Guanajuato.- Por el camino a la Mina y el Templo de La Valenciana, en Guanajuato capital, en 1764 empezaron a funcionar unos calabozos, en lo que era la Hacienda del Cochero, donde se hacían cumplir las leyes de la iglesia católica a través de la Santa Inquisición que tenía a su órgano ejecutor al Tribunal del Santo Oficio.
En tiempos en que la minería fue la principal actividad económica, la cual tuvo su auge desde el siglo XVI hasta finales del siglo XVIII, Guanajuato fue reconocido a nivel mundial por su producción de plata.
En ese contexto, en 1692 fue construida la Hacienda del Cochero por orden del Marqués de Rayas, con la finalidad de explotar los recursos de las minas, actividad similar a las de otras haciendas edificadas en la región.
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A principios del siglo XVIII, en la época de la Colonia, la Nueva España estaba regida por las leyes eclesiásticas que se hacía cumplir a través de la Santa Inquisición que tenía como órgano ejecutor al Tribunal del Santo Oficio.
Durante ese periodo, la Hacienda del Cochero fue construida en 1692 por orden del Marqués de Rayas y, al igual que otras haciendas de ese periodo, tenía la finalidad de explotar los recursos de las minas.
Durante años, la hacienda mantuvo sus funciones normales, hasta principios del siglo XVIII.
Durante la Colonia, la Nueva España vivía dominada por las leyes eclesiásticas que se hacían cumplir a través de la Santa Inquisición, que a su vez tenía otro órgano ejecutor: el Tribunal del Santo Oficio.
En 1764, la hacienda empezó a funcionar como mazmorra, ya que el Marqués de Raya era amigo de Fernando de Miera, famoso inquisidor del Santo Oficio. Al lugar eran llevados todos aquellos blasfemos, herejes, brujos y cualquier otra persona que se opusiera a la religión católica. Estar condenado por el Tribunal del Santo Oficio era una firma de muerte segura, no sin antes sufrir todo tipo de torturas.
El potro de hierro, la rueca, la silla con clavos, la máscara de hierro, el cinturón de castidad, la dama de hierro y la guillotina, así como los cadáveres que fueron encontrados en los túneles de la hacienda, son muestra del sufrimiento que tuvieron los condenados por la Santa Inquisición.
Estos instrumentos de tortura se pueden apreciar en la actualidad en el denominado Museo Casa del Purgatorio, ubicado en el sótano de la ex hacienda, donde se encuentran los calabozos y las salas de tortura, es medio de un ambiente tenebroso. Un verdadero sótano del terror.
Para saber
Muchos espacios de la ex Hacienda del Cochero han sido adaptados con bonitos jardinees y tejavanas.
La visita a esta hacienda cuesta 35 pesos, te recibe un guía vestido de monje, quien es el que te va a explicar todo lo que te encuentres en el recorrido.
Todo lo que comprende la parte de las mazmorras se encuentra bien conservado y dan una idea de lo que ahí sucedió durante la época colonial.
El recorrido se centra en los calabozos subterráneos, en donde se exhiben instrumentos de tortura de la época de la Inquisición.
La Ex Hacienda fue abierta al público como museo en el año 2000, aunque su construcción se dio en 1962.
El lugar cuenta con iluminación, cafetería y tienda.
Su ubicación: Antiguo Camino Real #196, Valenciana. Carretera Guanajuato-Dolores Hidalgo.
El Santo Oficio
El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de México se estableció por mandato del rey Felipe II en 1569; se encargaba de perseguir y castigar los actos contrarios a la fe, a las buenas costumbres y a la moral cristiana; acosaba a los disidentes de los dogmas católicos y vigilaba los libros que entraban o se imprimían en la Nueva España para cuidarse de los “libros prohibidos”.
En 1571, el doctor Moya de Contreras, inquisidor mayor de la Nueva España estableció en México el Tribunal de la Fe, ese año, se considera oficialmente, como el del establecimiento del Santo Oficio en México.
La Santa Inquisición en México se clausuró el 10 de junio de 1820.
| Con fotos de: Estado de Guanajuato, México
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