San Miguel de Allende.- Izcuinapan, cuyo significado en náhuatl es "agua de perros" o "río de perros", es el nombre original de un manantial que abastecía de agua a la zona donde en la actualidad se encuentra San Miguel de Allende.
Se cree que el nombre proviene de la presencia de perros xoloitxcuintles en la zona, los cuales eran guiados por el fraile Juan de San Miguel hacia un manantial.
Y es que, la región en la que ahora se asienta el municipio de San Miguel de Allende, estaba habitada por naciones otomíes, huachichiles y chichimecas, las cuales fueron englobadas y llamadas por los españoles con el nombre de “chichimecas”, quienes les dieron el significado de “salvajes”, “bárbaros” y “gente de guerra”, debido a que no pudieron conquistarlos desde un principio y a su resistencia a la evangelización.
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Los chichimecas-jonaz, descendientes de los chichimecas, viven actualmente en comunidades de Guanajuato y San Luis Potosí.
Fue en 1542 cuando Fray Juan de San Miguel estableció el primer asentamiento en lo que hoy se conoce como “San Miguel Viejo”, a orillas del Río Laja, aunque su primer nombre fue el de San Miguel el Grande, sin embargo, por los constantes ataques de los chichimecas que aún no habían sido evangelizados, se vieron obligados a abandonarlo, por lo que tiempo después Fray Bernardo de Cossin decidió mover el asentamiento hacia la zona donde fluían los manantiales, al cual le dio el nombre de “Izquinapan” (Río de perros), ya que, según la leyenda, el franciscano fue guiado por unos perros hasta dicha zona.
En 1555, el virrey Luis de Velasco ordenó la fundación de una villa de españoles, la cual se convirtió en un lugar estratégico que incentivó la vida económica de la Nueva España, formando parte de la Ruta de la Plata, para comunicar a Zacatecas con la Ciudad de México.
De acuerdo con la crónica franciscana de Fray Alonso de la Rea, escrita en 1639, el sitio original del asentamiento estaba a un cuarto de legua (1.5 kilómetros) hacia el poniente del centro histórico actual. Se afirma que don Fernando de Tapia declaró en 1571, que además de ser el primer poblador y fundador junto con su gente, creó con sus amigos y pobladores el primer monasterio que hubo en ella.
En el siglo XVIII y la primera década del siglo XIX, la ciudad se convirtió en importante centro comercial, industrial y agrícola, gracias a los fundos mineros de Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas, pues era paso obligado para el traslado de la plata hacia la Ciudad de México y punto de abastecimiento de toda clase de mercancías destinadas a las poblaciones de la región, aunque desde 1550 los chichimecas reaccionaron a esta invasión y atacaban a los comerciantes en el camino de la plata. En 1551 los guamares de las sierras de Guanajuato atacaron el pueblo de San Miguel. Como resultado de este ataque, los sobrevivientes del asentamiento fueron trasladados por Fray Bernardo al lugar donde actualmente se localiza la ciudad de San Miguel de Allende.
La misión que estuviera en San Miguel Viejo fue edificada en su nuevo emplazamiento, en la parte media de las colinas, entre los manantiales del chorro, también conocidos como Izcuinapan y los manantiales del Batán, conocidos siglos después como la Ciénega de Pineda.
El plano de 1850 que corresponde a la relación de San Miguel, enviada a España a solicitud del rey (cuyo original se encuentra en la Biblioteca Real Academia de Historia de Madrid) confirma la ubicación de la Misión, en el lugar que actualmente ocupa el Templo de la Santa Escuela, conocido en el siglo XVIII como “Parroquia Vieja”.
La Guerra de Independencia
A Dolores Hidalgo se le conocen como “La cuna de la Independencia”, aunque a San Miguel lo llamaron “Fragua de la Independencia Mexicana”, porque aquí fue donde el General Ignacio Allende se unió al ejército como principal teniente del Padre Miguel Hidalgo y condujo al ejército a varias victorias.
Allende no pudo disfrutar de un México independiente de la opresión española pues lo capturaron durante una batalla y fue ejecutado. Sin embargo, en su honor el pueblo se renombró como San Miguel de Allende en 1826, junto con el de fray Juan de San Miguel.
La casa en donde vivió y creció se encuentra en San Miguel de Allende, construida en el siglo XVII y convertida en museo en 1990, donde podrás conocer su historia.
El resurgir de un pueblo fantasma
Tras los conflictos armados y sociales que estallaron en el país, la población de San Miguel de Allende se vio obligada a dejar la ciudad, al punto de convertirse en un pueblo fantasma.
Sin embargo, en 1930, durante el mandato del general Lázaro Cárdenas, se inauguró en esta ciudad la escuela universitaria de Bellas Artes, y una década después, el Instituto Allende, ambos espacios fundamentales en el quehacer cultural y artístico de la región.
Después de la Segunda Guerra Mundial (1945) San Miguel comenzó a revivir este municipio cuando se convirtió en un centro turístico y cultural en donde algunos de los soldados americanos podían encontrar becas que les permitieran estudiar cualquier disciplina artística.
En 1950 se funda el Instituto Allende y en 1962 se crea el Centro Cultural Ignacio Ramírez (Bellas Artes).
La popularidad de San Miguel como lugar tranquilo y bello para vivir comenzó a crecer, además de que se dieron a conocer sus sitios de aguas termales naturales.
En las décadas de los cincuentas y sesentas el actor mundialmente famoso Cantinflas, frecuentaba San Miguel trayendo con él un sequito de estrellas de cine y cantantes, lo que aumentó la fama del poblado.
Actualmente, San Miguel de Allende es famoso a nivel mundial por su clima templado, sus aguas termales, y su arquitectura única neogótica y barroca. Además, es considerada una joya del patrimonio mundial debido a su arquitectura colonial y haberse convertido en el hogar de miles de extranjeros que contribuyen activamente a la economía y a la cultura de la ciudad.
San Miguel es una ciudad de contrastes, donde se cuenta con los beneficios de la tecnología moderna, dentro de ambiente que se remonta hasta 450 años atrás en el tiempo.
En 2002 fue declarado Pueblo Mágico y seis años después, la UNESCO le dio el distintivo como Patrimonio de la Humanidad.
Turismo religioso
San Miguel de Allende cuenta con una gran cantidad de atractivos turísticos, como la Casa Museo de Don Ignacio Allende, balnearios de aguas termales y muchos sitios para el entretenimiento de los visitantes, donde se puede incluir una visita a la Zona Arqueológica Cañada de la Virgen, aunque el turismo religioso es algo que muchos de los turistas disfrutan, por el aspecto colonial de las edificaciones.
Se encuentra, por ejemplo, el Santuario de Jesús Nazareno en Atotonilco, donde el Cura Hidalgo tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe el primer día de la guerra libertaria. Es una verdadera joya arquitectónica e histórica a la que se le conoce como “La Sixtina Mexicana”, por ser un templo construido con estilo barroco y en cuyo interior se encuentran contiene bellos frescos que se asemejan en mucho a la Capilla Sixtina que es la parte más conocida del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, residencia oficial del Papa.
La Parroquia de San Miguel Arcángel: Impresionante obra de la arquitectura religiosa que fue edificada a partir del año 1880. Su constructor, Zeferino Gutiérrez, inspirado por las obras góticas europeas, diseñó la torre parroquial con un estilo neogótico, misma que forma parte del templo colonial estilo neoclásico. La arquitectura interior tiene forma de cruz latina.
El Templo y Convento de San Francisco: Sus fachadas conservan un estilo churrigueresco y su torre es de estilo neoclásico.
Templo de Nuestra Señora de la Salud: Construcción de estilo barroco, la portada de concha semeja un gigantesco nicho y su torre permite observar una cúpula cubierta de azulejos en un juego de colores azul y amarillo. En este lugar se encuentra la campana más antigua de la ciudad.
Templo de la Concepción: Conocido como “Las Monjas”, de estilo barroco con interiores decorados en estilo neoclásico, alberga colecciones pictóricas de Juan Rodríguez Juárez y Miguel Cabrera. En el convento se encuentra el Instituto Ignacio Ramírez “El Nigromante”.
Mucho hay que contar de San Miguel de Allende, aunque en esta ocasión sólo contamos algo de la historia de una ciudad de Guanajuato en donde los turistas pueden respirar y sentir el aire colonial, como en una visita al pasado.
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