fondita local, donde probablemente te sirvan comida con sal de casa.
Cómo llegar
Salinas de Hidalgo se ubica a unos 20 minutos en auto desde San Luis de la Paz. El acceso es sencillo, aunque los últimos tramos pueden tener terracería. No hay hoteles en el pueblo, pero puedes hospedarte en San Luis de la Paz o Dolores Hidalgo y hacer una excursión de un día.
Salinas de Hidalgo es de esos lugares donde parece que el tiempo va más lento; no tiene glamour, ni hoteles boutique, ni cafés con wifi, es un destino poco "explotado"que permite conocer lo más auténtico del estado: sus raíces.
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FN