Guanajuato.- Más que simples pasajes y vialidades angostas, los más de 3 mil callejones de Guanajuato capital son testigos de la historia de una ciudad marcada por la minería, el trabajo obrero y la imaginación y fantasía.
Estos angostos caminos guardan en cada piedra una anécdota y en muchos se han forjado leyendas.
Los inicios de los callejones datan de los tiempos de fundación de la ciudad capital, el 28 de diciembre de 1741, bajo el nombre de Villa de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato
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De acuerdo con datos históricos, para el proceso de los metales se construyeron grandes haciendas llamadas de beneficio y a los alrededores surgieron espacios llamados cuadrillas, donde se edificaban las casas para los trabajadores, construidas sin planeación urbana, lo que dieron origen a los laberintos que hoy conocemos como callejones.
La ciudad conserva callejones con nombres tan peculiares como entrañables. Algunos de ellos reflejan las condiciones del entorno en siglos pasados, otros están bien documentados y aquellos que conservan sus nombres por la tradición oral, con la coincidencia de que todos forman parte del patrimonio urbano de la ciudad.
El Callejón Perros Muertos
Para ejemplo, basta un botón: El Callejón Perros Muertos, del cual daremos a conocer una breve reseña.
Este pasaje urbano de nombre tenebroso se dice que existe al menos desde el siglo XVIII, tomando como referencia las leyendas locales, aunque la historia del lugar se remonta a una época anterior, probablemente durante la época virreinal, debido a la antigua costumbre que le dio el nombre.
El nombre proviene de la práctica común de los residentes de la zona, quienes solían llevar a ese sitio, que era entonces un solar que formaba parte del área de varios callejones, a sus mascotas que fallecidas, lo cual era propiamente un cementerio de canes, costumbre que tenían los vecinos mucho antes de que se convirtiera en el apacible rincón que es en la actualidad, donde reina la tranquilidad y la buena convivencia entre sus habitantes.
Para los residentes en el área de este callejón, el nombre de Perros Muertos no les quita el sueño, es más, sienten hasta orgullo al responder cuando alguien les pregunta: ¿Dónde vives?
Para quienes van de visita a esta que es una Ciudad Patrimonio de la Humanidad nombrada así en 1988 y desean conocer el Callejón Perros Muertos, pueden encontrarlo cerca de la Plaza de Mexiamora, y se comunica con los callejones de La Ciudadela y El Centinela.
